Final feliz para la abuelita postrada hace nueve años
Doña Clora fue ayudada con un comodato para salir de la quebrada donde ha estado atrapada. Fueron necesarios seis bomberos para sacarla de su casa en una camilla.
Apenas le salía el habla, la voz pendía de un hilo. Por fin llegó el día en que se mudaban a su nueva casa, donde saldría de un largo y doloroso encierro, viviendo en una quebrada de Rodelillo. Hace muchos años que estaba aislada.
En La Estrella de Valparaíso hemos contado varias veces la historia de doña Clora. A sus 61 años, Clorinda Balladares se encuentra encerrada en su propia casa desde hace casi una década. La aquejan una serie de enfermedades, le amputaron una pierna y es completamente dependiente de su hija Gillian.
Su casa se ubica en una quebrada del pasaje San Rafael, a la que se puede llegar a través de una empinada bajada, por lo cual le es imposible salir de su casa por sus propios medios. De hecho, para las últimas elecciones municipales, no pudo sufragar porque tenía su cédula vencida, y no pudo ir al Registro Civil.
Luego de varios meses clamando por ayuda, por fin recibió una buena noticia: le encontraron una nueva casa.
"Costó pero salió, estoy muy feliz porque ya me van a poder sacar como corresponde, no que me tiren de a 20 personas, entonces imagínense lo feliz que estoy con esta noticia", comenta la mujer, mientras revisa su celular y muestra algunas fotografías de su nueva casa, un departamento en la villa Las Américas, de Villa Alemana.
"Mi hija fue a conocer y me sacó estas fotografías, es todo planito, bonito, va a ser mucho mejor, por fin podemos tener esto, un departamento amplio para que quepamos todas, en comodidad. Me avisaron hace muy poquito que ya era realidad", relata.
La mudanza fue posible gracias a la gestión del concejal de Valparaíso, Daniel Morales, en trabajo conjunto con el Serviu para ayudar a la familia porteña con una vivienda entregada a comodato, mientras se gestiona una postulación al Serviu para otra casa definitiva.
Sobre el departamento en Villa Alemana, doña Clora afirma que "en un principio pregunté por casa en Valparaíso, pero me dijeron que era muy complicado, ahí pensé que en realidad no me importa la ciudad mientras esté cómoda y pueda recibir mis controles médicos. Me hubiera ido hasta a San Antonio".
Maniobra especial
Ayer se realizó la mudanza, con ayuda de vecinos, y bomberos de Valparaíso que colaboraron en las labores, pero para subir a la mujer de 61 años a el vehículo, fue necesario la ayuda del personal Grimp del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, unidad especializado en operativos de rescate de personas.
Con una camilla, y el trabajo de seis voluntarios que llevaron a la mujer cerro arriba, se pudo concretar el traslado de doña Clora a una camioneta, y comenzó el viaje a la nueva casa.
Al entrar a su nuevo departamento, Clorinda no pudo contener emoción del momento, y su s ojos se llenaron de lágrimas mientras los bomberos que la recibieron aplaudían y sonreían con entusiasmo por la nueva vida que tendrá la señora Clorinda.