Estancamiento y decadencia
Los resultados de la última encuesta CEP evidencian una realidad preocupante: solo un 14% cree que Chile está progresando. Esta percepción de estancamiento o retroceso refleja una ciudadanía desencantada, que comienza a normalizar el pesimismo.
El descontento es evidente. Un 49% califica la situación económica como mala o muy mala, y más de la mitad de los encuestados cree que nada cambiará en los próximos 12 meses. En este escenario, las elecciones no logran encender expectativas ni renovar confianzas, en cambio parece dominar la resignación.
Delincuencia (60%), salud (34%), pensiones (32%) y educación (27%) encabezan las preocupaciones. Son temas urgentes, pero la sensación general es que no hay respuestas efectivas para estos grandes desafíos. La desconexión entre los problemas reales y la acción política se hace más patente.
Más allá de las estadísticas este es el ánimo de un país que siente que sus esfuerzos no mejoran su calidad de vida. Recuperar la confianza requiere más que promesas: hace falta acción, escucha y una visión compartida. El progreso es posible, pero solo si logramos construir un proyecto común que recupere la esperanza y enfrente con realismo los desafíos del presente.
Ángel Acevedo Duque
Investigador
Universidad Autónoma de Chile