Colombiano estafado teme que lo maten al regreso a su país
El colombiano Edwin Giovanni Mendoza Venegas, que acusa haber sido estafado junto a otros cuatro compatriotas por el empresario Eduardo Crespo Fernández, se presentó en la Fiscalía de Viña del Mar para relatar todo lo que vivió desde que llegó a Chile, en diciembre de 2014. Así, por más de una hora, estuvo narrando cómo él y sus compañeros fueron embaucados tras aceptar una oferta laboral que consistía en instalar ventanas.
De acuerdo a sus palabras, todo comenzó cuando un amigo suyo estilista, que tiene una peluquería en la ciudad, atendió a Crespo y hablaron sobre su empresa. "Ahí mi amigo de infancia se acordó de mí, que yo instalaba ventanas en Medellín, Colombia, y luego el señor Crespo me contactó por teléfono y me ofreció trabajar con él", explicó al Ministerio Público.
Como su situación no era la mejor en Colombia, Edwin lo pensó y buscó a otras personas para que se fueran con él. De esta manera, se concretaron dos reuniones con el empresario en Medellín. "La primera junta fue en la casa de su suegra que vive en Medellín. Ahí fui con un amigo que finalmente no viajó y luego, como a la semana, nos reunimos en una plaza junto a Carlos Vélez, otro amigo mío. Al final aceptamos y nos vinimos junto a mi hermano Edinson Alejandro Mendoza y otros dos amigos llamados Juan David Jiménez y Edwin Herrera", detalló.
TURISTAS
Hasta aquí todo parecía ir en perfecto orden. Los colombianos sólo debían viajar a Chile para comenzar a trabajar en la empresa de Crespo por un sueldo de $900 mil, y no preocuparse de alojamiento ni comida, porque en los primeros tres meses de estadía el empresario se encargaría de eso. Luego, cuando ya estuvieran establecidos, ellos lo harían por sus propios medios.
En este punto de la historia, el fiscal Pablo Avendaño le consultó a Edwin si habían firmado algún documento o contrato antes de partir y cuál fue el motivo del viaje que dieron en la Aduana. "No y tampoco nos entregó un papel. Él nos dio los dineros para que junto a mi hermano y otro amigo viajáramos en bus a Cali y también para que los otros dos que estaban en Bogotá lo hicieran al mismo destino. Luego nos reunimos todos y llegamos a Lima, Perú, en donde no nos alcanzó el dinero. El 29 de noviembre el señor Crespo nos depositó por vía Chilexpress para llegar a Santiago de Chile. Nos vinimos por el camino legal, pero en la Aduana teníamos la orden de decir que veníamos como turistas", señaló.
Mentir por la razón del viaje ya era una irregularidad, pero los colombianos no desconfiaron. Apenas pisaron tierra chilena se contactaron con Crespo quien les dijo que tomaran un bus a Viña del Mar para pasarlos a buscar en el terminal. "Eso fue el 2 de diciembre de 2014. Nos pasó a buscar con el cuñado y nos llevaron a una casa en Concón, en donde nos hospedamos junto a otros trabajadores. Al día siguiente, nos llevaron a conocer la empresa que queda cerca del restorán 'La Cuca' y volvimos a casa. Descansamos y al día siguiente empezamos a trabajar", declaró Mendoza.
ESTAFADOS
Los colombianos comienzan a laborar, pero sin contrato. De paso les piden sus pasaportes para sacarles fotocopias y así tramitar las visas, pero nunca las ven. "El señor Crespo nos entrega durante los 20 días que alcanzamos a trabajar las sumas de $25 mil, $50 mil y $70 mil a cada uno para alimentarnos, pero nunca nos paga por el trabajo. Al final, nos despide porque un compañero que también vivía en la casa de Concón con nosotros nos acusa de haber bebido alcohol y quedamos a la deriva. Tuve que trabajar en las micros junto a mi hermano y sufrir la presión de todos mis compañeros que me decían que por mi culpa les estaba pasando esto", apuntó.
En efecto, los amigos de Mendoza le encaraban todos los días la situación, hasta que Edwin hizo la denuncia en la Policía de Investigaciones y a los meses el caso llegó a tribunales.
"Efectuamos demandas hasta que en julio de este año hubo una audiencia y el abogado del señor Crespo nos ofreció $1 millón y los pasajes de vuelta a Colombia. Mis amigos aceptaron de inmediato y se fueron en agosto y yo también acepté, pero con la condición de que el ticket fuera entre el 10 y 15 de diciembre porque no quería que esto se quedara así", manifestó.
Por eso, la audiencia se realizó ayer porque hoy Edwin regresa a su país. Al término de su testimonio, el abogado defensor del empresario, Jaime Barrientos, tuvo la oportunidad de hacerle preguntas, pero muchas de éstas fueron objetadas por el fiscal Avendaño y desestimadas por la jueza Valeria Echeverría. Incluso, algo molesta, le repetía que dejara hablar porque el jurídico constantemente interrumpía a Mendoza cuando intentaba responder sus solicitudes.
Al término de la audiencia, el colombiano se mostró más tranquilo, pero nervioso por el regreso a su país. "Mis compañeros que vinieron conmigo a Chile me han amenazado por lo que les pasó y ellos saben dónde vive toda mi familia. En Colombia la justicia funciona diferente, se cobra con tus propias manos y tengo temor", confesó. J