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Con espinas y cochayuyos artista da forma a icónicos corazones

La porteña Cinthia Reyes vive hace 25 años en la Gran Manzana y en 2016, en medio del movimiento #niunamenos en Sudamérica, quiso plasmar en el clásico símbolo romántico, el dolor y el desgarro de la violencia de género.
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Priscilla Barrera Llanos

En un sinnúmero de materiales desde metal, espinas, fuego, hielo, chocolate, cuero, plumas, algas marinas, ha trabajado la artista visual Cinthia Reyes para dar forma a originales corazones que no solo constituyen piezas de arte sino que verdaderos gritos de protesta contra la violencia de género, motor que hace algunos años llevó a esta porteña radicada en Nueva York a obsesionarse con el órgano vital de nuestro sistema circulatorio.

Oriunda de Valparaíso, y en particular del cerro Cordillera, Cinthia estudió artes manuales con mención en madera en la Universidad de Playa Ancha y cuenta que mientras estudiaba tuvo la oportunidad de ejercer por un período como asistente de grabado para la maestra Pilar Dominguez.

"Ella marcó rotundamente mi pasión por esa disciplina" admite.

En el año 1991 viajó por primera vez a Nueva York para recibir su residencia y le gustó tanto la ciudad que la siguió visitando en años posteriores hasta que en 1998 decidió quedarse definitivamente.

Corazones rojos

"Corazones rojos, corazones fuertes, espaldas débiles de mujer"...así comienza la canción con que en la década de los '90 Los Prisioneros desnudaban una realidad por entonces oculta y que no era más que el machismo exacerbado, arraigado y sobre todo, tolerado en la sociedad chilena.

Inspirada en la banda nacional, Cinthia decidió nombrar del mismo modo su trabajo en las redes sociales. En su instagram (@CorazonesRojos.ny ) es posible recorrer y conocer sus obras y la multiplicidad de materiales empleados para darles formas.

"Corazonesrojos nace a mediados del 2016 cuando se empieza a levantar con más fuerzas el movimiento #niunamenos en Sudamérica. Me nació la necesidad de darles de algún modo identidad a estas cifras de tantas mujeres desaparecidas y violentadas", explica.

En simultáneo, agrega, su propia vida comienza a tener un quiebre y siente que está perdiendo su realidad.

"Siento que me desaparezco como estas mujeres y comienzo a sentir un vacío que ya no es sostenible solo por llenar las expectativas impuestas por un sistema patriarcal", agrega.

Pero también había un elemento aún más profundo y personal. "Sentía que el amor que siempre quise dar con libertad se volvió una obligación; además de ser alusorio a la psicomagia que no es más que una armoniosa unión entre el lado racional y el lado mágico del ser humano", acota.

Fue entonces que los corazones, que siempre, han estado presentes en sus trabajos, comenzaron a manifestarse y quiso plasmarlos y darles formas diversas.

"Me puse a estudiar un poco la iconografía de ellos y descubrí que el corazón romántico que conocemos, no es más que la huella que deja en el pecho la ausencia del órgano anatómico, por lo que decido trabajar con ellos para ser presente y no ausencia", precisa.

¿En cuántos materiales has trabajado?

"He trabajado en un sinnúmero de materiales desde metal, espinas, fuego, hielo, chocolate, cuero, plumas, algas marinas, ¡la lista es larga! Todos tienen una personalidad distinta y vida propia".

Cinthia ha tenido la posibilidad de exponer su trabajo solo de modo colectivo en varios lugares y con diferentes proyectos. En la actualidad trabaja en su primera exhibición individual que será este año.

En una reciente visita a Valparaíso, ofreció una breve e íntima muestra de su trabajo en el C° Concepción.

""Este viaje a Chile fue muy diferente a los anteriores, volví a reconectarme con mi tierra, mi familia y mis amigos. No pude llevar todos los corazones por temas de logística pero gracias a la ayuda de mi amiga la fotógrafa OjoIntruso la mitad de la exposición fueron fotografías de mis trabajos", planteó.

Yuyito

Uno de sus más recientes trabajos fue Yuyito, un corazón que se quedó en el conocido restorán Tres Peces del C° Concepción.

"Estando en Valparaíso encontré un pedazo de cochayuyo y creé un corazón. Lo bautizamos Yuyito y justamente me abren las puertas del restorán Tres Peces, donde Paula, la chef se especializa en la cocina con la pesca local y fue perfecto! Mis amigos y mi familia se unieron para que esa tarde fuera posible (la exposición). Estaré eternamente agradecida".