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La universidad sin salas, clases ni profes

Nacido en Francia, este programa que busca formar profesionales en el área de la informática, la tecnologia y la comunicación ya tiene sedes en 26 países, con más de 15 mil alumnos. El aprendizaje entre pares y la "gamificación" del estudio son los pilares de esta iniciativa, que funciona 24/7 y en forma gratuita, con un alto porcentaje de empleabilidad para sus egresados. El Rayo conoció el Campus 42 de Madrid, en España, en el Distrito Telefónica.
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Por Marcela Küpfer C.

Un muchacho de unos veintitantos años, en tenida casual y deportiva, atraviesa la puerta del salón con aire despreocupado. Lo acompaña un chico algo más joven que él, de origen francés. Ambos vienen "a clases", pero en esta universidad no hay salas, asignaturas fijas, ni profesores. Tampoco exámenes estandarizados, temarios estructurados ni bibliografías. De hecho, ni siquiera hay que tener conocimientos previos ni pagar matrícula o arancel para poder acceder a los cursos (son gratuitos), al término de los cuales -no tienen duración establecida- tampoco hay un cartón que acredite grado académico o título profesional.

Sin embargo, quienes egresan de Campus 42 lo hacen no solo con un amplio conocimiento en programación e informática y una excepcional práctica que les permite insertarse directamente -si así lo quieren- en algunas de las más grandes compañías de comunicaciones y tecnología del mundo (como Telefónica, que alberga las sedes de Campus 42 en España), sino con una experiencia única en innovación, aprendizaje y creatividad que probablemente ninguna universidad pueda entregar.

El muchacho de tenida deportiva que acaba de atravesar la puerta de ingreso al Campus 42 Madrid cuenta que, antes de entrar al programa, trabajaba de camarero y no tenía ninguna noción de programación. Supo del curso, se interesó y participó en la "piscina", la única prueba que se requiere para ingresar al campus y que, más que medir conocimientos, evalúa la capacidad de los futuros estudiantes para adaptarse a un sistema de aprendizaje disruptivo, absolutamente distinto a lo que conocemos como educación formal. No tener clases, profesores ni pruebas suena fácil, pero no lo es.

El Campus 42 ocupa un amplio piso en uno de los edificios del Distrito Telefónica en Madrid, un imponente complejo urbano ubicado en las afueras de la ciudad, de 370 mil metros cuadrados de superficie, donde en varios edificios se reúnen los cuarteles centrales de la compañía. A través de su fundación, Telefónica adoptó en 2019 el programa educacional iniciado en 2016 en Francia.

La decoración del campus recuerda a las innovadoras empresas de Silicon Valley. Grandes ventanales, que dejan entrar la luz del día en todo su esplendor, rodean la planta de espacios abiertos y colores vibrantes, donde no se vislumbra nada parecido a una sala de clases. En un sector, vemos un grupo de personas, de distintas edades (algunos de los alumnos superan los 45 años), conversando animadamente en torno a un computador. Más allá están los "dormitorios", que en realidad son cabinas con una cama en su interior donde los alumnos pueden descansar a su antojo, porque 42 funciona las 24 horas del día y los siete días de la semana, sin límite de tiempo.

Cerca de allí, en una especie de living con lúdicos diseños, un joven expone frente a sus compañeros, apoyado por una pizarra. Es una clásica "clase" de 42, donde el principio esencial es que el conocimiento se crea en forma colectiva, es decir, que unos enseñan libremente a otros y que todos comparten experiencias, dudas e ideas.

En la sede también encontramos un gran auditorio, con sillas de distintos diseños, un muro para escribir mensajes y pensamientos, y una especie de escenario donde los alumnos pueden desarrollar otros aspectos de su creatividad, desde juegos en equipo a representaciones artísticas.

