La desconocida huella de Darwin en la región
Todos conocen o han oído hablar del viaje del naturalista inglés alrededor del mundo a bordo del "Beagle", pero pocos saben qué fue de las tierras que pisó luego de recalar en Valparaíso.
Mirian Mondaca Herrera. - La Estrella de Quillota- Petorca.
185 años han pasado desde que el afamado naturalista inglés Charles Darwin puso un alto a la vida académica que llevaba en Cambridge tras egresar de esa universidad y se aventuró en un viaje alrededor del mundo.
Finalmente, en julio de 1834 el bergantín "Beagle" llegó hasta Valparaíso; el primer paso para que el investigador tuviera contacto con la zona interior de la región y estudiara los parajes de Quillota.
Pasado y presente
Aquella jornada que el naturalista relata con sorprendentes detalles en su libro "Mi Viaje Alrededor del Mundo" (1845), que miró la ciudad desde las colinas que rodean el valle. Más tarde su recorrido se detendría en la hacienda San Isidro.
En el mismo lugar donde se alzaba la antigua casa patronal que habría servido de refugio para que Darwin pasara la noche, ahora se escucha el relinchar de los insignes caballares del Regimiento Escolta Presidencial N° 1 "Granaderos" .
Allí, entre los preparativos militares para los Te Deum Ecuménico de Fiestas Patrias y la Parada Militar, un enorme árbol de más de 40 metros de diámetro de copa se alza imponente regalando su sombra: el denominado "Gomero de Darwin" o "Gomero Centenario".
Ese ejemplar que se calcula tiene más de 350 años, es hasta hoy el lugar representativo del paso del inglés por la comuna y también el punto donde termina la Ruta Histórica de Charles Darwin en Quillota que se lanzó en abril del año pasado.
Antes de descansar en la entonces hacienda San Isidro, el investigador había recorrido el cerro Malacara y Mauco (uno de los más altos de la costa de la región, con 724 metros sobre el nivel del mar), la Quebrada del Ají y los alrededores del fundo Chilicauquén. Acá, entre su vertiente austral hoy se existen las localidades de Boco, El Manzanar y Rauten.
Estas tierras que visitó Darwin aún conservan su ruralidad, con habitantes dedicados principalmente a la agricultura y grandes extensiones cubiertas por parcelas de agrado. Además, en los terrenos que abarcan la localidad de Boco, ahora se encuentra uno de los centros turísticos más reconocidos de la provincia.
El día siguiente a su estadía en la hacienda San Isdro, el naturalista acompañado de un guía y caballos prestados por los quillotanos del lugar, dejaría la ciudad para tomar con entusiasmo el desafío de alcanzar las alturas del cerro La Campana. "Los caminos son fatales, pero las particularidades geológicas y el espléndido paisaje que a cada momento se descubre compensa con mucho nuestra fatiga", escribió en su diario de viaje ese 16 de agosto de 1834.
No serían más de dos días los que estuvo en la serranía que separa los valles de Olmué y Quillota, pero fue suficiente para que en la comuna se recuerde el inolvidable paso del inglés. Un viaje que quedaría inmortalizado en su publicación de 1845.
Potencial turístico
Aprovechando las posibilidades que entrega a la comuna haber sido parte del camino de Darwin por el país, en abril del año pasado se lanzó la ruta histórica que recorre los mismos lugares que el naturalista visitó en el siglo XIX.
Actualmente, la ruta está siendo ofrecida a turistas nacionales y extranjeros a través de operadores turísticos, que invitan a un recorido completo con alojamiento incluído, teniendo como punto final La Campana
Patricio Jofré, encargado de turismo de la municipalidad de Quillota, estuvo en la génesis del proyecto de ruta turística y recorrió a caballo los lugares que forman parte de ella.
Según cuenta Jofré, lo apegada a la realidad del circuito es su principal plus. "Ésta es un ruta verídica porque se recorren los lugares que Darwin describe en su libro. Este tipo derutas está dirigido al turismo de intereses especiales", indica.
Además, el incremento de visitantes que este nuevo atractivo traerá a la comuna los tiene entusiasmados y conformes. Con esto, las posibilidades de los microempresarios y pequeños comerciantes vinculados al ecoturismo y turismo rural se incrementan considerablemente.
" Lo importante de esta ruta es que la gente hace el recorrido, pero también están los restaurantes, los que arriendan caballo, los que venden productos del campo y el comercio local en general. La idea es que se beneficien y eso se ha logrado", asegura Jofré.