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Muebles en crisis: informe revela fuerte baja en sus ventas

Un reciente informe de la Cámara Nacional de Comercio señala que las ventas de muebles han experimentado un preocupante descenso en la región. Comerciantes mueblistas ratifican cifras y tienen miedo de cerrar sus cortinas.
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Mauricio Toledo - La Estrella de Valparaíso

Tiempos difíciles y un futuro incierto son la tónica actual para maestros y comerciantes mueblistas, quienes a duras penas y con un stock sobre abastecido, viven en carne propia la baja constante de sus ventas poniendo en peligro la mantención de este tradicional oficio en la región.

Esta preocupante situación quedó en evidencia tras conocerse los resultados de un reciente estudio elaborado por la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile (CNC), donde fueron expuestos porcentajes nada alentadores sobre ventas minoristas en nuestra región el reciente mes de mayo; un 12,6% menos comparado al 2019, en comercio minorista en general; y una caída específica de muebles del 37,3% en los mismos dos años de diferencia.

La gerente de Estudios de la CNC, Bernardita Silva, se refirió a estos resultados explicando que "la desaceleración del consumo ha golpeado de manera más fuerte a algunas categorías sobre otras, donde los consumidores han restringido significativamente sus compras en aquellos productos que no son de primera necesidad".

Además, la experta añadió que "el mercado laboral se ha estancado en los últimos períodos, sobre todo en lo referente al empleo asalariado formal y las confianzas de los consumidores, si bien repuntaron levemente en junio, aún están en niveles de pesimismo".

En terreno, los comerciantes mueblistas del tradicional barrio de calle de Victoria en Valparaíso,, ratificaron los porcentajes expuestos por la Cámara de Comercio manifestando una extenuante preocupación acumulada, según nos cuentan, justo desde el confinamiento preventivo en pandemia. Desde la mueblería y plásticos Saavedra, comentaron que "las ventas han estado muy bajas en general, se hacen solo cotizaciones y no solamente nos pasa a nosotros. Para un mes terminado, normalmente eran 5 o 6 millones de pesos, ahora ni siquiera alcanzamos a cubrir dos, a pesar que también vendemos nailon, colchones, espuma, se fabrican marquesas, camarotes y comedores. Tenemos todo el stock, pero si en un día vendemos uno al otro día no pasa nada", confesó el asistente de ventas.

En un negocio colindante, la mueblería Chandía, se sumó a las apreciaciones de sus colegas exclamando que los porcentajes específicos en sus ventas serían mayores a los informados en el estudio de la cámara.

"Calculo que los últimos meses hemos bajado más de un 50% en ventas comparado a los años anteriores. Yo tenía cuatro locales. El estallido social me llevó uno, el segundo lo demolieron y en los que quedan se siente fuerte la baja", contó Jorge Chandía, dueño de la mueblería.

Como un recuerdo nostálgico de buenaventura, las mueblerías recuerdan el apogeo económico tras los retiros del 10% de los fondos de pensiones como un hito que se esfumó, y hoy, solicitando réplicas, parecieran tener más cerca la posibilidad de cerrar sus cortinas que de volver en gloria y majestad.

"Acá lo que esperamos es un bono, un incentivo para continuar. Sabemos que las cosas no caen del cielo, no somos los únicos afectados, pero con un empuje podríamos tener mayor equilibrio. Ya no se ve ni la quincena ni el fin de mes, porque la atención está en pagar los gastos básicos, comer y se acabó", comentaron desde la mueblería Saavedra.

Chandía, por su parte, agregó que "nos hemos obligado a bajar los precios y estamos trabajando con las utilidades menos del margen justo. El gasto que tenemos es bastante más alto comparativamente con las ventas. Antes del estallido social las mueblerías estaban bien, vendíamos y había público. Hoy las calles se ven vacías porque se nota que la gente tiene miedo al cotidiano, y económicamente tampoco están bien", concluyó.

Por otro lado, el corazón comercial de Viña del Mar, calle Quillota, alberga al grupo de clásicos torneros que a plena vista de los transeúntes reparan comedores, veladores y consolas. En conversación con Victor Manuel Manríquez, tornero del sector, compartió sus apreciaciones sobre el aumento de interés en reparar muebles antes de tomar la decisión de comprar un comedor o un closet nuevo.

"La gente hoy tiene más ánimo de restaurar que comprar. Eso pienso porque nos ha ido súper bien. Si la gente tiene muebles de roble americano, por ejemplo, es mucho mejor arreglarlo que gastar en cambiarlo. No hay donde perderse", comentó Víctor.