Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Deportes
  • Tiempo Libre
  • Estrellas
[Cultura Urbana]

Artistas exploran las posibilidades del grabado

En la muestra "Encuentro informal", en la galería Casaplan de Valparaíso, cinco creadores exhiben diversas técnicas y propuestas.
E-mail Compartir

Marcela Küpfer C.

"Las múltiples operaciones directas mediales que contiene el lenguaje del grabado normalmente tienen como finalidad provocar la aparición de una imagen impresa, generalmente sobre un papel. No obstante, los variados procedimientos que implica s cabal desarrollo abren la imaginación a determinar rumbos y puertos distintos a los esperables".

Con estas palabras, el artista Rafael Munita introduce el recorrido de la muestra "Encuentro informal", inaugurada en la galería y taller Casaplan de Valparaíso, donde se exhiben obras del propio Munita, Roberto Acosta, Loro Coirón, Javiera Moreira e Isabel Cauas.

Su reflexión ciertamente apunta al corazón de esta particular muestra, donde el grabado se presenta en sus formas diversas, desde las tradicionales linografías de Loro Coirón hasta, en las antípodas de la reproducción propia del grabado, las piezas única de Rafael Munita realizadas con tóner.

Roberto Acosta, por su parte, realiza el camino desde el soporte digital de la fotografía al grabado; Javiera Moreira desplaza el papel por la seda negra como soporte de impresión; e Isabel Cauas desarrolla una técnica mixta que navega entre distintas expresiones del arte visual.

Obras con tóner

El destacado grabador Rafael Munita, miembro del Taller 99, presenta una serie de obras en escala de grises realizadas con tóner, un polímero que se usa en gráfica para imprimir, pero que el artista emplea aquí para desarrollar una técnica que está en los límites del grabado.

Desechando la idea básica de la reproductibilidad de la obra a través de múltiples impresiones, Munita crea piezas únicas sobre tela, utilizando alcohol para el trazado sobre el cual esparce luego el polvo de tóner. El resultado son cuadros de intenso blanco y negro, donde la figuración asoma entre las formas difusas del cuadro.

Los partidos

Roberto Acosta exhibe dos obras donde propone "la vuelta de los digital a lo analógico. Tiene que ver con refrescar la práctica y ejercicio de la xilografía", explica el artista y coordinado de Casaplan. En este proceso, Acosta toma fotografías digitales que trabaja en un programa computacional "hasta llegar a un lenguaje tallable. Luego se imprime, se traspasa a la madera y se talla. Para el color ocupo la técnica del monotipo, donde cada color se imprime por separada", detalle. En estas dos obras, Acosta recoge temáticas más políticas, sobre el estallidos social y la migración.

También exhibe dos grabados de una serie que prepara llamada "El problema de Chile son los partidos", donde a partir de la representación de canchas de fútbol (xilografías) intenta "hablar del país binario en que nos hemos convertido".

SEDA como soporte

Javiera Moreira, artista y directora de Casaplan, exhibe una serie de cinco obras inspiradas en camas. Tres de ellas están realizadas sobre tela negra.

"Yo trabajo desde lo íntimo, lo que nos pasa internamente, y mi tema recurrente es la soledad del ser humano. Esta soledad la grafico en elementos cotidianos y es así como llego a la cama como cómplice de tus sentimientos, cuando te sientes solo es tu compañía, tu intimidad", señala.

Moreira aplica el color con la técnica del monotipo sobre telas de seda negra, que juegan con la idea de sábanas, complementando la temática de las obras.

El policlínico de los libros

E-mail Compartir

por Joaquín Escobar

Un libro que discute

Joseph Andras es un escritor francés del que se conoce poco en Latinoamérica. Premiado en diversas oportunidades, su narrativa se construye desde la literatura hacia la sociología. Hay un efecto embudo en el que la ficción va de lo íntimo hacia lo público, exponiéndose un diagnóstico social en donde el pasado es un ente que determina las reproducciones del presente.

"A lo lejos el cielo del sur & Así les hacemos la guerra" son dos novelas cortas que en cierto punto se relacionan. Ho Chi Minh antes de ser Ho Chi Minh fue Nguyên Ai Quôc, un joven que deambuló por la vieja Europa. Al narrador, que va tras sus pistas como un obseso, no le interesa el héroe político en el que devino después. Su objetivo es ir a la semilla de un ser humano que vivió y sufrió en los desvelos de las noches parisinas. Antes del eje ideológico y de las chapas históricas, antes del discurso que cambió a toda una generación durante el siglo XX, hubo un sujeto anónimo, de bajo perfil, que fracasó sin aspavientos ni altavoces. Esta búsqueda transcurre en la Francia de los chalecos amarillos. En el corazón del movimiento social, que clamaba por mayor justicia e igualdad, había un paseante que, un tanto ajeno a lo que le rodeaba, buceaba incesantemente por aceras que escondían las huellas inciertas de un líder lejano.

La segunda novela es un tríptico que, al modo de las muñecas rusas, esconde narraciones adentro de un tazón mayor. Todo está mediado por la concepción que se tuvo y tiene de los animales, una lucha que si bien hoy a alcanzado ribetes masivos, tuvo otras aperturas a comienzo del siglo XX.

El primer escrito transcurre en Londres en 1903. La vivisección de un perro con propósitos científicos provoca una pequeña revuelta que hará enfrentar a estudiantes, científicos y activistas. Todo este episodio termina en un juicio para el cual nadie estaba preparado.

La historia que continúa sucede en 1985 en California. El Frente de Liberación Animal rescata a un mono al cual cegaron para probar un sonar.

La última narración acontece en Charleville-Mézières. Una vaca a la que llevan hacia el matadero decide saltar del camión para huir de su destino. En este caso, no hay una intervención humana, más bien es el animal mismo quien escoge un camino.

El del francés es un libro sumamente interesante que discute, desde la literatura y en formato breve, los procesos en los que ha devenido la izquierda. Sin hacerlo explícito ni discursivo, se busca presentar lo que sucedió a lo largo de un siglo. Quizás más "posmo", light y acomodaticia, o quizás menos radical porque la lucha de clases dejó de interesar, hay una mutación desde la zurda que no podemos pasar por alto. Usted, como lector, decide, problematiza, se pregunta y sigue debatiendo.