Sepa cómo ganarse unas lucas extras con la tremenda fiesta
Restan más de dos semanas para que la contagiosa melodía de "Un año más" acompañe los abrazos de bienvenida al 2016, pero los lancheros del Muelle Prat en Valparaíso no dejan de pensar cómo sacar el mayor partido a su embarcación la noche del 31 de diciembre. Ya planifican cada detalle, desde cómo adornar la nave o ganar la mejor ubicación en la bahía para el deleite de los pasajeros que cada año llegan a la ciudad para pasar la medianoche mar adentro. Nada queda al azar, más aún si se considera que en una sola noche pueden llegar a ganar lo que consiguen en un mes de trabajo, dependiendo de las características y capacidad de cada lancha.
El último día de 2015 las 57 embarcaciones que comúnmente ofrecen paseos de 30 minutos por la bahía, estarán impecablemente adornadas con luces y permanecerán en promedio tres a cuatro horas en el mar. Durante ese tiempo, las familias podrán improvisar su cena sobre la embarcación, como si estuviesen en su propia casa. Carlos Lemus, presidente de los lancheros del Muelle Prat, cuenta que incluso pueden llevar cotillón, espumante o algún trago, pero "recomendamos que las personas no beban en exceso para evitar molestias. Aunque el capitán de la lancha y el ayudante estarán preocupados de cada detalle". Aunque, ojo, lo que sí estará estrictamente prohibido es la chaya, porque "se pega en las naves y cuesta mucho sacarla después", comenta el dirigente.
Esta particular forma de ver el espectáculo de fuegos pirotécnicos es casi tan antigua como el evento mismo, sólo que en los últimos años se ha popularizado. De hecho, Lemus comenta que los padres e, incluso, algunos abuelos de actuales lancheros ya entregaban este servicio durante la llamada Nochevieja. El éxito de esta tendencia de ver los fuegos mirando hacía la ciudad, y no al revés, se debe al misticismo y la especial conexión que se logra con el mar, asegura Lemus. "Es algo único en el mundo y sentir el tronar de los fuegos en el mar y con la brisa marina es increíble", dice, al tiempo que aprovecha de soñar con que los paseos en lancha ganen mayor protagonismo. "Ojalá que las autoridades en vez de estar arriba en la casa de Lord Cochrane pudieran venir acá y sobre una lancha, tener toda la maquinaria y apretar el botón para empezar el show. Sería bonito salir de la rutina", señala.
Otros porteños que también aprovechan de encontrar una forma diferente de esperar las doce son quienes arriendan sus terrazas, casas o departamentos a familias o grupos de amigos que llegan desde diferentes ciudades o países. Tener en Valparaíso este espectáculo de fuegos pirotécnicos, que incluso ha sido ubicado dentro de los tres más grandes del mundo, es un regalo para la vista de quienes viven en la ciudad, pero también para su bolsillo.
recursos extras
Las redes sociales están repletas de ofertas de porteños que, por una noche, abren las puertas de su hogar a completos desconocidos, con el objetivo de generar recursos extras. Óscar Vera es un veinteañero estudiante universitario que, junto a sus padres, por estos días alista los últimos detalles para entregar el mejor servicio, con el "cariño familiar" que los caracteriza, asegura.
Su departamento está en Avenida Brasil, prácticamente frente a Muelle Barón, uno de los puntos de lanzamiento de los fuegos pirotécnicos, lo que asegura una inmejorable vista. Además, el hecho de arrendar el espacio que está en un sexto piso, da derecho a usar la terraza del piso 16. Aunque tienen otro departamento en el mismo edifico, la familia aún no sabe si recibirá el 2016 en el Puerto, por lo que - si los huéspedes así lo prefieren- pueden hasta compartir con ellos el brindis.
Óscar cuenta que la idea de ofrecer arriendo para el 31 se le ocurrió el año pasado, pero "muy encima de la fecha", por eso finalmente no pudo arrendarlo. Sus padres llevan más de una década hospedando a estudiantes desde marzo y a turistas en el verano, pero ahora será la primera vez que tendrán la experiencia con huéspedes en las fiestas de fin de año. "Vimos que está el departamento, y pensamos cómo lo vamos a tener muerto el año nuevo. Así que había que explotarlo de alguna forma para tener un ingreso extra". También, la carrera que estudia (Administración Hotelera y Gastronómica), le entrega una visión más amplia del negocio de los alojamientos.
Este universitario también está sorprendido con la masiva respuesta a su anuncio en Facebook y los buenos comentarios de los posibles arrendatarios, considerando el precio. "Algunos preguntan porque esta tan barato, preguntan si tiene alguna 'yayita', pero no la tenemos. Nosotros lo que queremos es aprovechar y que los demás también aprovechen ", asegura. Además, recomienda el lugar su amplia vista desde Laguna Verde hasta Concón. J