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Fiesta cuequera animó El Derby

Diferentes agrupaciones de cueca de la región llegaron con sus instrumentos a celebrar uno de los eventos deportivos más importantes de todo el país.
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Diferentes grupos cuequeros de nuestra región se reunieron nuevamente en el marco de El Derby, reviviendo una tradición entre familias y amigos junto a instrumentos, bailarines e intérpretes, buscando pasar toda la tarde disfrutando de la música, incluyendo a organizaciones folklóricas como Los Afuerinos, Joyitas del Pacífico, Los Botones de Oro y La Isla de la Fantasía.

Todos ayudaron a armar y acomodar los toldos para su día de asado cuequero, preparando los instrumentos en pos de bailar en este espacio familiar.

Lorena Huenchuñir, de 43 años, es acordeonista en Las Lulús de Pancho Gancho, una agrupación musical femenina dedicada al rescate, recopilación y difusión del folclore urbano porteño. Desde hace 10 años participa en este evento con otros grupos.

"Siempre venimos a compartir, tenemos todo instalado, hasta la comida, después es pura cueca, andamos con los instrumentos y cantamos. Algunos aprovechan la instancia de compartir y disfrutar durante el día, otros apuestan dependiendo de la carrera", comentó.

Son distintas las generaciones que se van juntando a medida que transcurre el día con diferentes instrumentos. La mayoría se dedica a bailar, sobre todo cueca brava.

Los de tercera edad llevan más años viniendo al llamado "máximo desafío", incluso, en años anteriores, trajeron un piano para poder tocar durante los días en que realizaban su tradicional pícnic.

Alberto Ponce pertenece a Los Afuerinos, agrupación de música folclórica porteña de la década de los 80. Lleva más de 40 años disfrutando del Derby, antes era guitarrista, pero ya no toca por problemas de salud, así que ahora se dedica a cantar.

"Es una tradición, hace muchos años que venimos a participar de esta fiesta de los cuequeros dentro del Derby. Siempre ha sido un agrado, aquí llegan cuequeros de todos lados, es una reunión de amigos", afirmó.

Nuevos compañeros también se han sumado a esta junta musical. El presidente del círculo de cuecas porteñas, Arturo Maturana, participo por primera vez de esta reunión junto a su compañera, Aurora Saavedra, quien siempre tuvo curiosidad de ver este espectáculo deportivo.

Y aunque la horas previas a la carrera fueron de extrema preocupación, porque al conjunto el día anterior le robaron sus toldos y mesas, todo finalmente quedó en nada, ya que enfrentaron las dificultades para seguir disfrutando de la fiesta.

30 Músicos de Viña del Mar, Valparaíso y Santiago se juntan para compartir en el llamado "máximo desafío".

Javiera Narváez

La Estrella Valparaíso

Familia hípica: Un patrimonio vivo

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Entre relinchos, crines coloridos y la gran expectación de atinarle a un caballo ganador, los visitantes del Sporting se maravillaron con el trote de los corceles mientras pasaban por el pasillo de ingreso previo a la toma de posiciones.

Contemplando este alucinante momento, Gladys Orias, vecina de Viña del Mar, compartió un momento del más puro aire hípico, comentando el estrecho vinculo familiar con el tan esperado evento.

"Siempre he venido Derby por cuestiones familiares. Mi marido era jinete, que en paz descanse, mi hermano era jinete, y mi hijo toda la vida ha trabajado aquí. Nosotros somos una familia hípica", compartió.

La historia familiar de Gladys se gestó y actualmente vive en el valor patrimonial con la que vecinos de Viña se han hecho parte en la carrera más importante del año. Sobre aquello, Gladys aseguró que "siempre El Derby ha sido algo de venir en familia, un pícnic, y estar todo el día acá. Que sea de familia es lo precioso, romántico y emocionante".

"Los hombres son más apostadores"

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Durante las primeras apuestas de la jornada, puestos de camping desocupados y varias graderías vacías llamaron la atención de quienes por más de 20 años han venido a presenciar el gran evento hípico de nuestra región.

Fabiola, su esposo y su hijo, desde Rodelillo, hicieron notar esta apreciación, asegurando que "venimos del año 2000 al Derby, y en ese tiempo, a esta hora (mediodía), la cancha estaba llena de gente que compartía con otras familias, comía asado y jugaban entre ellos. La gente empezaba a entrar de la 7 de la mañana, y se ocupaba la entrada de 1 norte, que ahora está cerrada".

Sin papeleta en mano, Fabiola observó el entorno y percibió una brecha que, notoriamente, marcaba una distinción frente a la línea de meta. "Casi siempre los hombres son más apostadores que las mujeres, aunque hay mujeres que también lo hacen, pero son menos. Yo vengo más para distraerme y pasarlo bien. Premios buenos no he ganado, yo vengo más a acompañar y disfrutar la vista de las carreras, la cancha y recorrer".