Locatarios de la Plaza Aníbal Pinto y cercanías: "Estamos abandonados"
Tras los robos al Bar Cinzano y Supermercado La Estrella del jueves pasado, emprendedores claman por seguridad, rondas de vigilancia y un retén.
Guillermo Ávila N. - La Estrella de Valparaíso
La fotografía resulta casi idéntica. Local tras local, el mensaje en las inmediaciones de la Plaza Aníbal Pinto y a escasos metros de la sede del gobierno regional es el mismo: buscar soluciones de manera urgente contra la delincuencia.
Mientras los maestros reparaban los daños del que fue objeto el centenario y remozado Bar Cinzano en la madrugada de este jueves, Patricio González, su administrador, observaba. "Estamos tapando los forados: entraron al entretecho y rompieron el cielo. Robaron los computadores y mercaderías por 5 millones de pesos".
Reitera lo que, según dice -y supo por Carabineros-, cree es el modo operandi de los delincuentes: "Se meten por el Paseo Atkinson, bajan por el cerro y caminan por techos". Reconoce que están invirtiendo en alarma e iluminación. "Estamos mal, solos y tristes". Concluye: "Por cómo ingresaron a La Estrella, debiera ser una banda especializada".
Guillermo Vera, dueño supermercado La Estrella: "Nos robaron todo lo que había en la caja y cigarrillos, sobre el millón de pesos". Vera está convencido que fue planeado. "Desde el Bar Cinzano los sujetos le cambiaron la orientación de las cámaras. Aquí supieron hacer forado preciso sobre la caja". Se lamenta: "Estamos completamente abandonados".
Mano a mano
Patricio Araya está a cargo de la librería Mar Libro. El mismo jueves, pero a las seis de la tarde, sufrió un robo. "Entró un tipo, me sacó libros: lo agarré en la puerta cuando arrancaba y detuve con un fierrazo". Para Araya, la violencia está desatada en el sector. "Antes había un retén móvil y era más tranquilo", La semana ante pasada, tipo 20 horas, su hijo se estacionó en camioneta afuera del local. "Dos extranjeros trataron de cortar los cordeles para robar cajas. Los enfrentamos...".
Tras seis años de trabajar acá, Denise González, dueña del local de servicio técnico Smart Note, dice que los asaltos a clientes son de cada día. "Me he arriesgado yo misma persiguiendo a los delincuentes". Agrega: "Antes cerraba a las 21 horas, ahora a las 18 horas. Estamos olvidados".
Denise indica hacia el frente, por calle Esmeralda. "Hay más de veinte locales comerciales cerrados en estas cuadras". Rememora,en el comercio de al lado, cuyas cortinas están abajo desde hace dos años. "Era de electrónica, como el mío. Fue un robo millonario. Se tuvieron que ir, al igual que Tricot que lo robaron cuatro veces".
Muestra su pistola paralizante. También su gas pimienta. María Gómez, es la encargada de Pink Black Kids. Justifica sus elementos disuasivos al crimen: desde chaquetas a juguetes han sido hurtados. "Aquí no hay presencia policial. Tratamos de comunicarnos, pero se tardan en responder llamados".
Denise González se acerca. Su llamado: "Estamos abandonados. Necesitamos la ayuda de las autoridades. Ahora, no mañana: podría ser tarde".