Conductor de ambulancia perdió todo en incendio de c° Monjas
Julio Quevedo es un porteño reconocido por su servicio público. Antes de Navidad se quemó su casa, pero también sus recuerdos y distinciones. Hoy recibe ayuda para ponerse de pie.
Javiera Narváez - La Estrella de Valparaíso
Durante 44 años, Julio Quevedo trabajó como chofer de ambulancias en el SAMU. Su ética laboral y buen servicio se volvieron sus características más reconocidas, por lo que se convirtió en una persona querida por la comunidad, que se destacó por valorar a los pacientes.
Antes de su trayectoria como servidor público en el SAMU, fue chofer de varios personajes públicos y autoridades; por ejemplo, del exdiputado y abogado, Gonzalo Yuseff. También trabajó con el exalcalde Hernán Pinto.
Cuando se enteró de que necesitaban choferes en el hospital Van Buren, se sumó a la labor como conductor de ambulancias, donde se mantuvo hasta su jubilación en 2014. Incluso recibió un homenaje organizado por la Cámara de Diputados, como funcionario destacado del SAMU en la región.
Es una cara tan conocida en Valparaíso que tanto sus pacientes como sus excompañeros de trabajo lo estiman y lo saludan cuando se lo encuentran en las calles de la ciudad. "Hacía muchas labores sociales, me llamaban el asistente social", relata Julio Quevedo.
Damnificado
Durante su trayectoria, había trabajado en varios accidentes e incendios, pero jamás imaginó que viviría uno en carne propia. Estaba en avenida Francia con Colón, en Valparaíso, cuando empezó el incendio en el cerro Las Monjas el pasado 19 de diciembre.
Sintió una ruido fuerte, como una explosión y, por la llamada de un amigo que es bombero, se enteró de que se había desatado un incendio cerca de su casa. Cuando subió el cerro ya era tarde; afortunadamente su familia no se encontraba en el hogar.
Otros vecinos y testigos también escucharon el ruido; por eso, la principal hipótesis es que el origen del fuego fue la explosión de un balón de gas.
Julio no solo perdió su casa, que tenía más de 100 años de antigüedad, sino que también todos sus recuerdos de valor, su anillo, dinero que tenía guardado... Pero lo que más lamenta son todos los premios que ganó en su trayectoria.
Comenta: "Todos mis diplomas del SAMU como mejor funcionario, mejor conductor, funcionario del año, todos los agradecimientos... Todos los años me ganaba los premios".
Recién el 31 de diciembre terminaron de sacar todos los escombros con la ayuda de la municipalidad de Valparaíso; además recibieron donaciones de los funcionarios del hospital Carlos Van Buren y del SAMU y la empresa Sociber, dueña del dique flotante, aportó con herramientas con las que trabajó todos los días.
Julio Quevedo está trabajando en los planos de la construcción de su nueva casa. Ha recibido donaciones desde todas las regiones en las que trabajó como conductor de ambulancias. Mientras construye su hogar, vive en la Fundación Javier Arrieta, que le ofrece pieza y comida; su esposa se encuentra viviendo en Placilla y su hijo en la avenida Alemania. La familia se encuentra separada, pero esperan poder vivir juntos nuevamente.
44 años trabajó don Julio Quevedo como conductor de ambulancias.