Menor podría perder su visión: madre pide premura al Van Buren
Pequeña de tan solo 10 años posee una compleja patología visual de base. Crisis del hospital porteño, asegura la mamá, estaría retrasando su cirugía. Desde el recinto, en tanto, aseguran que los plazos se están cumpliendo.
Una dramática situación es la que está atravesando por estos días la familia porteña Merillan Cariz, a propósito del desolador diagnóstico que se le entregó a la hija mayor de este grupo familiar, Dulcemaría.
El caso es crítico, asegura su madre, Nélida, ya que su hija de tan solo diez años correría el riesgo de perder su visión. Ahora bien, según refiere, una operación podría hacer la diferencia en su tratamiento, sin embargo, la crisis del hospital Carlos Van Buren, y en específico de la Unidad Oftalmológica, se ha convertido en la piedra de tope para avanzar según la premura que este caso requiere.
"Soy una persona con ceguera parcial, tengo dos hijos de 11 y 10 años, Salvador y Dulcemaría, los que también tienen problemas visuales. Ellos padecen de artritis idiopática juvenil y uveítis bilateral", contextualizó la mamá.
"Mi hijo perdió ya la vista casi por completo, tiene un remanente mínimo, de un 1%, y mi hija actualmente está viendo menos del 20% por un solo ojo, ya que ella el 2022 ya perdió un ojo por desprendimiento de retina crónica", señaló Nélida Cariz.
Producto de este diagnóstico, "ella tiene varias complicaciones en su ojito, entre ellas glaucoma y cataratas y se le solicitó orden de cirugía, pero lamentablemente el hospital Van Buren está teniendo bastantes problemas, porque según el exmédico jefe del área, no hay insumos, hay varios pabellones que están suspendidos y ya no está funcionando la Urgencia Oftalmológica, por lo que se han visto afectados varios pacientes, entre ellas mi hija".
"Este 2024 se notó la crisis si comparamos la atención con otros años", aseguró.
Angustiante espera
Y si bien ya ha logrado avanzar con algunos exámenes que son necesarios para ingresar a pabellón, esta madre porteña asegura que todo apunta, teme, según comentarios que ha recibido, que la intervención no se realizará en el corto plazo. Una espera realmente angustiante.
"Me dijeron que mi hija tendrá que esperar de aquí a junio y si lo vemos fríamente, de aquí a junio mi hija va a quedar ciega, si no se opera en este mes o en febrero, a marzo mi hija no va a estar viendo, porque cuando la vio el doctor en junio del año pasado, ella veía un 100% con el ojo derecho, en agosto veía un 80, en septiembre 75, en octubre bajó a 40, en noviembre a un 30 y en diciembre, el 20 de diciembre, cuando fue el último control, llegó a un 20% y ahora ve menos, eso me dice", explica la también vecina de cerro Placeres, quien subraya que la menor "está muy triste, porque tiene miedo de perder la vista".
Cabe mencionar que intentando barajar opciones, "coticé la operación de forma particular y cuesta tres millones 800 mil pesos… imposible para nosotros".
Garantizado
Respondiendo al caso y, en particular a las aprehensiones que hoy tiene Nélida Cariz junto a su hija, la doctora Dafne Secul, directora del hospital porteño, aseguró que "la madre de la paciente que manifiesta su inquietud puede estar tranquila".
Esto, argumentó, porque "si bien la menor presenta una patología visual compleja de base, que ha derivado en una catarata", ésta "tiene indicación de cirugía cursada recién el 20 de diciembre, es decir hace menos de veinte días, esto después de un seguimiento, atención y control permanente de la paciente en nuestra institución".
La intervención, agregó la directora, "corresponde a una cirugía GES que está garantizada y que se cumplirá en los tiempos requeridos, que se suma a la cobertura que se le está dando a través de la Ley Ricarte Soto mediante una terapia biológica para abordar su patología de base".
Asimismo, "sus controles y programación están absolutamente al día y en los tiempos correspondientes que no afectan el pronóstico".
Tutor sombra
Paralelo a este temor, la porteña hizo saber de una segunda aprehensión: la necesidad de que su hija cuente con un tutor sombra en su establecimiento educacional: la Escuela República de Uruguay.
"Dulcemaría pertenece al programa de integración PIE y requiere, por su condición actual, de un tutor sombra (…), sin embargo, el SLEP ha dado excusas: me dicen que están quebrados, que no tienen recursos, que no pueden contratar más personas, etcétera, por lo tanto, se lo están negando … pasó todo el año 2024 esperando", reveló.
En consideración a este requerimiento, desde SLEP Valparaíso declararon que "se han tomado diferentes medidas de asistencia, como cambiarla a la sala con mayor iluminación y sentarla en el primer puesto, establecer adecuaciones curriculares para la enseñanza y rendición de pruebas, una persona para apoyo especial, entre otras".
Únicos esfuerzos que podrían aplicarse, ya que es importante señalar que, lamentablemente, la figura de tutor sombra no existe en la normativa educacional según información que pudo recopilar este medio.
2022 es el año en que Dulcemaría Merillán Cariz comenzó a atenderse en el mencionado hospital de Valparaíso.