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Exigen reconocer a 7 especies arbóreas como patrimonio

Alcalde de Casablanca, Francisco Riquelme, llevó hasta el Gobierno una iniciativa que busca reconocer a la palma chilena y al tayú del norte -entre otras especies- como Monumento Natural. Ambas están en peligro de extinción.
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Gian Franco Giovines - La Estrella de Valparaíso

Los incendios que afectaron tanto al Jardín Botánico como a la Quebrada Rodelillo de Viña del Mar, a finales del año pasado, dejaron en evidencia lo expuestas que están algunas de las especies nativas más longevas de nuestro país, como la palma chilena.

De hecho, según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN, actualmente la palma nacional (Jubaea chilensis), se encuentra "en peligro de extinción". Sin embargo, no se trata de un caso aislado. Especies como el tayú del norte -con presencia en la Región de Valparaíso- junto con el roble de Santiago -también encontrado en las regiones de Valparaíso y O'Higgins- son otros de los arbóreos cuya continuidad está seriamente amenazada para las próximas décadas.

Iniciativa ciudadana

La delicada situación que viven estos ejemplares de la flora nacional, motivaron al alcalde de Casablanca, Francisco Riquelme, a reunirse con la ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas. ¿El objetivo? Presentar una iniciativa ciudadana para declarar Monumento Natural a siete especies de la flora nativa del país.

Se trata de los ejemplares de la palma chilena, el tayú del norte, el roble de Santiago, el lúcumo chileno, el papayo chileno, el cactus sandillón y el cacto candelabro; todas, especies "vulnerables" o "en peligro de extinción".

"La iniciativa fue de dos organizaciones ambientales (...) la Coordinadora Ecológica de Casablanca y el Comité Ambiental Comunal, quienes, en coordinación con organizaciones ambientales de la Región de Valparaíso, funcionarios municipales y la academia, levantaron las especies que son susceptibles a proteger y se encuentran en peligro de conservación o vulnerables", detalla el alcalde Francisco Riquelme.

El edil, destaca que "estas especies son relevantes para la biodiversidad de Chile. Debido a la crisis climática y la depredación de los ecosistemas naturales, estas especies, si no son protegidas, pueden llegar a la extinción", advierte el alcalde, quien además indicó que el objetivo de esta iniciativa es establecer mayores restricciones para el corte o manejo forestal de estos ejemplares.

El doctor en Ciencias Biológicas y académico de la PUCV, Cristian Atala, aplaude la moción levantada desde Casablanca:

"Me parece una súper buena iniciativa, son especies endémicas de Chile, únicas en este país y en la zona central, que además tienen algunos riesgos de conservación", indica.

"Algunas de ellas son bien emblemáticas (...) representan un pasado de Chile, con especies que se denominan como relictas, que evidencian climas que ya no existen en esta zona, como por ejemplo los lúcumos, que es una especie de cuando Chile tenía un clima más tropical", explica el especialista.

El desconocido "tayú"

El tayú del norte (Dasyphyllum excelsum), probablemente no figure entre los árboles más reconocidos de nuestro país; sin embargo, es uno de los más antiguos y característicos. Incluso, ha llegado a ser denominado como como "el fósil viviente" por algunos medios especializados, ya que se estima que su origen se remonta hace 50 millones de años.

"Es bien interesante, porque pertenece a una familia que se llama asteráceas, que es la familia de las margaritas, de los dientes de león, de los girasoles, que son plantas herbáceas, chiquititas", dice el Dr. Atala. No obstante, el tayú es mucho más que una pequeña hierba: sus ejemplares más añosos y robustos, pueden alcanzar hasta imponentes 15 metros de altura.

Actualmente, algunos ejemplares del tayú se erigen en el Valle de Casablanca y en el Parque Nacional Cerro La Campana, no obstante, su continuidad no está asegurada. Según la Clasificación de Especies Silvestres del Ministerio de Medio Ambiente, el añoso árbol se encuentra hoy "en peligro" de extinción.

Desbalance ecológico

Sobre la compleja realidad de estas especies arbóreas de la zona central, el Dr. Atala atribuye culpas al desbalance en la protección de las áreas silvestres de nuestro país:

"Chile tiene compromisos internacionales de proteger el 10% de sus ecosistemas, pero lo cumple con trampa. Los ecosistemas del sur, como el bosque valdiviano, están sobrerrepresentados en los sistemas de áreas protegidas, mientras que en la zona central está subprotegida, llegando a menos del 1% del territorio protegido. Es ahí donde no estamos cumpliendo", asegura.

"Muchas de las zonas protegidas del Estado se han heredado por razones más bien históricas. Los datos científicos muestran que, en general, los parques nacionales no le achuntan a los lugares donde deberían estar. Donde hay que avanzar es hacia tomar decisiones políticas que estén basadas en evidencia científica".