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Imprudencia es la principal falta con la que lidian los salvavidas

Las dificultades que tienen que enfrentar los expertos en salvataje van desde las marejadas, personas que quieren nadar habiendo bandera roja, público que quiere beber alcohol hasta la poca fiscalización en las playas.
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Javiera Narváez - La Estrella Valparaíso

Al empezar el verano los salvavidas se han tenido que enfrentar a bañistas osados que no respetan las reglas, y personas que beben alcohol o fuman contaminando el ambiente familiar en las playas.

Una de las zonas más concurridas por los visitantes de otras regiones y turistas es la Playa de Reñaca, sobre todo durante los fines de semana. Los salvavidas han tenido que rescatar, en lo que va de la temporada, a ocho personas que no han respetado los resguardos comunicados ni la existencia de bandera roja.

Uno de los encargados de salvataje, Eric Cuevas, comentó al respecto: "Esta playa es para venir a disfrutar, por eso las personas creen que pueden hacer lo que quieren, a pesar de que estemos controlando, no hacen caso, ya sea por bañarse o consumir alcohol. Hay total libertad en la playa en muchos sentidos, entonces falta fiscalización".

Su compañero, Jorge Varela, agrega: "Nosotros sabemos que hay lugares en los que pueden correr peligro y les avisamos, pero aún así no escuchan. Como salvavidas tenemos ciertos roles, pero no tenemos mayor autoridad".

Ambos admiten que los jóvenes son los más intrépidos para entrar al agua, aunque adviertan o toquen el silbato. A su vez, las autoridades marítimas no se presentan con frecuencia en los días que las playas están llenas para regular el consumo de alcohol en un lugar público y familiar.

Así mismo, comentó el salvavidas de la playa Los Marineros, Nicolás Ramirez: "Deberíamos tener cierto grado de respeto, pero no se siente tanto porque no estamos respaldados con la autoridad marítima, en ese sentido hemos estado un poco abandonados".

En esta playa hay un panorama más tranquilo, aunque también se enfrentan a las marejadas y las desobediencias del público más experimentado. Así lo admite, Miguel Alvarado, uno de los cuatro salvavidas disponibles.

"Cuando hay marejada hay que tener precaución, tenemos límites, no dejamos que las personas entren al agua, pero no falta el bañista que es más osado y quiere meterse igual", reconoce.

Además hay un metal que sobresale de la arena, el que ya causó dos curaciones de primeros auxilios y traslado a urgencias hasta el momento.

Nicolás Rámirez, añade: "Nosotros tenemos complicaciones con un fierro que está hace siete años en la playa, ese es el mayor problema que debemos enfrentar porque hay que estar siempre atentos a accidentes que pueda provocar, aunque hay carteles preventivos".

También es recurrente que la gente vaya a tomar melón con vino, cerveza y mojitos.

Las playas vecinas al Muelle Vergara - Acapulco y El Sol - , también son altamente visitadas en la temporada alta evidenciando los mismo problemas que las anteriores.

Los salvavidas, Renato Muñoz y Luis Silva, confirman que hay problema en las filcalizaziones y poco respeto por parte de los bañistas, sobre todo con las personas de entre 15 y 30 años, lo que provoca que se convierta en un lugar más inseguro para todos y todas, sobre todo para los niños, hasta ahora les ha tocado rescatar a dos niños y una mujer adulta.

Luis Silva manifiesta que "el público es similar a años anteriores en cuestión de cantidad, pero desgraciadamente hemos tenido algunos factores que nos juegan en contra, por ejemplo, el consumo de alcohol, venta de droga, robos, riñas, entonces eso hace que la playa tenga un ambiente más denso de lo normal".

Renato Muñoz admitió que desde la hora de almuerzo se empieza a ingerir alcohol y otras sustancias.

En cuanto a la presencia de la guardia marítima, Luis Silva declara: "Siendo sincero no sirve de mucho que vengan a patrullar un martes, en comparación con un sábado o domingo, además que más que ver o no a gente consumiendo drogas, el problema es que la playa tiene un ambiente más familiar, entonces puede haber un grupo de personas, pero al costado hay cinco familias en los que sí o sí hay niños".

En la playa Caleta Abarca hay tres salvavidas disponibles, que han tenido que salvar a cuatro personas más un grupo de siete personas. Pero tiene un bajo flujo de gente en comparación a otros años. Osiel Fuentes, aclara que la gente está más tranquila y respetuosa.

Cristián Carvajal añade: "Como en todos lados, las personas no miden el peligro. Nosotros claramente ya tenemos experiencia en el agua, estamos ligados al salvataje y la gente que no obedece no entiende el peligro, pero nosotros estamos siempre ayudando".

Osiel Fuentes y Cristían Carvajal llevan años vigilando en esta playa, pero aseguran que no han tenido más ayuda por parte de las autoridades, porque no se presentan con mucha frecuencia resguardando la seguridad y las restricciones para proteger el ambiente familiar.