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Calerana enseña a mujeres los secretos del arte del burlesque

Paola Garrido se especializó con una instructora en Santiago y ofrece cursos de esta disciplina que, según describe, "es una performance que mezcla el baile, la música, la actuación, la sátira. Es burlar las normas, jugar y atreverse".
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Claudio Morales Salinas - La Estrella Quillota - Petorca

Siempre enfocada en las necesidades de las mujeres, la calerana Paola Garrido Rojas tuvo una tienda de lencería. Así atendió a muchas clientas, conoció sus inquietudes y los miedos e inseguridades que eran propios de muchas de ellas.

"Hay mujeres que son jóvenes y con un físico muy bonito y tienen muchas inseguridades igual. Para qué hablar de las mujeres más maduras, o que han pasado por procesos de desilusiones amorosas o separaciones, no sé, mujeres de 50 y tantos años que se separan y que tienen que volver a una reconquista, por ejemplo. Entonces me di cuenta que no es la ropa la que va a hacer que te sientas mejor, es un proceso interno, de baja autoestima", explica Paola, que a partir de entonces buscó los caminos para poder ayudar a las demás y también a sí misma.

En esa búsqueda, en medio de la pandemia, esta emprendedora encontró unos cursos en internet de burlesque, disciplina que solo con el nombre despierta prejuicios.

"Pasa que el burlesque está muy asociado al cabaret o a espectáculos de striptease, y ligado más a satisfacer el placer masculino, como un producto. Pero en realidad el burlesque nace en Estados Unidos, entre los años 20 y los años 40 (del siglo pasado), como un movimiento en que las mujeres comienzan a independizarse, a abrirse camino ellas mismas y ser así dueñas de su propio negocio. Fueron mujeres que rompieron esquemas", destaca Paola Garrido.

El aprendizaje

De ahí la inquietud que tuvo esta calerana de adentrarse en ese mundo que le llamó la atención. "Primero tomé cursos online, pero quise ir más allá y después tomé un curso formativo, aunque me costó encontrar. Pero di con una directora se dedica a formar performistas para chicas que se quieren dedicar a hacer shows de burlesque, y que forma también a instructoras. Yo tomé el primer curso que duró un año, al cual fui con mi hija mayor que ahora tiene 21 años", cuenta Paola.

Después, fiel a sus motivaciones, tomó un curso de burlesque terapéutico, "que esta directora, Mónica González, lo tiene patentado incluso. Se trata de trabajar con las herramientas del burlesque pero a nivel emocional. Por ejemplo, se usa una camisa para hacer un ejercicio de liberación, en que tú tomas la prenda, le das un simbolismo y después te deshaces de ella, como sacándote un atributo que no te guste de ti, desechando algo que te hayan dicho o liberándote de una etiqueta que te hayan puesto. Todo esto lo vamos disociando de nosotras".

El burlesque considera accesorios como las boas, que son unas prendas alargadas de tela (no reptiles de verdad) "con las cuales jugamos y vamos conectando con nuestro valor", indica Paola Garrido, que después se interiorizó en burlesque coreográfico para sumar más conocimientos para certificarse como instructora. Lo siguiente era traspasar lo aprendido a otras mujeres.

Las clases

En julio del año pasado, esta ya certificada instructora de burlesque comenzó a dar clases, primero a conocidas, a clientas de la tienda que la conocían. Varias se interesaron por lo novedoso que es un curso de burlesque en una ciudad como La Calera.

"Al principio costó, porque claro, las chicas tienen que desatar algunos pudores, son temas internos de cada cual. Además, tendemos a compararnos con otras alumnas que pueden estar más avanzadas en su liberación, y eso a veces nos puede echar hacia atrás, como que nos limita, nos volvemos a juzgar y nos encerramos. Estamos en el 2023 y todavía hay mujeres que se sienten así, por eso el burlesque trabaja con todo tipo de mujeres, se adapta a cualquier cuerpo, a cualquier condición, o sea, hasta una persona en silla de ruedas puede practicarlo".

Al principio llegaron ocho interesadas, a la clase siguiente fueron solo tres. Fue muy de a poco que Paola Garrido logró formar un grupo más o menos constante, pero siguió adelante porque sabía que no es fácil tomar confianza, le había pasado a ella cuando tomó los cursos para aprender. "Yo fui mi primera alumna, tuve que derribar mis propias barreras", asegura.

Se han sumado con el tiempo más alumnas, que aprenden a manejar guantes y otras prendas, y ya después dominan maniobras con una silla. Todo es para el desarrollo personal, proyectan hacer una gala privada en septiembre y otra abierta a fin de año. "Se ha dado además un fenómeno muy bonito, se ha formado una comunidad entre todo el grupo, comparten, se celebran cumpleaños", cierra Paola Garrido.

20 años y hasta 58 tienen las alumnas. Cobran desde 15 mil pesos. Información en el instagram @pola.creativa