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[Cultura Urbana]

Muros de Valparaíso recreados en pandemia

Artista Goblin presenta en Rojo Galería una colección de retablos donde confluyen íconos del cine y la música con la crítica social.
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Marcelo Macellari C. - La Estrella de Valparaíso

Los muros de Valparaíso son el escenario habitual donde Goblin despliega su arte, en el cual a través de la técnica del Stencil plasma íconos del cine y la música, junto a un discurso de denuncia política y social. Durante la pandemia, el destacado representante del Street Art nacional debió recluirse en su taller, sin embargo, no se detuvo la necesidad de crear y el resultado se puede apreciar en "Muros pandémicos", muestra que se exhibe en Rojo Galería y que corresponde a una selección de obras de pequeño y mediano formato en la cual se recrean las principales superficies sobre las cuales Goblin trabaja, que son las fachadas y el espacio público.

Mauricio Rodríguez (Goblin) cuenta que "en el periodo más duro de la pandemia, cuando se decretó el confinamiento, yo sentí que no podía quedarme con los brazos cruzados y ya tenía en mente la idea de hacer retablos. Decidí hacer diez obras, que recrearan lo mismo que hago en la calle, tratando de que fueran lo más parecido a los lugares de Valparaíso donde yo salgo a pintar. Además, decidí invitar a otros artistas, que me enviaron sus colaboraciones, a través de la impresión de un diseño, en formato Pasteup o pegatina y collage".

Entre los artistas que colaboraron figuran, desde Santiago: Mr Owl, Sol Barrios, Paloma Rodríguez, Caiozzama, Aka la estampa, Cabeza de Bala, Impagano, La Imaginaria, Caro Stine, No Pasarán y Pico en el Ojo. De Valparaíso: Carácter Mínimo, Almendra, Camilo Amaro, Hay una Rata. Junto a The Postman (Brighton, Reino Unido); Sacsix (Nueva York); Dyland Egon (Nueva Jersey; Liz Art y Lembo (Berlín); Casa de Balneario (Uruguay), y Merioone (Italia).

Street Art

Goblin señala que los 10 retablos en exhibición "son una respuesta al encierro, porque no quería quedarme encerrado mentalmente, así que decidí dejar expresar lo que sentía en ese momento. En el proceso, recordaba las calles que he recorrido una y otra vez, miraba las ventanas para reproducirlas o también alguna fotografía. Sin embargo, yo soy un observador convulsivo, entonces tengo muchas imágenes en mi mente y nunca me canso de caminar por Valparaíso, siempre encuentro un lugar que no he recorrido. Eso me da un plus y me gusta mucho el formato de intervención humana que hay, los grafitis y también el paso del tiempo".

El artista, quien colaboró con Bansky en su última exposición en Chile, agrega que "para mí el Street Art no es destruir, sino que arreglar un poco la ciudad con estos personajes del cine y de la música, que me han inspirado y que también me han sacado del encierro mental. Yo soy autodidacta y puedo decir que la música que escuché y las películas que vi en mi adolescencia me salvaron de las dificultades y precariedades de mi entorno. Luego investigué, hice talleres y llegué al Street Art, donde voy comunicando historias, que son mías, pero también de otros. Y la crítica social y política no puede estar ausente, porque hay demandas sociales y se sigue abusando de la gente".

"Muros pandémicos" se exhibe hasta el 30 de julio en Rojo Galería (Miramar 175, cerro Alegre), de lunes a domingo, de 10.00 a 18.00 horas.

En Serie

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por Marcela Küpfer

Amor en tiempos de la realidad virtual

Una interesante miniserie francesa estrenó recientemente Netflix. Sin ser del todo original, la premisa resulta cautivante, porque combina un contexto de futurismo con un drama romántico y un misterio policial.

La serie se ambienta en 2025, 27 años después de la muerte de Melanie, una joven jueza, madre de una bebé y esposa de Ludo, hoy convertido en un comisario de la policía. La joven apareció muerta a los pies de un risco, en una playa, en lo que se presume fue un accidente. Dos décadas y media después, Ludo ha reconstruido su vida: tiene una nueva esposa y un hijo, aunque el recuerdo de su joven amor se mantiene presente.

El destino lo lleva a una escena del crimen que coincide con el lugar de la muerte de su esposa. Una mujer ha aparecido muerta, aparentemente por causas violenta, en la misma playa que Melanie.

Haciendo uso de la realidad virtual, Ludo ingresa a una sala para analizar la escena del crimen a partir de los datos digitalizados. Con unos lentes especiales, puede estar inmerso en la escena y recorrer los detalles. Pero de pronto ocurre algo inesperado: dentro de la escena virtual aparece la figura de su esposa Melanie, 27 años antes, en días previos a su muerte. Se ha producido algo así como un vórtice temporal que permite a Ludo y Melanie tener contacto en esta realidad virtual.

A partir de allí se desarrolla la trama más interesante, porque en sus investigaciones en el presente, Ludo concluye que la actual muerte y la de Melanie, y probablemente otras, están conectadas y son obra de un mismo asesino. Así, se obsesiona con la idea de encontrar la asesino y advertir a Melanie para evitar su muerte 27 años en el pasado.

Pero, como en todo viaje en el tiempo, cambiar las cosas en el pasado puede tener consecuencias en el futuro. Es el llamado efecto mariposa. Cada cosa que Melanie cambia en el pasado, tiene una consecuencia en el futuro. La pregunta es: si Ludo logra evitar la muerte de Melanie, ¿cómo afectaría esto su propia vida? ¿Perdería a su actual esposa e hijo? Y, por otro lado, si deja todo como está, ¿permitirá que un asesino de mujeres siga libre en impunidad?

Aunque con las inconsistencias propias de casi todas las tramas que se meten con los viajes en el tiempo, "Vórtice" propone una interesante variante porque muestra a un personaje atormentado por el pasado, que no puede dejar ir la historia ni aceptar la pérdida. A su vez, profundiza en la atroz certeza de saber que tu muerte vendrá en hora y fecha conocida y que está en tus manos cambiar el destino.