Cuestionan entrenamiento de marinos tras asalto y robo de fusiles navales
Diputados piden investigar si los funcionarios de la Armada se apegaron o no al protocolo y establecer por qué no usaron sus armas de servicio al ser abordados por cuatro sujetos que iban a ser fiscalizados.
Belén Velásquez - La Estrella de Valparaíso
El asalto a mano armada que sufrieron dos funcionarios navales, a quienes cuatro sujetos les quitaron dos fusiles de guerra en medio de una fiscalización en la parte alta de Viña del Mar, ha generado una ola de cuestionamientos, tanto al entrenamiento que se supone tienen los uniformados como a la reglamentación que permite el uso de las armas que portan.
Sobre el hecho la ministra de Defensa, Maya Fernández, sostuvo que "hemos hablado permanentemente con el comandante en jefe de la Armada y se están llevando todas las investigaciones".
Además confirmó que del "Ministerio de Defensa oficiamos tanto a la Fiscalía Militar como al Consejo de Defensa del Estado y ahora hay que esperar que las investigaciones sigan su curso".
Otro cargador
Según la primera información de Carabineros, los fusiles robados portaban solo balas de salva, aunque la Armada afirmó más tarde que lo funcionarios sí portaban municiones reales.
En ese contexto surgió un nuevo antecedente policial que da cuenta de que los uniformados sí habrían portado munición de guerra, pero en un cargador adosado a su cuerpo y no al interior de las armas que les fueron arrebatadas en medio de disparos por parte de los antisociales.
Sobre las Reglas del Uso de la Fuerza (RUF) publicadas en el Diario Oficial en febrero del 2020, el punto 9 permite el uso de armas de fuego "como último recurso cuando las medidas anteriormente señaladas resultaren insuficientes" y "solo en el caso de enfrentamiento con personas que utilicen o se apresten a utilizar armas de fuego".
En esa línea, el diputado socialista Leonardo Soto manifestó que "el reglamento obliga a tener la primera bala de salva y las siguientes letales o de guerra".
Falta de entrenamiento
"Los marinos deberían haber sido entrenados en las reglas del uso de la fuerza que les permitirían haber enfrentado esta agresión y este robo utilizando todo su armamento, incluyendo la munición de guerra", agregó el parlamentario PS.
"Si es que no lo hicieron y finalmente terminaron policontusos y sin su armamento de guerra, que hoy está en poder de delincuentes, tendrá que la justicia investigar a fondo y establecer por qué no lo aplicaron (el protocolo): Si hubo falta de entrenamiento, si fueron sorprendidos o en definitiva cuál fue la causa que las reglas que tenían no pudieron ser usadas".
Por su parte, la diputada RN, Camila Flores, miembro de la Comisión de Defensa de la Cámara, indicó que "hoy nuestras Fuerzas Armadas y de Orden se sienten atadas de manos porque no existen reglas claras. Si efectivamente existiera total apoyo a las Fuerzas Armadas y de Orden para utilizar el armamento como corresponde, no hubiese pasado lo que ocurrió con estos funcionarios".
"La primera bala que tienen para utilizar son balas de salva y cuando se está resguardando infraestructura crítica de tal importancia, como un recinto militar, no pueden tener balas de salva. Tenemos que tener balas de fuego que es lo que corresponde en cualquier país del mundo", cerró Flores.
Por su parte, el diputado republicano, Luis Fernando Sánchez, solicitó tener los antecedentes de este hecho presentes en la discusión del trámite legislativo que se está llevando respecto a las Reglas del Uso de la Fuerza (RUF) en el Congreso: "Esto pasa cuando no hay reglas claras. El mismo comandante a cargo lo dice: la munición de guerra es para usarla solo en casos en que la gradualidad lo amerite. Cuatro delincuentes dentro de terreno naval, contra dos uniformados y ellos no tuvieron clara la procedencia. Los hechos hablan solos".
Por su parte, el también miembro de la Comisión de Defensa, diputado Jorge Brito, calificó el hecho como de "la máxima gravedad".
Investigar comercio
"Estos fusiles fueron adquiridos para proteger a Chile y hoy están en manos de delincuentes buscando atemorizar a nuestra comunidad. Cabe destacar que muy cerca del lugar en la subcomisaría de Gómez Carreño, hace tan solo tres años, también fue sustraída una subametralladora UZI que después fue utilizada en un atraco en un supermercado ACuenta del sector de Nueva Aurora en Viña del Mar".
"Es del todo lógico que esto es inaceptable y amerita, primero, una indagatoria interna como también las responsabilidades penales de quienes resulten responsables o de quienes comercialicen este armamento que ha llegado a avaluarse en el mercado negro entre dos a tres millones de pesos", dijo Brito.

