La realidad paralela y mágica que emerge en la obra de Claudia Cataldo
La artista y académica exhibe la muestra "Historias del cacomixtle" en la Sala FEM de la Galería Art Paradise de Cerro Alegre.
Marcelo Macellari C.
La obra de la artista visual Claudia Cataldo se caracteriza por recrear mundos mágicos y misteriosos, a cuyo imaginario se sumó recientemente tras su estadía en México el mítico cacomixtle, mamífero de hábitos nocturnos que se encuentra en Norteamérica. El resultado de este cruce dio como resultado una exposición de pinturas inspirada en este animal "medio felino", que reúne a una serie de personajes que viven una realidad paralela y onírica.
El conjunto de 11 obras que componen la muestra "Historias del cacomixtle" fueron creadas especialmente por la artista y académica de la Facultad de Arte de la Universidad de Playa Ancha para la primera exposición individual de Sala FEM de Galería Art Paradise (Dr. José Grossi 265, cerro Alegre), una sala dedicada exclusivamente a artistas mujeres. La pintora y dibujante comentó que "el proyecto es bello y desde un comienzo participé trayendo expositoras. Y cuando Roxanna Alfaro, directora de la galería, me propone ser la primera artista en tener una muestra individual en esta sala, fue un gran orgullo".
En estas obras, que se exhibirán hasta el 4 de septiembre, la artista busca plasmar una dualidad de la naturaleza nocturna del animal, que en la mitología precolombina figura como compañero del Dios Xólotl, símbolo de las estrellas y el atardecer, pero también como el astuto y travieso ser que acecha en la penumbra de la noche. "En México -cuenta- se dice que el cacomixtle se pone en tu ventana y mira hacia adentro. Tú no lo ves, pero él te observa, desde una realidad paralela".
Claudia Cataldo reconoce que "yo no sé cómo llegué a esto. Si me preguntan cómo aparecen los personajes, yo respondo que la magia viene del cacomixtle, un animal que conocí, no físicamente sino por relatos, en mi último viaje a México. En un taller de grabado en el cual participé, llegó el nieto del maestro a decirle que un cacomixtle había llegado en la noche a comerse sus papos (zapatos). Pregunté qué era, pero tampoco quise averiguar mucho, sólo supe que llegaba de noche y miraba. Y durante la pandemia los cacomixtle volvieron a los lugares habitados, porque como ellos parecen de noche, en ese periodo estaba todo más tranquilo y con menos gente. Es decir, volvió la naturaleza a la ciudad".
Juego y diálogo en tela
"Como artista creo que asumo los poderes que me permiten representar personajes que están en una realidad paralela, y que por medio de una especie de juego aparecen en mi tela donde voy generando un diálogo que dan cuenta de lo que quieren decir", detalla la expositora.
"Es un mundo interior que está en constante fluir -añade-. Los personajes miran y parecen en la tela. Si me preguntan si yo hago un boceto, contesto que no. Me planto en la tela, aparece un personaje y se empieza a construir todo el resto. El resultado es muy expresivo, porque me alejo mucho del dibujo, que es mi alma mater, pero cuando trabajo en esto, quiero ese quiebre. Ya aprendí a dibujar, entonces ahora busco otra cosa y así apareció la pintura.".
En el caso de "Historias del cacomixtle", las 11 obras fueron realizadas en 2 meses: "Esto partió como un nube y los personajes empezaron a aparecer con bigotes y mucho pelo. Fue como una vorágine, con el rojo que aparece como una explosión e invade el cuadro. Y en medio de esta maraña de rojos, aparecen estos personajes que estaban ahí, esperando salir detrás de la tela. No hay nada preconcebido, por eso yo no dibujo antes, sino que me pongo en la tela o el papel, miro y aparecen".
Respecto a las técnicas, la artista explica que "a mí me gusta mucho el dibujo y luego derivé a la pintura y el grabado, pero no tengo límite entre las técnicas. Y el color llegó a mí y está representado en esos rojos que salen de las bocas de los personajes, que son como portales. Yo tenía una barrera con el color, porque no sabía pintar, pero en un momento dije voy a pintar como dibujo. Así aparece este fuego que no quema, sino que es el portal que sale de la boca y va llenando el espacio de rojo, porque quería decir algo, por lo tanto cuando el espectador ve los personajes con la boca cerrada no es para que no hablen, sino al contrario, ahí hay un portal donde fluyen todos estos rojos. En mis dibujos hace un tiempo ya que empezó a aparecer el color y ahora se reventó, salió hacia fuera, con mucha texturas, donde están estos personajes, pero invadidos por el color, que los atrapa".
Tras egresar de la Facultad de Arte de la Universidad de Playa Ancha, la artista viajó a México para realizar un postgrado en la Academia San Carlos de la Universidad Autónoma de México, experiencia que fue la clave para su creación artística: "Yo seguía haciendo mis personajes ratos, mitad hombre mitad animales, pero cuajé muy bien, porque allá están acostumbrados a estas mezclas. En ese periodo hice un viaje y me encontré con cocodrilos y animales que nunca había visto, como iguanas enormes. Ese mundo me fue invadiendo y también el color".
La artista reconoce que "supe que ése era el lugar donde yo debía estar y siempre he dicho que en el momento que me jubile de maestra, me voy a vivir allá, porque siento que soy más comprendida. Cuesta la comprensión del arte cuando no es figurativo y es más difícil que a la gente le guste un artista que rompe la realidad, porque lo que busca es identificarse con un personaje o reconocer el paisaje que está viendo. Yo rompo con eso y es inconsciente, pues no es que yo busque hacer algo que no le guste a nadie. Tengo la suerte de que no he tenido presión en mi vida para cambiar mi obra. Siempre soy como soy".
La Estrella de Valparaíso