Palmilla Baja de Villa Alemana celebró Navidad en comunidad
Golosinas, puestos de algodón de azúcar, cabritas, helados, bebidas y agua saborizada, además de juegos inflables y paseos con los "motoqueros pascueros", fueron parte de la tarde navideña preparada para grandes y pequeños.
Fabiola Ávila Hernández - La Estrella de Valparaíso
Valeria Tapia y Miriam Venegas, queridas vecinas del barrio Palmilla Baja de Villa Alemana, hace 5 años que realizan actividades en Navidad, la primera vez, hace 5 años, fueron 60 bolsitas de dulces que se entregaron casa por casa y hace 2, con la cooperación de todos los habitantes de la reconocida calle Echaurren y sus alrededores, hacen una fiesta familiar, que esta versión, repartió golosinas a 150 niños y niñas de hasta 14 años.
Se trata de una actividad en que niños y adultos participan y que, según relata Valeria, es netamente "una iniciativa de los vecinos de acá de la población y con ayuda de ellos, con cooperación. Este año debimos pedir apoyo económico y la Iglesia presbiteriana segundo año que nos aporta. Además por primera vez nos colaboró el club deportivo del barrio y es bonito, porque cada vez nos estamos dando cuenta que necesitamos más recursos porque se está agrandando esto".
La actividad contó con el cierre de calle Echaurren entre Veteranos del 79 y San Martín, previa autorización y contó con espacios familiares, pensando tanto en los niños que son el gran motor, pero también en los adultos de las familias.
"La tercera edad se entretiene y les encanta ver a sus hijos y a sus nietos a sus sobrinos pasar una tarde bonita" nos cuenta Tapia y prosigue: "Lo hacemos a nivel de vecinos porque resulta que como la municipalidad entrega juguetes solamente para los más chiquititos, siempre los niños más grandes de 10, 12, ó 14 años, en la mayoría de las partes los dejan fuera de una fiesta navideña y ellos todavía son niños".
La idea nace de la vecina Miriam Venegas, hace 5 años comenta que entre un amigo del barrio: los Tudela, los Tapia, los Ayala, los Gallardo entre otros, se dio la idea de hacer bolsas con golosinas para los niños y todos prendieron y se juntó con puras donaciones de las mismas personas del sector, para partir con 60 bolsitas, repartidas casa por casa y al año siguiente fueron 100 y luego de eso, vino la pandemia, por lo que debieron descartar la posibilidad de hacer alguna entrega debido a la contingencia de salud pública que se vivía, sin embargo, el 2022 se atreven a más y realizan la primera fiesta navideña que repartió 120 bolsas de golosinas pero agregó, una tarde de diversión para grandes y chicos.
"Comenzamos a movernos, a pedir los permisos que corresponden a la Municipalidad, a pedir la cooperación en donaciones de dulces y las familias se organizaron, la familia Ayala se entusiasmó harto, nos ayudaron prestando la casa de la Miriam Ayala para hacer las bolsitas y nos juntamos varios y en un ratito las armamos. Y este año se nos ocurrió pedir recursos porque necesitamos plata en realidad, sinceramente para el arriendo de los juegos inflables porque a los niños le encantan los juegos inflables y llamativo y ahí recurrimos a la Iglesia que ya nos había donado un juego inflable y pedirle rebaja a los dueños de los juegos que son del barrio también y recurrimos al club deportivo y a otros vecinos con quienes tenemos la confianza, que nos conocen de años y nos donaron dinero y además tenemos una vecina de la población que tiene el carrito de cabrita y de algodón y ella desinteresadamente lo aporta gratis, ella pone los recursos y su tiempo, hablamos con ella y dijo ningún problema este año también estoy, el año pasado también estuvo tenían cafecito, esta esta vez de nuevo puso un puesto con queques, agua envasada y limonada, galletitas y queque" relata con entusiasmo Valeria Tapia.
Sorpresa sobre ruedas
Importante es comentar que gran parte de esta población pertenece a la Junta de Vecinos Progreso, que mensualmente se reúne para comentar de las distintas instancias y proyectos para el mejoramiento de la calidad de vida de sus vecinos y brindar felicidad a los niños y a sus familias, y así reconocerse como habitantes de un mismo territorio y sus familias aportan con lo que pueden. Este es caso de los Venegas, donde dos de los tres hijos de Miriam participaron junto a un grupo de reconocidos motoqueros, que con sus mejores atuendos navideños llegaron a la actividad, ayudaron a repartir las bolsas de confites y pasearon a las y los pequeños que quisieron, en sus carruajes de 2 ruedas.