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Ovnis: tratando de aclarar el misterio

Desde tiempos inmemoriales, luces y objetos voladores de origen desconocido cruzan los cielos del planeta, pero el enigma aún continúa.
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por Juan Guillermo Prado

En el campo ufológico somos un país privilegiado. Tempranamente, en el período de la Conquista, Alonso de Ercilla, en el poema épico "La Araucana", señala que el mago Fitón lo invitó a contemplar el mundo desde la altura en su esfera mágica, que ha sido identificada como un objeto volador. El navegante español Pedro Sarmiento de Gamboa, en la bitácora de viaje del navío Nuestra Señora de la Esperanza, en 1580, vio emerger de las aguas del estrecho de Magallanes un osni (objeto submarino no identificado), que incluso dibujó; y, según el jesuita Alonso Ovalle en su "Histórica Relación del Reino de Chile", publicada en Roma en el año 1646, en los cielos de la Araucanía hubo una batalla aérea que duró tres meses, cuyo grabado editó en su libro.

Hechos de esta naturaleza han sido frecuentes en nuestra historia, como también son habituales los fraudes. Quizás el más conocido corresponde al cabo Armando Valdés, que juró haber sido raptado por un ovni el año 1977, en las cercanías de Putre, y todo era falso.

Platillos Voladores y el Caso Roswell

La posibilidad de vida extraterrestre es un tema desde que en 1947 el piloto estadounidense Kenneth Arnold afirmó haber visto una cadena de nueve objetos voladores, que identificó como "platillos voladores". Pocos días más tarde sucedió el caso Roswell, cuando un objeto desconocido se estrelló en cerca de ese pueblo de Nuevo México. Se afirmó que se habían recuperado cuerpos de extraterrestres pero nunca se ha confirmado el mito.

Bill Richardson, exgobernador de Nuevo México, ha declarado: "El misterio que rodea este impacto nunca ha sido suficientemente explicado ni por investigadores independientes, ni por el gobierno estadounidense".

Nada se aclara y por décadas la opinión pública, interesada en el tema, no sabe cuál es la verdad. Por eso entrevistamos al periodista especializado Erick Bellido, quien se refirió a la investigación ufológica en la actualidad: "Creo que hay una doble agenda. Una para la opinión pública y otra para organismos de inteligencia militar y empresas de alta tecnología. El Pentágono, la Nasa y el Congreso de Estados Unidos apuntan a desclasificar la verdad detrás de los fenómenos aéreos no identificados, pero no todas las anomalías son aéreas. También hay fenómenos terrestres, acuáticos y ultraterrestres por explicar. Las grandes potencias, como China o Rusia, también han hecho sus anuncios y justifican aumento de presupuesto en adquisición de elementos para la defensa, porque ese tema podría afectar a la seguridad nacional".

-¿Y qué ocurre con nuestro país?

-Desde la llegada del hombre a la Luna, al Estado le ha interesado. Prueba de ello es que en 1968, al alero de la Oficina de Meteorología, se activa la primera Comisión Chilena para Estudios de Fenómenos Espaciales No Identificados y operó por siete años. Lo propio hizo la Dirección General de Aeronáutica Civil, retomando dicho comité por 24 años desde 1997 hasta mediados del 2022. Las fuerzas armadas y de orden han investigado estas materias y eso ha sido publicado cientos de veces por los medios de prensa, pero la memoria es frágil y los esfuerzos se diluyen.

-¿Por qué el caso del cabo Valdés tuvo tanta importancia? ¿Nadie se dio cuenta de que era un fraude?

-Porque cerca de Putre, en el norte de Chile, un pelotón de soldados del Ejército de Chile fue testigo en 1977 del avistamiento de un extraño objeto luminoso no identificado, sumado a una pérdida de tiempo vivida por el cabo Armando Valdés, regresando al grupo minutos más tarde con la barba crecida y una gran historia. El caso lo cubrió la prensa y Sergio Rey, el siquiatra de personal de Pinochet, tomó testimonio de los hechos. UCV Televisión fue el único canal que logró grabar el testimonio original. Con los años la historia se desvirtuó por influencias religiosas, publicaciones de libros y entrevistas pagadas.

-¿Solos en el Universo?

-Jamás hemos estado solos. Existen más de cien mil millones de galaxias en el universo y cada una de ellas contiene un billón de billones de estrellas. A las fecha se han detectado más de cuatro mil planetas. La interrogante se centra en si nos falta mayor tecnología para mostrar evidencias robustas que comprueben la existencia de vida similar a la nuestra en otros planetas o bien, la tecnología ya existe, pero decir la verdad a ciertas élites de poder la verdad les incomoda, porque no aporta a su agenda de control de masas. Agitar las aguas ideológicas del orden mundial no es simple.

-¿En qué posición se encuentra actualmente Chile frente a la investigación de estas manifestaciones?

-La postura de Chile es insípida. Hay un retroceso en la producción intelectual, acrecentado por la carencia de publicaciones serias basadas en estudios que apliquen el rigor del método científico. Hasta antes del estallido social y la pandemia por el COVID-19 se había logrado avanzar, pero progresivamente la prioridad decayó. Hoy vivimos tiempos de mayor apertura de conciencia frente a la hipótesis que no estamos solos en el universo, pero sin producción de saber que promueva la gestión del conocimiento no hay avance. Instancias como el Congreso del Futuro deberían abordar estos temas el año 2024.

-¿Qué opinión tiene respecto de la conveniencia o no de desclasificar información de fenómenos aéreos inexplicables?

-Normalmente el 98% de los casos reportados a los organismos oficiales tiene explicación. Pero de ese 2% que no la tiene, evidentemente requiere ser de conocimiento público en la medida que no afecte a la seguridad nacional. Pero desde el año 2021 existe jurisprudencia en Chile que marca un antes y un después por el pronunciamiento del Consejo de Defensa del Estado de negar la entrega de información clasificada sobre ovnis y osnis, por tratarse de información sensible, pero recientemente, el pasado 5 de enero de 2023, el Consejo Nacional para la Transparencia obligó a la Agencia Nacional de Inteligencia a otorgar información clasificada de los casos requeridos a través de la ley de transparencia por un particular. El debate aquí aún está abierto.

Ovnis, platillos voladores, luces misteriosas o lo que sean. Solo hay testimonios visuales, gráficos y de cualquier tipo pero nada, absolutamente nada, como un mensaje a los supuestos contactados para mejorar un simple resfriado o siquiera un tornillo u otro mecanismo procedente de estos objetos voladores no identificados.

"El 98% de

los casos reportados a organismos oficiales tiene explicación. Pero ese 2% que no la tiene, requiere

ser de conocimiento público".