Cara a cara con la muerte estuvo un chofer de la locomoción colectiva de Valparaíso, luego que tras un altercado de tránsito otro conductor lo atacó de manera brutal, con un arma cortante hechiza. Lleva una semana internado en un recinto asistencial.
De 60 años, el playanchino Juan Carlos Segura lleva 22 años al volante, lapso en que nunca ha sufrido un asalto, incluso cuando guiaba de noche en las poblaciones temibles del Puerto. La semana pasada, cerca de las 18.45 horas, guiaba la máquina 34 del recorrido 705 (ex N) de la empresa Top Tour, por la avenida Argentina en dirección a la Aduana. Iba sin pasajeros y antes de llegar a avenida Colón, un automóvil Nissan blanco se le cruzó sin señalizar hacia su pista, por lo que frenó bruscamente para no embestirlo. "El tipo alterado se bajó como energúmeno y me empezó a insultar. Quiso subir, pero yo mantuve la puerta cerrada".
"era tipo canero"
Lo peor vino después, cuando el enajenado sacó del auto un estoque artesanal de medio metro de largo, y fue hacia la ventana de Juan Carlos. "Eran de las armas que fabrican en la cárcel. Tenía pinta de ser 'canero' viejo por la forma en que lo manejaba. Me lanzó unas tres estocadas hasta que me impactó en la pierna ". Mientras el agresor huyó en el auto donde iba con una mujer, la víctima presionó con la mano la herida en el muslo izquierdo, y como pudo manejó hasta el Van Buren donde ingresó complicado. "Hace 12 años me operaron el corazón de la válvula aórtica, y de por vida tomo anticoagulantes. Perdí harta sangre y una anemia aguda podría haber sido fatal para mí. Fue caótica la situación".
En el recinto asistencial le pusieron siete puntos de sutura y lo estabilizaron. Por la acción del seguro laboral fue derivado a una clínica donde lleva cerca de una semana internado. Su pronóstico es incierto, no tiene claridad cuando será dado de alta. Debe comenzar terapia para recuperarse. La incertidumbre lo complica, en especial económicamente, considerando que en su oficio se gana un porcentaje por trabajo diario. "Para mí fue intento de asalto. No creo que alguien actúe así por estar enojado por un tema de tránsito. Sería lo mínimo que lo encuentren y pague por lo que hizo, pero un malandra no corrige sus acciones", indica Juan desconfiado de que la justicia halle pronto y sancione al agresor que sigue prófugo. J