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Mario Toral: "Pintaré hasta que las manos no me obedezcan"

Con 89 años, el destacado y galardonado artista ha inaugurado una nueva exposición sobre Rapa Nui.
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Juan Guillermo Prado - La Estrella de Valparaíso

Conversamos con el pintor Mario Toral en una pausa, mientras instalaba los cuadros de su próxima exposición sobre la isla de Rapa Nui, en la sede santiaguina de la Universidad Autónoma, quien tras una larga carrera nos indica: "Los pintores y los artistas vamos cambiando a través del crecimiento, de los viajes, de las lecturas, de los amigos, pero sobre todo de aquellos que te han dado amor que es lo que está más cerca de la armonía, de la belleza de tus ideales. Dejas una herencia, un grano de arena que dejas en medio de las galaxias infinitas. Ese es el premio".

-Su monumental trabajo "Memoria visual de una nación", situado en el Metro de Santiago, la BBC lo eligió como una de las obras más bellas e importantes de los metros subterráneos del mundo.

-Ese mural demandó una labor de esfuerzo creativo, histórico y de tiempo que creo que después de varias décadas de su ejecución ahora no lo podría repetir. Ocho murales he realizado en Chile, pero este por su tamaño, imprevistos que siempre suceden en una pintura de ese volumen y si además agregamos el tiempo de ejecución creo que en todo esto, esta obra la supera a todas. El esfuerzo, su parte creativa y la fidelidad objetiva de los hechos más los cientos de documentos algunos inéditos fue una labor compleja, pero el resultado ha sido una recompensa para todo esto. Cubrir una superficie de 1.200 m2, con una información previa de la duración de los materiales y su conservación en el tiempo, todo lo compensa el recibimiento nacional y mundial que tuvo este trabajo. Andamios de tres pisos, realizar metrajes de las telas para el alto de las pinturas, y la experimentación del acrílico y del óleo con estas telas que se hicieron expresamente para este mural, todo fue y ha sido valioso sobre todo la referencia que dé él se hace en Chile y en otras partes. Se hizo donde se guardan los trenes de metro en la estación Neptuno, un barrio apartado en el cual el metro había levantado hangares gigantescos para el mantenimiento de sus trenes. Como yo no tenía un horario de trabajo y este podía ser de día o de noche mandé a hacer una casa de madera cuya mitad era mi domicilio nocturno, y de siestas y la otra mitad para los materiales que iban a ser visible la historia de nuestro país.

-Ha recibido muchos premios y galardones, pero no el Premio Nacional de Arte. ¿Cuál ha sido el más importante?

-He ganado muchos premios en Chile y en el extranjero con mi obra como pintor, grabador, fotógrafo, pero si alguien me pregunta cuál es la recompensa que tiene un artista con una obra que demoró tanto tiempo en hacerse, debo de decir que fue un resultado feliz y significativo para el público. De una nebulosa que partió de un croquis con imágenes borrosas y líneas imprecisas terminó en una imagen potente e inolvidable. Una fantasía que se convirtió en una realidad. Ese es el premio.

-Inició su carrera pictórica muy joven en el extranjero, ¿hasta ahora continúa trabajando?

-Pintaré hasta que mis manos no me obedezcan, no pueda ver con claridad y con mis piernas no pueda subir a un andamio. La obra perfecta no existe, pero la lucha por conseguirla está en el sudor y los ojos cansados, pero que te mantienen vivo. La meta no está en la llegada está paso a paso, mano a mano, mirada tras mirada que hiciste para conseguirla.

-¿Cuál es la situación de la pintura en Chile? ¿A qué pintores nacionales admira?

-He admirado, sigo admirando a muchos otros artistas gigantes en sus obras, van cambiando según sea lo que voy viendo en el transcurso de la vida, pero hay un hombre que está presente siempre en mi pensamiento sobre todo cuando las dificultades de la vida te hieren de algún modo. Fue un almacenero que tenía su pequeño emporio en la calle Molina con Sazié que pintaba detrás del mostrador cuadros costumbristas de España su lugar de nacimiento o de un deportista de Chile que admiraba. Su caballete estaba detrás del mostrador donde el pintaba y si alguien llegaba tenía que dejar los pinceles y hacer un cambucho con el octavo de azúcar que pedía el cliente siempre deteniendo su labor para el importante y creativa.

-Háblenos de su exposición "Rapa Nui Oh! La mirada de Mario Toral".

-Retomando las imágenes de Rapa Nui cuyas obras que he admirado, nos hemos involucrado en su historia y nos enteramos que en un momento en esta isla por las guerras, las pestes, los trabajos de esclavos en donde fueron abusados no se perdió es espíritu de lucha y son conscientes y lo defienden ese espacio con valentía y creatividad pues son los guardianes secretos del espacio sin fin en donde hay 6.000 islas. Esta exposición en el Universidad Autónoma es un homenaje a la fragilidad tan vulnerable de esos medios de vida que viven en el recuerdo, que han hecho la conservación y la extensión de sus leyendas, que ha sido también una proeza para mantener algo que no existe y que se llama el misterio. El subconsiente de la cultura Rapa Nui está más vivo que nunca.