Argentinos dicen sentirse inseguros en Reñaca por baja presencia policial
En comparación con años anteriores, los turistas trasandinos perciben una baja frecuencia de patrullajes y pasean con miedo por el popular balneario.
Mauricio Toledo - La Estrella de Valparaíso
Con tres semanas encima de periodo estival, el flujo trasandino aumenta y los estancamientos en Reñaca comienzan a ser más frecuentes; el paso lento, el vitrineo y el descanso gestan aglomeraciones que, en los más desconfiados, obligan a tomar más atención a sus pertenencias.
En dos recorridos de ida y vuelta, desde el 1er al 5to sector de Av. Borgoño, ningún radiopatrulla o cuerpo policial se hizo presente en la jornada matutina, cuestión que alerta y preocupa la permanencia turística en el sitio favorito de los viajeros argentinos.
Rodrigo, quien nos visita desde Mendoza, comenta que "la seguridad está bastante más floja que otros años. Vengo desde que soy chiquito y hay muchísima menos seguridad. No se ven policías en la calle, y antes, cuando habían más, tenías mayor tranquilidad. A nosotros nos gusta Reñaca por la cercanía y el paisaje, y antes la seguridad, pero ahora nos está empezando a gustar menos. No nos gusta andar con miedo".
La tónica del peligro latente a falta de servicios policiales se replica en los turistas trasandinos. Silva y Julio, pareja proveniente de Buenos Aires, refieren a sus primeras impresiones tras compartir su experiencia inicial en la costa chilena. "Vemos gente trabajando, limpiando, y en seguridad, nos calma la gente tranquila pero no hemos visto ningún uniformado", comenta Silva. Sin embargo, Julio, su pareja, siente el bajo patrullaje como señal de un barrio tranquilo. "Estuvimos en Santiago y hay mucho carabinero. Mi percepción es que eso no me da más seguridad, me da más sensación de peligro. Si no los veo, asumo que es un lugar tranquilo", reflexiona.
Fernanda y Marcela, de Mendoza, quienes vienen a menudo de visita al borde costero, perciben la baja frecuencia policial en la zona. "Esto está peor que otros años. Antes se veían los policías en la playa, carabineros que caminanban, e incluso más guardavidas. Todo eso nos genera mucha inseguridad, quizás ahora no tanto, pero sí vemos que va en decaimiento".
Otra limitante que experimentan los transandinos en su paso por la costa Pacífico es el alza significativa de precios, independiente al cambio de divisa, que les afecta al momento de programar panoramas, más la poca oferta nocturna existente tras la pandemia del COVID-19. "Para nosotros algunas cosas son exorbitantemente caras. Alquilamos una casa para cocinar, porque siempre fue la idea ir al supermercado, y salimos, pero nos limitamos. Estuvimos en Santiago y notamos que el combustible para nosotros es por 3. Vinimos en auto desde Buenos Aires y para llenar el estanque acá gastamos $20.000 chilenos, cosa que en Argentina lo llenábamos tres veces. Los cigarrillos igual, porque acá en Buenos Aires rodean los $700 argentinos, y acá con $5.000 chilenos compro tres allá", dice Silva de Buenos Aires.
Finalmen te, respecto a la vida nocturna, Fernanda y Marcela comentan que "a nosotras, señoras de edad, nos gusta salir de noche y no tenemos dónde tomarnos un café tipo 23 hrs. Es extraño siendo ciudad playera,".