En otra parte del campus, donde hay mesas de diversas formas y tamaños, encontramos a otro estudiante, que ya lleva varios meses en 42. Tiene poco más de veinte años y su cabeza coronada por dreadlocks. Sigue estudiando, pero ya trabaja en el área de ciberseguridad de Telefónica. Una buena parte de los estudiantes de 42 termina trabajando en dicha compañía u otras empresas del rubro, las que valoran la particular formación que les otorga el programa.

Los estudiantes

La iniciativa 42 nació en 2016 en Francia, de la mano del millonario Xavier Neil, quien fundó en París la École 42, una escuela de ingeniería y desarrollo informático que desafiaba las estructuras convencionales de la academia y el sistema escolar.

Sin profesores (aunque sí hay tutores que diseñan una malla curricular), abierta 24/7 y sin aranceles ni matrículas que pagar (es totalmente gratuita), la École 42 sumó 50 mil postulantes en su primer llamada, para un total de solo mil cupos.

El objetivo de Neil era formar profesionales en el área de la tecnología y la computación que tuvieran las habilidades, destrezas y conocimientos necesarios para desarrollar ideas innovadoras en el cambiante mundo de esta disciplina.

La idea se ha replicado en otros países, con variantes en la metodología. Hoy en día 42 está presente en 26 países de cuatro continentes, con más de 15 mil estudiantes repartidos en 47 campus.

En España (donde un 12% de los alumnos de 42 Madrid proviene de América Latina), Fundación Telefónica ha levantado cuatro campus en las ciudades de Madrid, Barcelona, Urduliz (en el País Vasco) y Málaga. Unos dos mil estudiantes se forman en estas sedes, aunque el número va variando, pues el avance en la carrera depende del tiempo que dedique el estudiante, que es libre. El promedio es de tres años.

Hoy en día, hay 1.109 estudiantes activos en el campus Madrid. Un 87,5% de ellos son hombres, algo que los organizadores tienen en mente, por lo que periódicamente realizan actividades para fomentar la participación de mujeres.

Luis Miguel Olivas, director de empleabilidad e Innovación Educativa, de 42 Madrid, explica que cuando se desarrollan convocatorias exclusivas para mujeres -como la Piscine Discovery Web Women's Edition o la Semana de la Mujer, entre otras- la participación de interesadas aumenta exponencialmente y esa es una de las estrategias que están empleando para fomentar la presencia de mujeres en el campus, que no tiene limitaciones de edad, género ni nacionalidad. Además, las sedes reservan el 30% de las plazas en las piscinas (pruebas de acceso presenciales) para mujeres.

La piscina

Cada año se abren tres o cuatro procesos de selección por campus. Este proceso se conoce como "piscina" y suele ser lo más difícil del programa. Para acceder a la piscina, los postulantes primero deben realizar dos exámenes online, de aptitudes de memoria y lógico-matemáticas, y luego participar en la prueba presencial -la denominada "piscina"-, que dura 26 días, donde se aprenden las primeras nociones del programa.

El número de participantes en la piscina varía entre 150 y 300, de los cuales un mínimo de 30% abandonará el proceso. La razón suele no ser académica (recordemos que no es necesario saber de computación para ingresar al programa), sino de un orden más subjetivo, porque aunque suene fácil en el papel, resulta realmente complejo adaptarse a un sistema educativo donde no rigen las normas que conocemos.

"Las nuevas tecnologías generan una oportunidad de continuar con el aprendizaje en virtual y además nos permiten algo fundamental en el futuro de la educación, que es la personalización del aprendizaje de los estudiantes. Los docentes se tienen que convertir en facilitadores de ese aprendizaje. Para fomentar la participación del alumno en esta dimensión virtual se necesitarán modelos de aprendizaje novedosos. Un ejemplo de ello es 42. Los campus en Madrid, Barcelona, Urduliz y Málaga con una metodología diferente, basada en la gamificación y el aprendizaje entre pares, donde aprender de tus compañeros es la clave. Unos campus que te prepararán para los perfiles más demandados por el mercado laboral y de manera gratuita", dice Luis Miguel Olivas, director de empleabilidad e Innovación Educativa.

