Radiografía al "huevón" nuestro de cada día
En una misma conversación, "huevón" o "hueón" puede ser sustantivo, verbo, adjetivo calificativo, adverbio modificando a un verbo; adjetivo superlativo, gerundio y participio. Esto entre otras posibilidades lingüísticas. Así lo afirma el investigador de Media Training Institute, Osvaldo Silva Serqueira
Explica que la Real Academia de la Lengua define el término como un americanismo, que suele emplearse como sinónimo de lento, tardío, bobalicón, ingenuo, animoso, valiente, holgazán o flojo. Pero, en nuestro país, este término ha superado todas las categorías, transformándose en un concepto universal, así como el "tío" en España.
"Acá no se pronuncia la uve, por eso se escribe como weón, o incluso en los chats y SMS como wn. Pero huevón, que proviene de huevo (testículo), está muy extendido en la lengua castellana. En Centroamérica y parte de Sudamérica mucho más que en España y en Honduras y Nicaragua lo usan como animoso y valiente", aclara el lingüista.
Para José Vargas, profesor jubilado de castellano, docente por 42 años del Liceo de Limache, la palabra es una muletilla para designar algo o alguien de poco valor. "Es seguramente la palabra más usada en Chile, especialmente al final de una frase. Ciertamente huevón se usa más que antes porque el vocabulario es cada día más pobre", señala.
Estudio
Los alcances de la palabra "huevón" sorprenden. Silva Serqueira hizo un análisis que llama la atención por los alcances y proyecciones en el mundo de los garabatos. En particular, es una palabra que en promedio se usa más de 50 veces en el día y 8 veces en una conversación telefónica de duración promedio de 6 minutos.
"En Chile nuestro repertorio escatológico apunta a las actividades biológicas de desasimilación y reproducción. Como detalle podemos agregar que según la neuropsicología nuestra estructura discursiva, se origina en el neocortex del cerebro. Pero los garabatos, se originarían en el sistema límbico, en donde nacen las emociones más básicas", apunta Silva.
Al cine y al diccionario
Relativo éxito tuvo la película "El Rey de los Huevones". Por primera vez en el mundo del cine, una escatolalia llegaba a la pantalla grande.
Los múltiples significados de "huevón", la hacen una palabra que está en casi todos los dominios lingüísticos. Pertenece al lenguaje del devenir, del relato.
"Huevón no ha podido ser atrapado por la fría construcción del lenguaje alfabetizado. Un escrito no puede trasmitir lo que es 'huevón' en cada contexto. Prueba de lo anterior es que 'huevón' llegó al diccionario, pero existía antes que la Real Academia lo aceptara. Aun así, dudo que texto alguno logre explicar fácilmente lo que es y lo que significa 'huevón'. En general las escatolalias, y en especial la palabra 'huevón', no separan al orador, al lenguaje y la acción, tal como describe Rafael Echeverría. Las escatolalias adquieren su más nítido sentido en el momento en que se manifiestan", recalca el académico.
"El lenguaje es generativo. Genera, describe realidades y principalmente crea sentido. 'Huevón' lo demuestra nítidamente. Sirve para insultar, denigrar, desacralizar o expresar admiración; y si la mayor parte de las veces delata una endémica pobreza de lenguaje, hay ocasiones en que viene a ser "como un detonante del ingenio corrosivo de la chilenidad profunda", dice Cosme Portocarrero en su libro "La palabra Huevón".
Análisis lingüístico
"Tonto huevón (pobre diablo); "pobre huevón (infeliz); "huevón maricón" (individuo débil); "huevón de mierda" (flor y prez de los insultos), son algunas de estas expresiones, aunque, en su acepción negativa, se suele acompañar el "huevón" de los adjetivos más insólitos.
Así no es raro escuchar afirmaciones como "que huevón más distinguido", "huevón esmerado", "huevón a la vela" o "huevón para la risa".
Entre los derivados de huevón, el texto de Portocarrero menciona "huevoncito", que intensifica el juicio sobre la calidad humana de una persona; "huevoncete", que es un despectivo equivalente a "pobre huevón"; y "ahuevonado", que generalmente va precedido del adverbio "medio".También existe "huevonaje", que es un término ultra despectivo, equivalente a chusma, o gentuza, que equivale a "tropa de huevones".
"Huevón" ha dado origen además al sustantivo "huevoneo", de aplicación limitada, y al verbo "huevear", de uso "canónico".
Dicho verbo da paso, al sustantivo "hueveo", que lo sigue "como el trueno al relámpago", dice Portocarrero, quien le atribuye un uso "restringido pero intenso": "por favor, corta el hueveo", cuyo equivalente culto sería: "por favor, termina con las manifestaciones poco serias".
Por su parte el sustantivo "huevada", es núcleo de variadas construcciones sintácticas que apuntan a definir acciones torpes, inconsultas o insensatas.
La raíz de todos estos términos está en "huevá", que de forma aislada no tiene valor semántico ni estilístico, pero es el núcleo de varias construcciones muy expresivas.
Literatura respecto al tema hay bastante y hay un pequeño instructivo denominado "Ser Huevón sin fracasar en la vida" de Suzanne Cane y Olvera, gringa-mexicana, quien demuestra en si páginas que ser huevón no es ningún problema. El verdadero dilema por resolver es cómo sobrevivir siendo huevones. J