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[Cultura Urbana]

Muestra explora realidad paralela del cuerpo humano

La artista visual María Gracia Basso exhibe la exposición "Paisaje interior" en la Sala América de la Escuela de Arquitectura y Diseño de la PUCV.
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Marcelo Macellari - La Estrella de Valparaíso

Introducirse en el subconsciente a través del arte, con obras cuyas escenas se instalan entre la realidad y lo onírico, es el objetivo que se planteó la artista visual y arquitecta María Gracia Basso (1997) en la exposición de pinturas y dibujos que lleva por título "Paisaje interior", la cual reúne tres etapas de un trabajo que va desde el 2019 hasta la actualidad, y que se exhibe en la Sala América en Viña del Mar.

"La exposición es una selección de trabajos anteriores -explica- y de proyectos que estoy desarrollando ahora. Y corresponden claramente a tres etapas: la pintura, con la figura humana propiamente tal en tres óleos de gran formato; luego un estudio anatómico inspirado en la arquitectura, que son los osarios, y la etapa en la que estoy ahora, que son exámenes médicos dibujados a lápiz grafito. Todo centrado en el cuerpo humano, pero explorando distintas formas de representarlo, de lo más figurativo a lo abstracto".

La primera etapa del trabajo tiene la representación del cuerpo humano femenino como protagonista, en pinturas al óleo y dibujos monocromos, llenos de matices que se generan a partir del ojo meticuloso y preocupado por el detalle de la artista. Con la misma técnica del lápiz sobre papel y obsesión, María Gracia Basso hace una exploración en la anatomía y la historia en una serie de cráneos y esqueletos. Finalmente, la artista representa una serie de detallados y realistas dibujos de imágenes obtenidas de exámenes médicos, las cuales convertidas en obras de arte, sorprenden al espectador y a su vez representante un sondeo más íntimo e inesperado de nosotros mismos.

Sobre el título, "Paisaje interior", María Gracia detalla que "donde el espectador puede ver formas claramente reconocibles, como en la figura humana y los dibujos a lápiz grafito, está la forma familiar del cuerpo humano, pero en un contexto onírico. Siempre quise que fuera de otro mundo, como una realidad paralela. Me interesa que sea algo familiar y reconocible, pero que también tenga algo extraño o de otra realidad, conectándose con el subconsciente".

Incluso en los óleos, las obras más figurativas de la exposición, aparece la abstracción. "Uno puede reconocer una cosa figurativa -sostiene la artista visual-, pero dentro de ella hay un detalle que se convierte en algo abstracto, porque puede ser una ampliación que hace la mente de esa imagen". Además, reconoce el impacto de la pandemia en su trabajo: "Una obra se llama precisamente 'Paisaje interior', porque si ya era un trabajo introspectivo, con la pandemia lo fue más aún".

Arte y arquitectura

María Gracia Basso, con cuarenta exposiciones y varios premios a su haber, es arquitecta, pero explica que "siempre he estado conectada con el arte. No tengo estudios formales, pero en mi familia todos son artistas, entonces se dio de forma muy natural que yo empezara a introducirme en el mundo de las artes visuales. Fue como por homologación y yo aprendí mirando, al tiempo que fui desarrollando un criterio y adquiriendo habilidades. Y quise estudiar arquitectura como un complemento a esa visión artística que ya tenía, así que desarrollé ambas cosas en paralelo siempre. De hecho, cuando entré a la universidad ya exponía, así que estudiar arquitectura fue adquirir otra dimensión dentro de las artes".

La muestra "Paisaje interior" se exhibe hasta el 3 de noviembre en Sala América de la Escuela de Arquitectura y Diseño de la PUCV (Matta 79,Recreo), de lunes a viernes, de 9.00 a 20.00 horas.

En Serie

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por Marcela Küpfer

Dulce niña

Los secuestros de mujeres que son mantenidas cautivas por sus plagiadores incluso durante años han sido objeto de impactantes noticias en el último tiempo. El caso de "monstruo de Austria", Josef Fritzl, es quizás uno de los más impactantes: durante 24 años mantuvo prisionera en el sótano de su casa a su propia hija, Elisabeth, a quien violó y torturó durante años. Producto de ese inconcebible abuso nacieron siete niños. Elisabeth logró escapar en 2008, tras más de dos décadas de cautiverio.

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Arranca con la huida de una mujer que arranca por los bosques, vestida apenas con un camisón. Desesperada por ayuda, se cruza ante un vehículo en la carretera y resulta atropellada. Luego la vemos en la ambulancia, luchando por su vida, acompañada de una niña de unos doce años, quien dice ser su hija. La pequeña es muy correcta y educada, pero aporta poco al caso y, algo que llama la atención de los policías y personal de salud, manifiesta una evidente aversión a la luz solar.

Es que tanto ella como su madre han sido víctimas de un prolongado cautiverio en un sótano, donde viven junto a otro niño, más pequeño, que resulta ser el hermano menor.

Poco a poco la serie va explorando en la historia de esta mujer, que lucha con un agudo trauma. Su hija, en cambio, se manifiesta educada y sociable.

Un policía llegado desde otra ciudad se suma a la investigación. ¿La razón? Hace una docena de años busca a una joven desaparecida y piensa que aquí puede estar la respuesta.

"Mi querida niña" es una serie inteligente, que va tejiendo un misterio en torno a la situación. Sabemos que se trata de un abusador que ha secuestrado a una mujer, pero los detalles de la historia no son nada convencionales. ¿Hay una sola víctima? ¿Qué relación hay entre los niños? ¿Cuál es la motivación del secuestrador?

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Una miniserie atrapante y bien actuada, con una permanente dosis de suspenso. Ojo con la música, que es del gran compositor argentino Gustavo Santaolalla.

título: "Mi querida niña"

temporadas: 1 (6 episodios)

dónde verla: Netflix