Los quiltros tuvieron su día en el Parque Cultural de Valparaíso
Más de 150 canes que alguna vez fueron callejeros vivieron un tarde feliz.
Rodrigo Ramos B. - La Estrella de Valparaíso
Mochi se llama la perrita. Su historia fue triste, tipo teleserie, como la de la mayoría de los quiltros que en ese momento circulaban por el parque. "La encontré en un rincón de Placeres con un chonguito de patita y envuelta en una huincha pegajosa de envolver negra, a modo de parche curita en su patita para que parara de sangrar. Tenía su colita pelada como la de un ratón. La llevé a mi casa y como no se pudo sanar, tuvieron que amputarle hasta el hombro. Le falta la extremidad delantera izquierda. Con cariño se le ha pasado el trauma", afirmó Carmen Vega, con la mirada sobre Mochi, mientras el resto de canes corrían y se paseaban libres por los pastos del Parque Cultural de Valparaíso.
Al igual que Mochi había varios perros amputados en el parque. Tenían la mirada tranquila como si esa marca le imprimiera una madurez perruna, con respecto a sus homólogos sanos y juguetones.
Para colmo de males Mochi, padece hipertiroidismo crónico, y por consiguiente debe tomar un medicamento por lo que resta de su existencia.
Fueron alrededor de 150 canes o más, quienes llegaron la tarde del sábado al parque cultural junto a sus amos que sumaban las 300 personas -según la organización-, para participar en la primera Expo Quiltro que se llevó a cabo en Valparaíso.
Había para todos los gustos: pequeños, grandes, chatos, patas cortas, patas largas, amarillos, cafés tipo chocolate y los clásicos que tiene abuelos o tatarabuelos pastores alemanes.
Tenencia
"Somos estudiantes de ingeniería comercial de la Católica de Valparaíso (PUCV) y junto al parque cultural estamos desarrollando la actividad. El enfoque es que la gente se sienta orgullosa de tener un perro quiltro y empezar a conectarlos y hablar sobre la tenencia responsable de mascotas. Hoy las personas prefieren al quiltro de la calle, más que ir a comprar un perro de raza. Acá queremos potenciar el sentimiento de tener un quiltro", dice Nicolás Vergara, organizador.
La Barbie
El pasado de la Barbie descoloca. Mientras pasea tranquila por los alrededores del Parque Cultural, su amo, Patricio Marambio , cuenta que la encontró apuñalada y en malas condiciones. "La hallé en una actividad en terreno que desarrollamos con la municipalidad. Estaba como para morirse. Había perdido mucha sangre. En ese momento no dudé de llevármela y luego atenderla con un amigo veterinario. El la suturó con alrededor de 40 puntos y sobrevivió. La iba entregar en adopción, al final me quedé yo con la perra. Hoy hasta duermo con ella. Somos inseparables", dijo.