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Los últimos teatros de Valparaíso

En 1930 eran cerca de 20 salas que daban vida a la ciudad porteña. Hoy solamente quedan dos en funcionamiento: el Condell y el Municipal. Se espera la reapertura del Rivoli pero aún no se sabe qué ocurrirá con el ex Metroval tras el cierre del cine Hoyts.
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Por Francisca López

Imagínese usted caminando por Valparaíso. Es mediados del siglo XIX. Las construcciones, arquitectura, urbanismo y espacios públicos son la principal preocupación de las autoridades. La comuna es la ciudad puerto más importante de Latinoamérica. En ese contexto de prosperidad es que asiste a la inauguración del Teatro La Victoria. Es 1844.

"La primera y majestuosa edificación de la ciudad, que marcará el inicio de un período inolvidable y colmado de contenido artístico musical, que traspasará fronteras y encanto a la socialité porteña", dice la tesis "Los teatros de Valparaíso, el comienzo de una identidad cultural 1844-1830", de Luigina Pruzzo.

Usted se arregla al estilo francés, baja del cerro Alegre en una carroza. Va a los primeros estrenos que están a cargo de las famosas compañías dramáticas y líricas de don Tiburcio López y don Rafael Pantelillini, en las que se presentan Clorinda Corradi de Panellini y Teresa Rossi, dos italianas de primera categoría. Se sienta en las butacas de cuero. Lo que verá a continuación será, en palabras de Pruzzo, "uno de los espectáculos más importante de la historia local".

Una vez finalizada la presentación, se para y recorre el primer teatro. "La fachada es de dos pisos, con muralla de cal y ladrillos rojos. Los muros laterales son de adobe", expresa la investigadora. Mira al horizonte desde el palco: la capacidad es para 1.600 personas.

Pasan algunos años, es 1879 y usted se prepara para salir, como todas las anteriores ocasiones.

Va al Teatro Odeón, el segundo más importante de la ciudad puerto. En su carroza se dirige a la calle Salvador Donoso, dos cuadras antes de la plaza Victoria. Debuta la famosa compañía de zarzuela Jarques-Segura. El espacio es para 600 personas. Es el primero en tener dos funciones.

A medida que pasa el tiempo, usted recorre el Teatro Apolo, el Alhambra, el Politeama, el Novedades, el Iris, que compite con el Odeón pues queda a 100 metros de distancia. En el Teatro Excelsior, en cerro Los Placeres, hay una gran pantalla para el cine.

Se entretiene en el Teatro Imperio. "Valparaíso puede estar cierto de que el Imperio le ofrecerá semanalmente seis estrenos, un día cómico, un día social, un día serie sentimental, un día social de moda, un día emocional cowboy, un día espectáculo fino, dedicado a la juventud femenina y un día para niños", señala Roberto Hernández en su libro "Teatros de Chile, Volumen 1".

El Teatro Velarde está en la esquina de Uruguay con avenida Pedro Montt. El periodista e investigador Piero Castagneto dice, en "Monografía histórica de Valparaíso 1810-2010", que es una arquitectura sólida pero a la vez elegante. La gran infraestructura inicia la época de oro de los grandes cines porteños. Más adelante se inaugurarán el Colón y el Valparaíso.

Ahora, usted como buen conocedor de teatros que es y de la vida bohemia, se dirige al Teatro Valparaíso, de 1937, que queda al frente de la Plaza Victoria. Entra. El diseño es art decó, "con sus magníficos frescos, sus butacas metálicas de fieltro azul, su marquesina de baldosas negras", expresa Manuel Peña en "Ayer soñé con Valparaíso".

Los años pasan y, como todos los días, camina por la calle Condell. Ante sus ojos están demoliendo el teatro. Se construirá una tienda comercial. Su gran arquitectura duró 70 años…

EL PATRIMONIO DE LOS TEATROS

Ahora imagínese de nuevo usted recorriendo otra vez Valparaíso. Es noviembre del 2022. Va al teatro Mauri del cerro Bellavista, ahora Casa SCD. Está cerrado. Va al Teatro Odeón de Playa Ancha, hay vecinos que juntan dinero para recuperar la infraestructura. Ve un aparcadero. Necesitan más de mil millones para recomponer el lugar. Luego baja al plan y en esta búsqueda solo hay dos teatros: el Condell, ahora sala Insomnia, y el Municipal (ex Velarde).

Hace algunas semanas el Cine Hoyts, ex Metroval, cerró sus puertas. "Este era el último bastión de la época dorada y con ello quedamos nosotros y el Teatro Municipal, pero no hay más espacios. El resto son las salas más chicas que están dentro otras infraestructuras. Entonces es un momento complejo porque ¿qué va a pasar ahora con ese espacio? El miedo como porteño que uno tiene es que termine siendo un centro comercial chino, un lugar de maquinitas de juegos o bien, como pasó con el Teatro Imperio, que vaya a ser una feria artesanal" dice el director de Cine Insomnia, Leo Torres.

Torres señala que uno de los porqués hay pocos teatros es que existe una baja inversión en la ciudad y, por tanto, hay un decaímiento en Valparaíso. "En parte han habido malas gestiones pero también, si antes uno decía que esta ciudad era la capital cultural, ahora con la situación, yo diría que esta comuna no es patrimonio de nada. Al final esto es un lugar donde todos hacen lo que quieren y pasan cosas como estas, que se cierran los espacios culturales porque no pueden llegar a más".

El director de Insomnia expresa que "Valparaíso tiene esa cuestión que se olvida de los lugares, de cuidarlos. Los teatros son patrimonios de la ciudad. Me pasa que siempre que miro al frente y lamento que haya cerrado el Teatro Valparaíso, pues cerró por una mala administración municipal y se perdió irreparablemente. Se perdieron butacas, historias… En otros lugares los teatros se cuidan porque es un lugar arquitectónico y tienen un precedente en la ciudad y del porqué están ahí".

Para la consejera regional Nataly Campusano, "cualquier institución, tanto a nivel central como local, en el caso del municipio, tiene que tener la responsabilidad de cuidar nuestro patrimonio y nuestra historia. Eso sin lugar a dudas conlleva a cuidar los teatros. Tiene que haber una política puntual, dado que en este último tiempo hemos visto que han decaído los espacios vinculados al mundo de los teatros. Por tanto hemos solamente observado acciones de los privados por levantar algunas infraestructuras".

Asimismo, la investigadora Luigina Pruzzo enfatiza al El Rayo que "hay una decadencia en torno al patrimonio material e inmaterial, como edificios, construcciones, con la historia. Hoy el patrimonio está en el suelo y los teatros no son ajenos a ello. Investigando sobre el tema, me di cuenta de que no existe algo como recordarlos, pudiendo levantar información no lo hacen".

Ahora usted imagine que camina hacia Pedro Montt. El día está soleado. De repente le llega una notificación al celular. El Teatro Rivoli pronto reabrirá sus puertas. Ahora se llamará Sala Rivoli y contará con música, gastronomía y mucha cultura. "Siempre un gran espectáculo", dice uno de los eslóganes de este emprendimiento que anuncia la pronta reapertura de este antiguo teatro de calle Victoria.