Nicolás Arancibia Bórquez

Héctor Robles, al menos por ahora, seguirá siendo el entrenador de Santiago Wanderers. La dirigencia porteña no está totalmente convencida de ponerle fin al ciclo comandado por el otrora zaguero central, y por lo mismo, determinaron no tomar ningún tipo de decisión "en caliente", por lo que de no mediar nada extraordinario, el "Choro" se sentará en la banca caturra de cara al partido del domingo ante Santiago Morning.

Las razones para mantener en su puesto al capitán que levantó el recordado título del año 2001 en su cargo son variadas, según revelan distintas fuentes al interior de la sociedad anónima verde.

Absolutamente nadie dentro del club está contento con los cinco encuentros consecutivos que el Decano acumula sin saber de victorias, pero al mismo tiempo ponen paños fríos por la campaña del club, recordando que pese a que han cedido importante terreno en la lucha por el primer puesto del campeonato, hoy los del Puerto están a solo tres unidades de los líderes, San Marcos de Arica y San Luis de Quillota, y además consiguieron la clasificación a octavos de final de la Copa Chile.

Por otro lado, según indican desde el interior de la concesionaria, destituir a Robles implicaría un importante embrollo tanto institucional como financiero. Incluso si el exfutbolista decide volver a sus antiguas labores en el Fútbol Joven, lo que evidentemente implicaría una reducción en sus remuneraciones, la regencia debería además negociar con el resto de los integrantes que componen su cuerpo técnico.

Tal y como ha sucedido en momentos similares de campañas anteriores, la dirigencia wanderina tampoco cuenta con dinero fresco para sentarse a convenir los términos de alguna indemnización, ni tampoco con demasiado margen para buscar alternativas de entrenadores en el mercado.

En este escenario, solo una importante inyección de recursos de parte del accionista mayoritario y presidente de la institución, Reinaldo Sánchez , implicaría que el club pueda solventar un nuevo cambio de técnico. Esto, por cierto, es un panorama complejo, más aún teniendo en cuenta que el empresario microbusero ya le prestó ala institución más de 800 millones de pesos durante el año pasado.

Llegan los currículos

Independiente de que, al menos hasta ayer, Héctor Robles permanecería en la banca wanderina, no deja de ser cierto que a las oficinas caturras han llegado currículums de diferentes entrenadores en caso de que el escenario cambie.

En ese sentido, el nombre de Héctor Arturo Sanhueza gusta al interior del club debido a su pasado en la institución y a su experiencia como ayudante de Erwin Durán en La Serena el año pasado.

5 partidos consecutivos sin ganar, entre la Liga de Ascenso y la Copa Chile, acumula el elenco porteño.

nicolas.arancibia@estrellavalpo.cl

A veces cuando el fútbol parece no fluir tanto, los equipos se aferran a impulsos anímicos gracias a los hinchas, al simple deseo de luchar y salir de un mal momento. Algo así es lo que le ocurrió a Colo Colo, que anoche, tras ir perdiendo 2-0, finalmente empató 2-2 con Ñublense en el Monumental, con dos goles de dos de los más cuestionados del último tiempo: Claudio Aquino y especialmente Javier Correa.

Pero todo comenzó horrible, como si la historia se fuera a repetir, tal como ante Deportes Limache por Copa Chile y Racing Club en la Copa Libertadores, porque en apenas 16 minutos los 'Diablos Rojos' ya estaban ganando 2-0 ante un Cacique que parecía lento, tímido y sin ideas. El primero fue por un penal de Mauricio Isla sobre Matías Plaza al minuto 4, el segundo un centro de Bernardo Cerezo, la bajó de cabeza Sosa y el propio Plaza clavó un zurdazo abajo.

La cara de Jorge Almirón era de no creer y parecía que todo se iba a derrumbar para recibir una nueva goleada. Pero primero cayó el gol anulado a Correa -falta previa de Alan Saldivia a Lorenzo Reyes- y el ánimo con el que el Cacique fue hilvanando jugadas hasta que Aquino, en los descuentos, anotó con un tiro de fuera del área.

El impulso se mantuvo en el segundo lapso, porque Correa volvería a intentarlo, se lo sacó del suelo el lateral Jovany Campusano y el portero Nicola Pérez también se lució en dos ocasiones. Pero no hay maldición eterna porque al minuto 70, tras un córner, el delantero la agarró fuera del área, le pegó medio bombeado con borde interno y el balón fue imposible para que llegara Pérez, un desahogo total del equipo.

Lo intento el Cacique, con Almirón en la cuerda floja y casi afuera de su cargo por una reunión de directorio que se hará hoy.