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Nostalgia y melomanía: "Cultura Vinilo" se tomó el centro de VIña

De surcos, agujas y tornamesas fueron las conversaciones que se suscitaron en esta expo, que reunió a disquerías, coleccionistas y fanáticos del romanticismo por el formato análogo.
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Mauricio Toledo - La Estrella de Valparaíso

Mientras la industria musical actual apunta a los nativos digitales, con plataformas y bibliotecas de suscripción casi infinitas, fanáticos y melómanos acérrimos gestan sus propios espacios para compartir, intercambiar y mercadear el formato de producción que más romanticismo ha tenido en la historia de la producción sonora: el vinilo.

Reproducir los discos de PVC (policloruro de vinilo) se enmarca en un nostálgico ritual que logra generar un estrecho vínculo entre quien escucha y lo produce: primero, invertir en una tornamesa, parlantes y amplificadores, para recién, y con cautela, ubicarlo en el tocadiscos sin que la aguja salte, se quiebre y termine por rayar los surcos del disco.

Para los fanáticos, Kamaleón Records organizó "Cultura Vinilo", junta que se dio cita ayer en Paseo Cousiño, Viña del Mar, en donde distintas disquerías y coleccionistas del formato se reunieron a compartir y mercadear sus reliquias.

Ignacio Sierra, dueño de la tienda online viñamarina Kamaleón Rec's, compartió sus motivaciones como organizador. "Esta feria empezó mas o menos hace un año con unos amigos y la hemos ido rotando de ciudad y locales entre La Ligua, Santiago, Quilpué, Valparaíso y Viña, realizándola una vez al mes. Hoy (ayer), empezamos a las doce y a diez minutos de abrir ya había gente esperando afuera. Siempre hay efervescencia cuando hacemos estos eventos porque todo lo que se respira es música", cuenta.

Revival

Para los coleccionistas, el vinilo tiene mejor fidelidad de sonido y valor material que cualquier otro formato, causando un fuerte "revival" para quienes otorgan varios minutos del día en escuchar música.

"Hay un revival importante desde hace un par de años por el formato físico. Es difícil de explicar, pero entre más auge del formato digital, más la gente quiere tener algo propio, suyo, que va a poder tocar, escuchar, verlo, generando un vínculo. Uno como coleccionista siente cariño por sus discos", añade Ignacio Sierra de Kamaleón.

Tatuajes

El espacio de encuentro fue facilitado por Nomade Tattoo Studio, negocio dedicado al tatuaje y el barismo de café en grano. Su dueño, Juan Pablo Molina, se refiere al vínculo del tatuaje con la música en formato físico.

"Nosotros estamos muy interesados de abrir las puertas a la cultura en general, el arte visual, la música y ahora ligándolo también a la cafetería. Todo está impulsado por el tema de coleccionar y tener actualmente el poder adquisitivo para optar a estos objetos que antes no podíamos tener. Actualmente los nuevos profesionales, que en general no tienen hijos, están gastando su dinero en cosas que hace 20 años, cuando eran chicos, no podían tener", señala.

Generaciones

Juan Pablo percibe el formato como un medio que trasciende lo temporal e involucra a todas las generaciones en la producción musical.

"El vinilo de todas formas trasciende a todas las generaciones. Aunque, hablando con una amiga de 23 años, no entendía cómo funcionaba el vinilo, que es algo súper físico y análogo, nada digital. No sabía qué era un surco, que su profundidad depende de sonidos graves o agudos, y quedó sorprendida. La inmediatez actual y lo digital hacen que este tipo de eventos favorezcan a entender como eran las cosas antes y el material físico", suma.

El público, en mayoría masculino y adulto, comparte las apreciaciones de "darse un gustito" ahora que pueden hacerlo. Desde San Felipe, Marcos Cortés, actual coleccionista y retirado DJ de los 90, se hace parte de la premisa adquisitiva.

"Siempre me han gustado los vinilos y en esa época no tenía la ocasión ni los medios para llegar a ellos. Siento que la autenticidad de la calidad analógica supera al máximo a los otros formatos. Me enteré ayer del evento y viajé, me quedé donde unos familiares y aquí estoy presente", relata.

A pesar de la tendencia de público, las nuevas generaciones se involucran en el mundo coleccionista y, ante el desconocimiento general, hablan de todo un círculo joven que vive por hacer girar los surcos.

Matías González, de Quilpué, comparte su visita: "Vengo a ver mas o menos algo que me guste, pero igual hay puro rock clásico. Hay que ponerle atención a las escenas locales que están sacando material en vinilo, porque hay todo un mercado que en estos espacios se podría explotar".