Como señala Olivas, la metodología en 42 se basa en dos pilares: la "gamificación" de la educación, que consiste esencialmente en trasladar las estrategias de los juegos -en particular los videojuegos- al aprendizaje, con aspectos como escalada de niveles, desafíos, misiones y retos, en una sucesión no vertical ni jerarquizada; y el aprendizaje entre pares, donde todos aprenden: los que saben más y los que saben menos, a través de un trabajo colaborativo en que se comparten retos y se evalúan entre ellos mismos.

Más que un sistema competitivo, como en el mundo escolar convencional, donde los aprendizajes se miden por calificaciones de mayor a menor, acá impera el trabajo colaborativo, que demanda ingenio para la solución de problemas, una gran tolerancia a la frustración, adaptación para el trabajo en equipo y flexibilidad cognitiva.

Desde Telefónica señalan que "la metodología y la oferta formativa son abiertas, flexibles y adaptables, están en constante evolución para adaptarse a los cambios y necesidades del mercado laboral. Con una duración media de tres años, 42 prepara para las nuevas profesiones digitales que demanda el mercado laboral con ramas genéricas y específicas en disciplinas como big data, IOT (internet de las cosas), videojuegos, ciberseguridad o machine learning".

De hecho, la necesidad de contar con profesionales del área informática y de tecnología es uno de los factores que impulsa esta iniciativa, pues en toda Europa se percibe una falta de trabajadores preparados en esta área, pese a la gran demanda del sector.

Según el informe "La sociedad digital en España 2022", publicado por Fundación Telefónica, en 2021 España contaba con 72.000 especialistas TIC (tecnologías de la información y la comunicación), equivalentes a un 3,8% del total del empleo del país (menos que el 4,8% promedio de la Unión Europea). Según el mismo informe, únicamente el 17% de las empresas españolas cuenta con especialistas en tecnologías digitales en sus planillas, frente al 19% de las europeas. En las grandes compañías los porcentajes son del 67% en España y del 76% en Europa, mientras que entre las pymes bajan al 16% y 18%, respectivamente.

"Ahora debemos enfrentarnos a nuevos desafíos, sobre todo digitales y Fundación Telefónica abre una ventana de posibilidades en este campo con sus proyectos de empleabilidad, en especial con los Campus 42, impulsando la educación digital y la formación para el empleo para dar respuesta a las necesidades cambiantes del nuevo mercado laboral", señalan desde Telefónica.

Si bien el 48% de los alumnos que han pasado por 42 en España ha encontrado trabajo (muchos de ellos en empresas o áreas del grupo Telefónica, como Seguridad Digital Telefónica S.A, Área Blockchain o Telefónica España), un 45% de los estudiantes no quiere trabajar porque están centrados en su formación. "Solo el 7% está en búsqueda activa de empleo, pero la opción de encontrar empleo con esta formación es del 100%", señalan.

Luis Miguel Olivas, director de empleabilidad e Innovación Educativa, comenta que el proyecto es mirado con interés por universidades tradicionales y que reciben visitas frecuentemente para conocer el modelo.

"El proyecto está abierto a todo tipo de públicos, desde el público joven que apuesta por una formación innovadora y diferencial, a los que buscan explorar nuevas vías y oportunidades, a desempleados, a aquellos que quieren reinventarse (reskilling) o a los que quieren mejorar sus conocimientos (upskilling). Es un campus sin barreras, adaptado a las circunstancias de cada persona. Gratuito, abierto 24/7, presencial, es un espacio dinámico, sin profesores, sin libros y sin aulas, donde aprender 'hard' y 'soft skills' y con unas garantías del 100% de inserción laboral", agregan desde 42.

La metodología de 42 ha sido distinguida, por segundo año consecutivo, por encontrarse en el top 10 de universidades mundiales más innovadoras según el ranking WURI y ocupa el tercer lugar por los valores éticos que transmite, por delante de Harvard, Yale o Columbia.