Pantalla grande
"Anticristo"
No es usual que el sexo sea tema principal en el cine de autor; más aún, ligado al sentimiento de culpa, llegando a la agresión y al autocastigo en la pareja. Por otra parte, si hay un director que pueda tratar este tema, con estas características y salir airoso, por la profundidad y la seriedad de su tratamiento es el danés Lars von Trier.
Esto lo demuestra en "Anticristo" (2009), cinta dirigida y escrita por este cineasta; y que cuenta solo con tres personajes: el esposo (Willem Dafoe), la esposa (Charlotte Gainsbourg) y su pequeño hijo Nic (Storm Acheche Sahlstrom), que fallece en el comienzo de la cinta, al saltar por una ventana de un edificio, mientras sus padres hacen el amor desaforada e irresponsablemente en la ducha de la casa; dando inicio a una relación desequilibrada y angustiante,
que tratan de enrielar, aunque subyace, como una bomba de tiempo, el remordimiento y el odio.
Von Trier, de 69 años, se destaca como un realizador único y de los más originales de la actualidad; con filmes como "El Elemento del Crimen" (1984), "Epidemic" (1987), "Medea" (1988), "Europa" (1991), "Rompiendo las Olas" (1996), "Los Idiotas" (1998), "Bailando en la Oscuridad" (2000), "Dogville" (2003), "Manderlay" (2005), "El Jefe de Todo Esto" (2006), "Melancolía" (2011), "Ninfomaníaca" (2013) y "La Casa de Jack" (2018), cintas en que las relaciones humanas son cuestionadas y puestas bajo un microscopio riguroso e inflexible. No por nada dedica esta cinta al cineasta ruso Andrei Tarkovski (1932-1986), otro director moderno, con un cine plagado de simbolismos y severo en el uso del lenguaje cinematográfico.
En "Anticristo", von Trier somete al espectador a una experiencia extrema y asfixiante; desde las primeras imágenes hasta las últimas: el sexo directo entre la pareja protagónica, pasando luego de la tragedia a una relación oscilante entre la ternura, la dependencia, la desesperación y la violencia física y sexual; para culminar en una larga secuencia en una cabaña solitaria. Allí, intentan reconciliarse, reencontrarse y salvarse; acudiendo incluso el esposo a su rol de psicólogo; yendo mucho más allá de lo permitido, en todos los sentidos posibles, para una pareja o simplemente para dos seres humanos que se quieren y que se respetan mínimamente.
"En "Anticristo", von Trier somete al espectador a una experiencia extrema y asfixiante".