Rusia del ateísmo a la fe ortodoxa
Putin se ha apoyado en la poderosa Iglesia ortodoxa en su guerra contra Ucrania, en tiempos pasados lo mismo hizo el dictador Stalin contra los nazis.
Por Juan Guillermo Prado O.
Nadie puede negar que durante el oprobioso régimen bolchevique la fe religiosa fue perseguida con dureza y animadversión. Según cifras oficiales publicada por el gobierno en 1995, a través de la Comisión Estatal de Rusia, 45.000 templos y monasterios fueron destruidos y aproximadamente 200.000 sacerdotes, monjes y monjas cristianos fueron asesinados en la Unión Soviética entre 1917 y 1985. En su mayor parte eran ortodoxos, seguidos de católicos y miembros de otras iglesias cristianas y, a mucha distancia, las víctimas pertenecían a la religión judía e incluso al Islam.
Sin embargo, aunque parezca sorprendente el dictador José Stalin recurrió a la fe. En junio de 1941, la Alemania nazi atacó a la Unión Soviética tomando por sorpresa a Stalin. En ese momento el dictador comenzó a dar órdenes bastante inesperadas. Se ordenó a los oficiales que volvieran a la antigua práctica zarista, según la cual las tropas eran conducidas a la batalla con un "¡Adelante, con Dios!"
También se asignó a la tropa un buen número de esos capellanes que, evidentemente, no existían desde los primeros días de Lenin. Siguieron otras medidas asombrosas, como la orden de reabrir unas veinte mil iglesias.
Una Misteriosa Carta
Aún más impactante fue para la gente acostumbrada a la lucha implacable contra la religión que en Leningrado asediada por los alemanes, reapareció, el venerado icono de la Madre de Dios de Kazán, protectora de Rusia. Y, bajo el fuego de la artillería y aviación germana, las propias autoridades organizaron una devota procesión.
¿Qué había ocurrido? Según el conocido escritor y periodista italiano Vittorio Messori y diversos autores rusos, el cambio de actitud de Stalin se debió a una revelación de la Virgen María, que habría sido realizada por un místico libanés. El jefe del Estado Mayor del Ejército Rojo, el general Boris Shaposhnikov, se había presentado ante el dictador con una carta desde el Líbano. Misiva que el dictador tomó muy en serio. El general, un héroe de guerra, explicó que un asceta ortodoxo libanés, un tal padre Elías, consternado ante la idea de que los nazis paganos pudieran pisotear el suelo sagrado de la Madre Rusia, que para los ortodoxos es la Tercera Roma, luego de haber pasado tres días y tres noches en la cripta de su iglesia, sin beber ni comer ni dormir, de rodillas y en oración, recibió una revelación que envió a la Unión Soviética.
Claro que cuando terminó la guerra la persecución volvió contra los cristianos hasta el fin de la Unión Soviética. El pasado 12 de junio se celebró en Rusia el día de la Independencia, esta fiesta nacional registra el nacimiento de la Federación de Rusia y el fin de la Unión Soviética. Volvieron a abrirse las iglesias, los monasterios recibieron nuevos monjes y la fe ortodoxa renació con más fuerza.
Ha pasado casi año y medio de la brutal invasión a Ucrania y Putin ha utilizado los símbolos religiosos en esta guerra. Entrevistamos a Guillermo Holzmann, analista político y académico universitario, quien señaló que "la invasión rusa a territorio ucraniano forma parte de un proceso que pretende restaurar el Imperio ruso. Para Putin la religión constituye un factor necesario en la estructura de poder y es ahí donde viene la ligazón entre Putin y la Iglesia ortodoxa. Él fue hijo de una creyente. La identidad nacional y la fe forman parte del nacionalismo ruso.
Agregando: "La Iglesia ortodoxa tiene mucha autoridad social, política y económica en todo el territorio ruso e influye en Putin. La Iglesia tiene mucha influencia y el posible sucesor de Putin tendría un rol preponderante en su sucesor. Para entender lo que realmente ocurre allí hay que asociar la fe y la historia rusa".
Putin ha dado muestra de la utilización de la fe y la devoción mariana. El año 2021 con motivo de la inauguración oficial de la Catedral de la Virgen de Kazan, envió a los invitados un mensaje que en parte señaló: "La restauración de la catedral en el lugar donde se encontró el milagroso icono de Nuestra Señora de Kazan, una de las reliquias cristianas ortodoxas más veneradas, es un evento destacado y muy esperado para los creyentes, feligreses y peregrinos, para todos aquellos que atesoran ideales espirituales y morales, legados por nuestros antepasados, y que atesoran el invaluable patrimonio histórico de nuestro pueblo… Es gratificante que este trabajo cuente con el apoyo total de la Iglesia Ortodoxa Rusa". La catedral fue demolida en 1932 y la restauración comenzó en 2016.
Este mes un icono regalado por el presidente ruso, ha enfrentado al patriarca ortodoxo Kiril, aliado de Putin, con el principal museo de Moscú, que acogió la pintura desde que las autoridades soviéticas se lo cedieran en 1929. La manzana de la discordia es el cuadro La Trinidad de Andréi Rubliov, pintor del siglo XV, considerado unánimemente el icono más importante de la Ortodoxia. Cientos de fieles rusos se congregaron el domingo 4 de junio en la Catedral de Cristo Salvador de Moscú para venerar el icono de incalculable valor entre estrictas medidas de seguridad.