Marcela Küpfer C.

Fue recién en noviembre cuando Danila Ilabaca regresó a Valparaíso tras una larga residencia artística en México. Allí, entre Ciudad de México y Veracruz, experimentó con nuevas técnicas en el collage -disciplina que ha desarrollado a lo largo de su carrera artística- y también en el ámbito de la gráfica. Y parte de ese trabajo es el que veremos en la muestra "Cosas que pasan", inaugurada esta semana en la Sala Galia de galería de arte Bahía Utópica, en Valparaíso.

Por primera vez, Danila Ilabaca reúne collage, dibujo, grabado y serigrafía en una muestra que, además, aborda un viaje más íntimo y personal de la artista.

-En esta muestra expones diversas técnicas, como collage, dibujo, serigrafía y grabado. ¿Cómo dialogan estas disciplinas entre sí?

-Creo que todas las técnicas se influencian mutuamente. Mi búsqueda constante de imágenes para hacer collage me hace estar encontrando diferentes formas y contextos. Si bien mis dibujos vienen de un mundo interno, se ven influenciados por ilustraciones que voy encontrando en libros antiguos ilustrados sobre el universo, principalmente del ámbito de la astronomía, flora, fauna y simbolismo. Algo que traigo a presencia en mi obra, más allá de la técnica en que esté trabajando, es el concepto del símbolo; me interesa presentar una forma visual que para el otro signifique algo, porque ahí aparece el juego de la interpretación. No hay una definición explícita pero sí insinuante para que el otro construya su propio relato. Como dice la sicóloga Aniela Jaffé: "El símbolo es un objeto del mundo conocido, sugiriendo algo que es desconocido; Es lo conocido expresando la vida y sentido de lo inexpresable".

-¿Qué ideas y experiencias inspiraron esta muestra?

-La verdad es que esta muestra es muy distinta a las que he hecho antes, nunca he mostrado mis dibujos, esta vez muestro todos los ámbitos por donde deambula mi mente, sin limitarme a un tema o técnica específica, es una especie de liberación. La formalidad de una exposición siempre te pide tener un tema específico y desarrollarlo fielmente, pero la vida no es así, no es lineal, ni uno pasa por temas de forma tan estructurada. Esta muestra trae a presencia las cosas que pasan en mis días. Por el lado del dibujo, presento el mundo interno, que tiene que ver con cómo yo interpreto la naturaleza y sus ciclos, que veo y que siento cuando me imagino la naturaleza exterior, desde mi casa en un estado pandémico y encerrado. Desde el lado del collage aparece lo externo, lo que me encuentro, imágenes que tengo en común con los demás, elementos que han sido impresos quizás cuantas veces, y que muchos tenemos guardados en la retina, desde una imagen del silabario hasta una pintura renacentista. Todo esto se conjuga en escenas en algunos casos distópicas; por ejemplo, es el caso de mi última obra que se llama "Sálvese quien pueda", en donde presento una visión recurrente en todos: se ve que la tierra es un paisaje desolado y sobrepoblado, y que la única opción de salvarse es viajando a la luna u otros planetas, mientras caen meteoritos se ve la desesperación de habitantes históricos por sobrevivir que suben por escaleras y viajan en aviones por la razón o la fuerza. Con esta muestra quiero intentar liberarme de la estructura de lo que significa una exposición, y no tanto por el formato; de hecho puede verse muy tradicional, pero sí por la amplitud de las técnicas.

-Estuviste recientemente en una residencia artística en México, ¿en qué consistió esta actividad y qué aprendizajes te dejó como artista? ¿Hay algo de ello en esta muestra?

-Sí, vengo llegando de México, estuve realizando una residencia de collage para el Festival Internacional de Collage Paste Up! de la Ciudad de México. Estuve tres meses trabajando en el estudio de Andrés Gamiochipi, collagista también y organizador del festival. La residencia consistió en realizar un cuerpo de obra hecho solamente con material recopilado en las calles de Ciudad de México, desde libros, objetos de culto religioso, antigüedades, hasta miniaturas para hacer maquetas. Esta ciudad es muy distinta a Valparaíso, ya que gracias a su gran dimensión, el mundo gráfico es interminable, además que posee una historia importante respecto a la imprenta, la gráfica en general y el mundo impreso. Dos obras realizadas en esta residencia las traje a Chile y las expondré en esta muestra. También realicé una residencia de grabado en metal en La Ceiba Gráfica, centro de artes y residencias artísticas especializado en gráfica tradicional sustentable ubicado en Coatepec, Veracruz. Aquí aprendí la técnica del aguafuerte y aguatinta, y estos trabajos también estarán expuestos en la muestra.