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El lunfardo, alma del tango

Con unas seis o siete mil palabras, ha sido el lenguaje de los delincuentes rioplatenses pero no se puede hablar del tango sin mencionarlo.
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por Juan Guillermo Prado | ilustración de Néstor Flores Fica

Carlos Gardel no solo cantaba tangos, también los componía y para las letras usaba el lunfardo. Hay quienes sostienen que es el autor del tango "El ciruja", que en uno de sus versos dice así: "Frente a frente, dando muestras de coraje, los dos guapos se trenzaron en el bajo, y el ciruja, que era listo para el tajo, al cafiolo le cobró caro su amor. Hoy, ya libré'e la gayola y sin la mina, campaneando un cacho'e sol en la vereda, piensa un rato en el amor de su quemera. Y solloza en su dolor".

No es fácil traducir este tango. Pero, para que tengamos una idea: "ciruja" es persona sin trabajo, "cafiolo" es proxeneta, "gayola" es cárcel y "quemera" es buscadora de residuos.

Tango, una voz africana

Todos estos días el tango se ha tomado las plazas y clubes sociales en Valparaíso. Ayer, en la terraza de la Empresa Puerto Valparaíso, se inauguraba el 34° Festival Internacional "Valparaíso Tango", mientras las parejas se lucían bailando el ritmo del 2 x 4.

El lunfardo es un argot proveniente de los inmigrantes que llegaron a Argentina en la segunda mitad del siglo XIX. En la primera etapa, por allá por 1870 a 1880, el lunfardo contuvo aproximadamente la mitad de las palabras provenientes de los dialectos toscano o genovés.

A ello se suma un sustrato previo, un vocabulario compuesto por palabras que no provenían del italiano, sino que eran tomadas del habla popular, o de expresiones de los esclavos africanos o palabras del ámbito rural, posiblemente españolas en su origen pero que después pasaron por el poema "Martín Fierro" y por toda la literatura gauchesca.

De alguna manera, el lunfardo da cuenta de los distintos grupos sociales que han ido dando forma a Argentina.

Este sería el único vocabulario popular formado originariamente y en un alto porcentaje por términos migrados, traídos por inmigrantes europeos, especialmente italianos y españoles, pero no deben olvidarse las sucesivas migraciones internas desde las provincias hacia la ciudad de Buenos Aires, que tuvieron lugar durante la primera mitad del siglo XX.

Así es como el lunfardo recibió el aporte de lenguas aborígenes, como el quechua, con expresiones como pucho (colilla), cache (de mal gusto) o cancha (habilidad), o tomadas del guaraní, como matete (desorden), o del mapudungun como pilcha (ropa) o gaucho (amigo).

Para muchos especialistas, tango es una expresión que proviene de África y se utilizaba para referirse a lugares de reunión. También están relacionados con este ritmo porteño milonga y canyengue, un estilo de baile opuesto al tango de salón. El tango canyengue era el que se bailaba en los suburbios y por las prostitutas en los cabarets por su modo extremadamente sexual y provocativo.

palabra rebelde

En 1953 se publicó el libro "Lunfardía", de José Gobello. Este autor señaló que para que una palabra se vuelva lunfardo tiene que estar presente esta idea de rebelión, esta idea de jugar con el lenguaje.

Por ejemplo, "canillita", que es una palabra lunfarda que inventa Florencio Sánchez en su texto del mismo nombre, publicado en 1902. Es la historia de un niño que vende diarios y al que llaman así porque es muy flaco, usa pantalones cortos y se le ven las canillitas de las piernas. De ahí que a los diarieros se los llame canillitas.

En general las palabras de un argot tienen un contenido afectivo, que puede ser positivo o despectivo, burlón, irónico, picaresco. Tienen diferentes matices, según la palabra y el contexto. En muchos casos hay razones insólitas para que un vocabulario marginal aparezca y empiece a ser usado por todo el mundo.

Para hablar de esta singular jerga rioplantense, conversamos con el mendocino Ángel Bloise, conductor de eventos tangómanos e integrante de la Academia Nacional del Tango.

"En sus comienzos fue el lenguaje de los ladrones porteños. Lo utilizaban para comunicarse entre sí y, de esa manera, que los guardias no supieran de que hablaban. Se lo denominaba idioma 'canero', ya que viene de 'cana' (policía). Por ejemplo, 'araca' es una voz de aviso semejante a 'cuidado, ahí viene alguien'. Hay títulos de tangos que llevan esta expresión 'Araca, París', o 'Araca, corazón'. Si bien nació de 'la furca y la ganzúa', como dicen algunos, poco a poco se fue integrando al lenguaje de la sociedad, fundamentalmente en las clases populares", señala Bloise.

"Algo similar ocurre con la expresión 'de querusa', que significa cometer un delito sin que lo note la policía -continúa el mendocino-. También se usa para que lo que se habla entre dos personas, quede entre ellos. Las clases altas despreciaban al lunfardo, igual que al tango. La gran ola de la inmigración en Buenos Aires, fin del siglo XIX y principios del XX, contribuyó con vocablos traídos de otras tierras para enriquecerlo. Llega al tango a partir de que Pascual Contursi, en 1917, creador del 'tango canción', lo incorpora a sus letras. En 'Mi noche triste', Contursi dice en el comienzo: 'Percanta que me amuraste, en lo mejor de mi vida'. En lenguaje cotidiano significa que la mujer lo abandonó. 'Percanta' significa mujer y 'amuraste', me dejaste. Muchos poetas incluirían luego el lunfardo en sus letras incluso hasta nuestros días, aunque en menor medida. Por ejemplo, el cantante Edmundo Rivero, miembro de la Academia Porteña del Lunfardo es, sin dudas, un especialista en interpretarlo", acota.

-Quizás uno de los tangos más conocidos es "Cambalache", compuesto en 1929 por Enrique Santos Discépolo, pero en Argentina un gobierno militar en 1943 lo prohibió, intentando suprimir el lenguaje lunfardo. ¿Este tango es aplicable a los tiempos que vivimos o está pasado de moda?

-Este tango fue escrito para la película "El alma del bandoneón", donde lo interpreta el cantor Ernesto Famá. Este filme se estrenó el año 1935. Discépolo, como un exquisito dibujante, pinta los hechos que se vivían en ese momento no solo en nuestra América Latina sino también en todo el mundo. Nos dice: "El mundo fue y será una porquería, en el quinientos seis y en el dos mil también". Estamos en 2023 y mucho no ha cambiado la cosa. Este tango tiene un antecedente en "Al mundo le falta un tornillo", escrito por Enrique Cadícamo, en 1931, luego de la crisis mundial de 1929. Nos dice Enrique: "Todo el mundo está en la estufa, triste, amargao y sin garufa, neurasténico y cortao... Se acabaron los robustos, si hasta yo, que daba gusto, ¡cuatro kilos he bajao! Hoy no hay guita ni de asalto y el puchero está tan alto que hay que usar el trampolín. Si habrá crisis, bronca y hambre, que el que compra diez de fiambre hoy se morfa hasta el piolín". Yo considero que "Cambalache" es un tango atemporal porque en el tiempo y en el lugar en que se interprete, tiene vigencia. Esa es la razón por la que lo interpretan en todos los recitales, festivales y donde haya un cantor o cantora haciendo su trabajo. Por lo tanto, nunca pasará de moda.