Pinturas de calibre existencial

En el espacio CENTEX se está presentando la exposición "Patio trasero" del Artista porteño Edgar del Canto, la cual consiste en la presentación de un proyecto Fondart 2023 que exhibe desde la pintura, la gráfica y el vídeo, un proceso de trabajo entre los años 2020 y el pasado 2022. En síntesis, aborda a la distancia algo del fenómeno social del 18 de octubre, y fundamentalmente del oscilante estado existencial del ser humano y lo residual en Valparaíso. En lo plástico, se hace presente una paleta más extendida de color respecto de las producciones anteriores, donde según el artista se cita así mismo, explorando el cromatismo pictórico de los años 80, cuando daba sus primeros pasos en la pintura.

Edgar del Canto (Valparaíso 1963). Posee estudios en la EBBA porteña y en la UPLA. Ha realizado varias exposiciones individuales y colectivas tanto en Chile como en el extranjero y en sus obras ha abordado la problemática contemporánea del retrato en la pintura, provocando una reflexión en torno a lo recóndito del individuo, soledad y

desilusión.

En esta exposición Edgar del Canto nos presenta un bloque de obras de mediano formato y luego una serie de numerosas pinturas más pequeñas (180), las cuales, por su portabilidad el creador les asigna un lugar preponderante en la exposición. El conjunto se despliega como los antiguos gabinetes, en donde cada espacio del muro es disputado por las obras, en un juego dinámico de gesto, color y materia pictórica. De este modo, al acercarnos se revela parte de la ejecución de su proceso, donde por ejemplo, prima una base de pintura industrial negra; desde esta profundidad tonal construye, como otros maestros afines al expresionismo o el informalismo que han configurado sus signos desde la ausencia de luz, desde esta condición de cimiento - no lugar cromático. Sobre esta, destaca el gesto de la espátula, que moldea a modo picto-escultórico los planos y personajes que se disuelven, sumidos en su contexto. La espátula entonces opera como línea de cuchillo y barra, superponiendo el pigmento y evadiendo un contorno descriptivo, alejando su factura de lo dibujístico formal. Entre planos, plantea una trama de incisión ortogonal que evoca simbólicamente el empecinamiento de la razón, la certidumbre que desborda el ser humano, la cual es al tiempo una imposibilidad, visualmente la traduce en una metáfora de 90 grados, siendo una base que nunca se alcanza por ser más bien animales emocionales. Dos pantallas muestran vídeos con relatos donde la figura humana tiende a su disolución y donde intervienen los creadores Antonio Guzmán y Hugo Robles.

Les invitamos a visitar esta gran exposición que sumará dos conversatorios durante el mes de octubre