Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Deportes
  • Tiempo Libre
  • Estrellas
[Cultura Urbana]

Editan la mayor biografía del día a día de Picasso

A 50 años de la muerte del artista, investigador preparó un exhaustivo recorrido en cuatro volúmenes por la vida del maestro del cubismo.
E-mail Compartir

Agencia Efe

Corría agosto de 1996 cuando el investigador Rafael Inglada emprendió la quimérica tarea de reconstruir, día a día, la vida de Pablo Picasso, un empeño que ahora se ha convertido en "Picasso a diario", la mayor y más exhaustiva biografía del artista español, cuyo primer volumen está a punto de ver la luz.

"En julio de ese año me invitaron a los cursos de verano de El Escorial junto a otros expertos como Pierre Daix o Tomás Llorens y alguien, durante una cena, se preguntó en voz alta: '¿Qué haría Picasso el 29 de julio de 1947?' Aquello me impactó y pensé que sería original una cronología con fechas exactas", explica Inglada en una entrevista con EFE.

Al regresar de El Escorial, en las cercanías de Madrid, empezó a introducir en su ordenador los primeros datos de un trabajo que ahora ocupa miles de páginas que serán publicadas en cuatro volúmenes por el Museo Casa Natal de Picasso, del que Inglada es el responsable de Publicaciones.

Durante los últimos veintisiete años, ha trabajado de forma intermitente en esta biografía. "No la he dejado nunca, salvo en algunos periodos por cansancio, porque no le veía salida o por cuestiones personales", señala Inglada, que ya ha recopilado datos hasta la muerte de Picasso en 1973, de la que este año se conmemora el 50 aniversario.

Primer volumen

En este volumen inicial, que se cierra con un índice onomástico con cientos de nombres y una bibliografía, están los primeros años de Picasso en Málaga y La Coruña, con acontecimientos como su nacimiento en 1881 y su bautizo, y también datos de su padre, el pintor José Ruiz Blasco, o de la sociedad malagueña de la época.

El primer volumen, con prólogo de Diana Widmaier Ruiz-Picasso, nieta del pintor, llega hasta 1921, cuando nace Paul, el primer hijo del artista, y el segundo abarca de 1922 -cuando empiezan sus años surrealistas- hasta 1939 -final de la Guerra Civil y comienzo de la Segunda Guerra Mundial.

El tercero va de 1940 a 1958 -con la Francia ocupada, la posguerra y su compromiso político, hasta que reside en Cannes-, y el cuarto, es del periodo en sus dos últimas residencias, en Vauvenargues y Mougins.

En sus páginas están las casas y hoteles donde residió, sus exposiciones individuales y colectivas, algunas desconocidas, artículos de prensa, correspondencia -como una carta inédita de 1905-, sus amantes, su boda con Olga Khokhlova y, "lo más importante, cómo desde la etapa académica y de aprendizaje va evolucionando hasta su periodo clásico".

"Hay un hilo conductor, que es la obra de Picasso, pero también facetas íntimas y privadas", apunta Inglada, que califica como "un rompecabezas gigantesco" esta obra en la que se cuenta, por ejemplo, cómo el artista "se codeaba con la burguesía o el día que fue a un estreno en el cine o a los toros".

Cada año se abre con una imagen del propio artista, para que el lector observe cómo evolucionó su físico, y en las setecientas páginas de este primer volumen está el Picasso pintor, el dibujante, el ilustrador de libros, el escultor, el escenógrafo y el ceramista.

Inglada ha contado con la colaboración de numerosas instituciones culturales y museísticas nacionales, europeas y americanas, como la National Gallery of Art de Washington, el Museo Picasso de Barcelona o la Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso, y de la familia Picasso, especialmente de los recientemente desaparecidos Maya y Claude, hijos del artista, a los que ha dedicado este volumen.

El investigador, que por momentos dudó si podría alguna vez terminar una biografía de este calibre, sin precedentes, admite que necesita "tiempo" para darle forma a los tres volúmenes restantes.

El subtítulo de los cuatro volúmenes es "La ciencia del hombre" y alude a unas palabras de Picasso a Brassaï en París el 6 de diciembre de 1943: "¿Por qué cree usted que pongo fecha a todo lo que hago? Porque no es suficiente conocer las obras de un artista. Es preciso saber también cuándo las hizo, por qué, cómo, en qué circunstancias. Sin duda, un día habrá una ciencia, que tal vez se llame la 'ciencia del hombre', que tratará de penetrar más en el hombre a través del hombre-creador", dijo Picasso.

Pantalla grande

E-mail Compartir

por Álvaro Inostroza Bidart

El riesgo de la sátira

La sátira es un género que permite distanciarse y hacer soportable hechos que, de otro modo, resultarían demasiado terribles a los ojos de un espectador medianamente sensible. El riesgo es que los acontecimientos presentados se deshumanicen un poco y el intelecto termine por imponerse sobre las emociones que debieran provocar crímenes, robos y traiciones.

Esto ocurre en buena medida con "El Conde" (2023), cinta dirigida y escrita por el cineasta nacional Pablo Larraín, que en su mejor filmografía se ha caracterizado por escarbar en aspectos más bien oscuros de nuestra historia de los últimos cincuenta años.

Entre sus filmes anteriores destacan "Tony Manero" (2008), "Post Mortem" (2010), "No" (2012), "El Club" (2015), "Neruda" (2016) y "Ema" (2019).

En "El Conde" nos presenta la historia del dictador Augusto Pinochet (Jaime Vadell) como un vampiro que ha vivido 250 años y que vive retirado en una isla, después de haber sido acusado por asesinatos y robos.

Solo lo acompañan su esposa, Lucía Hiriart (Gloria Munchmeyer) y el servil extorturador Krasnoff (Alfredo Castro). La narradora es Margaret Thatcher (Stella Gonet), quien solo aparece en la parte final del film e y resulta ser la madre de Pinochet.

Cansado de la vida, Pinochet quiere morir, ante lo cual acuden sus cinco inútiles hijos, preocupados por la herencia que recibirán. Luciana (Catalina Guerra), Mercedes (Amparo Noguera), Jacinta (Antonia Zegers), Aníbal (Marcial Tagle) y Manuel (Diego Muñoz) representan lo peor de la burguesía chilena, que tan bien conoce Larraín. La monja Carmen (Paula Luchsinger), contadora y exorcizadora, simboliza el encubrimiento y la ambición, oscilando entre Dios y Satanás.

Los momentos más logrados del filme son cuando Pinochet dialoga libremente con Krasnoff y con su esposa, naturalizando la brutalidad y la corrupción de sus años de dictadura.

También es un punto destacable la cuidada visualidad de este filme en blanco y negro, con escenas de alto valor estético, como los vuelos de Carmen, cuando recién es mordida por Pinochet; el paisaje de la isla, que parece una salitrera decadente; o las navegaciones hacia y desde la isla, que semejan el tránsito hacia y desde el infierno.

título: "El Conde"

dirección: Pablo Larraín

dónde verla: Netflix y Sala Insomnia