Halloween: una tradición con 2.500 años de historia
Los antiguos romanos y la comunidad celta rendían tributo y se conectaban con sus antepasados con disfraces temáticos y máscaras alusivas que vestían para el día de la llegada de los espíritus, explica académico de la PUCV.
Redacción - La Estrella de Valparaíso
Esta noche, miles de niños en todo el mundo saldrán a las calles disfrazados de monstruos o de sus personajes favoritos, pidiendo dulces casa por casa. Se trata de Halloween, una fiesta importada hace algunos años a nuestro país pero que cada vez se celebra en más países.
Y, a pesar de que gracias a las películas y series la relacionamos principalmente con los norteamericanos y su clásico "dulce o truco", esta conmemoración tiene un origen mucho más lejanos y antiguo.
De hecho, la festividad de Halloween (o víspera de Todos los Santos) se remonta a las antiguas civilizaciones, particularmente a la Roma clásica y el mundo celta en el hemisferio norte, hace unos 2.500 años.
El historiador de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Paulo Donoso, explicó que en ambas culturas europeas las ceremonias simbólicas para entrar en contacto con el inframundo o el mundo de los muertos era parte de su cotidianidad.
"Los romanos les daban un valor muy grande a sus antepasados, eran divinizados y se conectaban con ellos a través de una piedra que unía a los dos mundos durante un ritual donde generaban esta conexión para que los espíritus salieran de noche y recorrieran las ciudades", explicó el académico del Instituto de Historia.
En ese contexto es que los romanos los honraban vistiendo atuendos especiales. "Hace 2.500 años ellos les rendían tributo usando trajes alusivos con máscaras distintivas y elementos propios", sostuvo Donoso.
"Aquella ceremonia se realizaba en un día particular que coincidía en estas fechas", agregó el historiador.
Mundo celta
En paralelo, la comunidad celta instauraba sus propios homenajes a seres admirados que, según la comunidad, se encontraban en otra dimensión. Esto era invalidado por los grupos cristianos que se oponían a estas costumbres y así dieron espacio a la fiesta de Todos los Santos.
La palabra Halloween procede de la expresión "All Hallow Eve" (víspera de Todos los Santos), la cual en Chile se celebra hace relativamente poco tiempo. "La festividad tiene más de 2.500 años de antigüedad y llegó al país recién en el siglo XX marcada por las costumbres estadounidenses en torno a un valor comercial que genera ingresos económicos en el mercado. Este concepto se empieza a conocer a mitad de los años 50 en contexto del 'boom' de las relaciones entre Estados Unidos y Chile", finalizó el historiador.
Samhain
Según un artículo publicado por Nathional Geographic en español, la fiesta celta a la que remite el actual Halloween se denominaba Samhain. Era de origen druida y se celebrara entre el crepúsculo del 31 de octubre y el del 1 de noviembre, lo que señalaba el inicio del invierno en el hemisferio norte y un nuevo ciclo.
"Durante este período, los celtas aplazaban su trabajo cotidiano y las leyes de la naturaleza quedaban en suspenso; los humanos podían visitar el mundo de los muertos y los difuntos podían recorrer la tierra, los demonios se manifestaban y las hadas revoloteaban. En el umbral de las casas depositaban viandas para ofrecerlas a los malos espíritus, de ahí podría proceder el 'truco o trato' de Halloween, la costumbre infantil de recorrer los hogares pidiendo dulces", indica el texto.
Mundus patet
En cuanto a la fiesta romana, esta hacía referencia al "Mundo Patet" o "mundo abierto" y se relacionada con el "Mundus Cereris", una construcción de la antigua Roma "que marcaba el centro exacto de la ciudad y el punto de conexión entre el mundo de los vivos y el de los muertos, por lo que su entrada permanecía sellada y solo se abría en tres ocasiones al año: el 24 de agosto, el 5 de octubre y el 8 de noviembre, cuando las almas difuntas volvían a la tierra", señala la publicación.
Todos los santos
En el mundo católico, la fiesta de Todos los Santos fue establecida por el Papa Bonifacio IV en el siglo VII, para honrar a los mártires del cristianismo. Inicialmente se celebraba el 13 de mayo, pero el Papa Gregorio III la trasladó al 1 de noviembre, incluyendo a todos los santos de la Iglesia Católica.