Felicitamos al Dr. Patricio Mardónez, presidente de la Red Nacional de Salud, por solicitar al Gobierno eliminar los cambios de horario. Ello porque el cambio de hora de la primavera afecta negativamente a las personas: causa una caída en el nivel de atención y desempeño y un aumento en la incidencia de infartos durante los primeros días hábiles después del cambio de hora, además de causar un aumento sostenido en el déficit de sueño; y todo ello sin un ahorro de energía demostrable.
Sin embargo discrepamos con él que deberíamos mantener el horario actual, el llamado "horario de verano". Si bien todos agradecemos, desde el punto de vista social, tener más luz en la tarde, nuestro cuerpo y su biología definitivamente prefieren que haya la mayor cantidad de luz posible a la hora de levantarnos. Cabe además recordar que la presencia de más luz en la tarde se debe fundamentalmente a la estación (verano) y no al horario. Con el horario de verano el sol se levanta más tarde en el invierno: ello retrasa nuestro reloj biológico, lo cual hace que nuestro cuerpo despierte más tarde, afectando negativamente nuestro desempeño. Así, el reloj despertador puede obligar a nuestro cuerpo a salir de la cama cuando esté oscuro, pero nuestra fisiología corporal aún no estará del todo "despierta". Los más afectados son los adolescentes, que son el futuro de Chile. Eso aparte del hecho que debamos levantarnos aún más a oscuras, lo cual aumenta los riesgos de accidentes.
Todo esto no es solo un tema biológico: todos los países que han adoptado mantener el horario de verano permanente han rápidamente abandonado esa opción, ya sea volviendo a mantener los cambios de horario (EE.UU., 1974), o eligiendo el horario de invierno como horario permanente (Rusia, 2014). Y no hay que olvidar que Chile también ya hizo este experimento con su población y con el mismo resultado: en el año 2015 Máximo Pacheco, el entonces Ministro de Energía, fijó el horario de Chile al llamado "horario de verano", decisión que fue revertida un año más tarde (2016; a excepción de la provincia de Magallanes) debido a su rechazo transversal por la mayoría de la población. Como era de esperar, mantener el horario de verano permanente aumentó el ausentismo escolar y no tuvo beneficio alguno en términos de ahorro de energía.
En resumen, apoyamos decididamente la solicitud del Dr. Mardónez de eliminar los cambios de hora. Pero solicitaríamos que la modificación al régimen horario de Chile se realice después del cambio de hora del 1º de abril, manteniendo de esta manera el llamado horario de invierno de manera permanente.
John Ewer, Cronobiólogo , U. de Valpo
Luis Larrondo, Cronobiólogo, iBio- Pontificia Universidad Católica de Chile