10% de profes desiste tras primer año en las aulas
Estudio de Elige Educar reveló esta preocupante cifra. Académico UPLA asegura que esta es una realidad que se viene arrastrando hace años.
Un estudio realizado por Elige Educar reveló un preocupante panorama para la pedagogía: en un promedio anual, un 10,7% de los profesores desertaron del aula tras su primer año de trabajo.
Al respecto, expertos aseguran que un punto esencial para revertir esta situación es poner foco en la retención de los profesionales, ya que, analizando el contexto, es posible que sus últimos semestres de formación y sus prácticas se hayan realizado de manera remota, por lo que habría menos experiencia en el formato presencial de las clases, lo que generaría esta fuga.
Junto con lo anterior, en el mes de octubre, la misma organización reveló que para el año 2025 habrá un déficit de más de 26.000 profesores en el país, lo que significa un 19% de los que se necesitarán en las salas de clases.
En este sentido, reconquistar las aulas será un verdadero desafío para los años venideros.
Bien lo sabe Alejandro Verdugo, académico de Pedagogía en Educación Básica y coordinador de las prácticas profesionales de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Playa Ancha.
"Lo importante es ser consciente que el país tiene que asumir la fuerte responsabilidad que tiene frente a la educación y en este caso, cómo crear las condiciones propicias para que los profesores y profesoras puedan desempañarse profesionalmente", reflexionó el académico.
"Estos valores nos muestran primero la realidad actual, una realidad que se ha venido evidenciando hace unos 10 años atrás. Estudios nos muestran que durante los primeros cinco años de servicio, alrededor del 40% de los docentes abandonan las aulas", indica el experto.
"Lo más seguro es que se acreciente por los efectos de la misma pandemia y en el estudio también se declara así: estudiantes que estuvieron un año o dos en pandemia, cerrando su proceso formativo, que es la etapa clave de su formación, , con prácticas virtuales y luego, se integran a un sistema de presencialidad, con todo lo que ello significa: dificultades en la convivencia escolar, niveles de violencia, pero también las brechas de aprendizaje en los estudiantes", agrega.