Artesana teje a crochet asombrosas piezas con finísimos hilos de cobre
Taller Cobre Vivo es uno de los atractivos de la Feria Internacional de Artesanía de Viña. El trabajo que Pamela Baeza dedica a esta delicada tarea va desde horas para una joya hasta años para una escultura.
Javiera Narvaez - La Estrella de Valparaíso
Cuando pensamos en cobre, nos vienen a la cabeza las imágenes de aquellas grandes bateas bullentes de metal fundido o las enormes barras y planchas de cobre que exportamos fuera del país.
Pero rara vez pensamos en los hilos de cobre, de hasta 0,1 mm de espesor, que se usan para un delicado trabajo: una fina artesanía de joyería y esculturas de este material, tejido a mano y a crochet.
Pamela Baeza Maturana práctica la orfebrería desde hace 23 años. Se especializa en el micro tejido a crochet con metal, especialmente de cobre, pero también estudió fotografía publicitaria, diseño, contabilidad y marketing, todo para fortalecer su negocio. Además se capacitó en filigrana en Italia, pero consideró dedicarse a una técnica más minuciosa, más allá del papel.
Su abuela le enseñó a tejer a los cinco años y empezó el año 2000 a formar su arte, cuando necesitaba un regalo para una amiga que vivía en el extranjero y encontró algunas figuras hechas de metal, pero quería algo que fuera elegante, fino y que no manchara la piel, lo que llegó a ser el sello principal de su marca.
Usa como material el hilado de cobre, que está procesado y esmaltado para que no que manche la piel.
Cobre vivo
Antes de dedicarse a hacer esculturas y joyería con este material, a través de su taller Cobre Vivo, Pamela tuvo que hacer una larga investigación y revisar el producto para determinar si es apropiado para sus figuras.
"En Chile no hay plantas para procesar el cobre. Eso quiere decir que tengo que importar el hilado, tuve que investigar de dónde conseguir hilos de metal, de qué países llega el cobre y lo procesan a hilo; después de eso tengo que ver la calidad y las dimensiones o calibre del hilo que necesito. De esa forma veo los países con los que puedo hacer negocio porque me toca importar grandes cantidades de rollos de cobre", explica.
La artesana comentó que para sus creaciones utiliza las herramientas como el crochet, cortantes y alicates, pero también tiene un ritual especial que es el trabajo con la geometría sagrada, que se trata de seguir las formas naturales de la naturaleza como patrón y así ir construyendo su tejido.
Además tiene que usar un hilado que le acomode a la hora de tejer. "Hay alambres que son muy gruesos o que son más desgastantes y que no los puedo tejer. Mientras más fino es el hilo puedes tener más movimiento y es más armónico con mi cuerpo. Elijo el grosor del hilado, los tonos, invento técnicas y formas de colorear el cobre", explica la artesana.
El tiempo es una variante: en las joyas se puede demorar horas, pero en las esculturas se tarda de tres a diez años en hacer un patrón.