Se terminó la pesadilla de la pareja guardadora de Hijuelas
Luego de vivir una semana inmersos en el dolor, Carmen y Omar, a quienes les arrebataron a los niños que cuidaban en su hogar, pudieron reencontrarse con los pequeños y ya están iniciando los trámites para adoptarlos definitivamente.
Con un llanto inconsolable, salieron Omar Loyola y Carmen Vergara de la audiencia realizada esta semana, en la que se les prohibió acercarse a los niños que criaron por tres años. Hoy, luego de vivir días de angustia, por fin pudieron "recuperar" a los menores, para dejar atrás este tormentoso recuerdo.
El matrimonio ofició como pareja guardadora para A.P.H. y C.P.H., de 4 y 6 años de edad respectivamente, durante tres años, creando un lazo afectivo con los menores que nunca se pudo romper. En octubre de este año, se ordenó que los niños fueran entregados en adopción, y cuando los padres faltaron a una de las reuniones de este proceso, fueron detenidos por la PDI, el lunes pasado, y los niños llevados a un hogar.
En dicha audiencia, se dictaminó que el matrimonio no se podía acercar a los pequeños, así que el matrimonio decidió apelar a la decisión. Al día siguiente, en el Tribunal de Familia de Quillota, presentaron un recurso legal para que se consultara a los menores. Finalmente, el viernes se determinó que los niños volvieran con Carmen y Omar.
El reencuentro
Eran cerca de las 14.00 horas del viernes recién pasado cuando en el hogar de menores San Vicente de Paul, en Limache, las trabajadoras preparaban a A.P.H. para que fuera a ver "una sorpresa".
El pequeño llegó corriendo hasta una de las habitaciones y quedó impactado al ver a Carmen y Omar al frente suyo. A.P.H. miró a su alrededor incrédulo y fue en busca de su hermano pequeño, lo trajo de la mano y los cuatro se fundieron en un abrazo entrañable.
"Nos abrazamos y ellos empezaron a contarnos todo lo que había pasado, a decirnos que habían llorado mucho por nosotros, nos contaron de todo, y a las 16.00 horas ya estábamos en la casa con nuestros niños": así recuerda Carmen el anhelado reencuentro. Ese mismo día pudieron volver a su casa, en Hijuelas. Por sugerencia del tribunal, prefirieron hacerlo de manera íntima, sin medios de prensa ni muchas personas. Su idea fue hacer la transición de la manera más sencilla posible, para no incomodar a los menores, quienes vivieron días de angustia cuando se les llevó al hogar de Limache.
"Me dijeron que el primer día no durmieron nada porque estaban preocupados de que si se quedaban dormidos y nosotros llegábamos, no nos iban a poder escuchar. Comieron súper poco, y les dolía la guata, ellos tenían mucho miedo. Ahora están comiendo mejor, duermen bien y tenemos que estar muy pendiente de ellos, porque si despiertan y no nos ven se pueden asustar", comenta Carmen, quien por fin pudo encontrarse con los pequeños a los que crió por tres años.
"Se lo planteamos así: que hubo una luz que esparció polvos mágicos en el mundo entero y que ya no hay gente mala, que no se preocupen porque nadie los va a separar del papá y la mamá, y pueden estar tranquilos", comenta Carmen, con aire de tranquilidad y consuelo, luego de vivir esta pesadilla.