El dinero que junta el trabajador, fruto de su trabajo, debe ser de propiedad del trabajador, sí o sí, él debe decidir, cualquier otra forma, y en particular, dar como razón la solidaridad con sus similares, no convence, porque si se quiere hacer solidaridad, pues bien, en ese caso ocupar el dinero de los impuestos que pagan todos los chilenos, por lo que es ahí en donde se debe poner mucho ojo, para alcanzar que la evasión de impuestos sea cada vez menor, y que los que deben pagar, que paguen, lo que deben pagar, ni más, ni menos...

Palabras más, palabras menos, tiene mucho aroma a fondo de reparto, sistema de reparto, etcétera, por lo que sería fundamental, que se entregara claramente, con mucho detalle, cuál ha sido la experiencia de otros países al respecto, con ventajas y desventajas, porque si en algo debemos estar de acuerdo, palabras más, palabras menos, buenas intenciones y otras hierbas, a estas alturas del partido, nadie inventará la rueda en el tema de las pensiones...

Existe un proverbio alemán que dice..."Las ideas están exentas de impuestos", y un dicho muy chileno que dice... "Ojo al charqui".

Luis Enrique Soler

El caso del alcalde de Puchuncaví, Marcos Morales, quien bloqueó accesos vehiculares a la comuna como forma de prevención de delitos es una más de las tantas expresiones de populismo que se están convirtiendo, lamentablemente, en algo común en el quehacer diario de la política nacional. Gaspar Rivas es otro ejemplo de lo anterior.

La inexplicable pasividad del Gobierno en materia de seguridad es el caldo de cultivo perfecto para la demagogia y el populismo, que ven cómo aparecen los "sheriffs" que persiguen delincuentes, sin respetar la institucionalidad y como contra partida a un establishment que acusan no otorgar soluciones. En estos casos, es la institucionalidad la que debe verse reforzada para frenar tanto a los delincuentes como a los demagogos que se aprovechan del actuar de los primeros.

Juan Francisco Reyes

Fundación para el Progreso

No sé cómo será en otros países, pero acá en Chile estamos acostumbrados a que algunos servidores públicos actúen como si estuvieran haciendo un favor. Es por eso que mientras esperaba mi turno de atención en el Registro Civil de Valparaíso, pude observar con satisfacción el actuar de las funcionarias. Ninguna muestra de fastidio, y con una actitud abocada a solucionar cada problema expuesto por los usuarios o indicándoles los pasos a seguir. Cero discriminacion social, todos iguales. Es increíble, pero uno se siente bien cuando es escuchado y tratado de una forma cordial y profesional ante sus requerimientos. Creo que al funcionario (a) debe pasarle lo mismo, sabiendo que actuó con vocación de servicio.

Jorge Valenzuela