Violento portonazo a tienda en Reñaca
A días de Navidad, juguetería Play Box -de Ansaldo- sufrió agresivo robo. Sustrajeron juegos de videos.
Guillermo Ávila N. - La Estrella de Valparaíso
De un segundo a otro, en él la sonrisa se desvaneció. Atrás quedaba familia, relajo y el festejo de aquellas celebraciones tan propias de fin año.
Mientras disfrutaba de la fiesta de graduación de su querida hija, un llamado lo alertó.
No fue cualquiera. Había que dejar utensilios y abrazos porque a eso de la 01:25 de la madrugada del domingo, la tienda Play Box Reñaca, enclavada en la avenida Edmundo Eluchans 1850 hace sólo tres años, sufrió lo que por estos apacibles dominios comienza a ser asunto de temer como en el "far west" capitalino: los portonazos.
A los minutos del hecho, llegó como pudo Carlos Ansaldo, gerente general del local, quien afectado por el atraco, sólo atinó a ver los restos de vidrios molidos ya esparcidos por el suelo de la puerta de entrada de casi 2x2 metros.
¿De los delincuentes? "Ni rastros", dice el ejecutivo, mientras a un costado, Lucho -su maestro al oficio- se encuentra de rodillas reponiendo los daños ocasionados por los antisociales.
"Manejo pocos antecedentes. Parece que venían por video juegos", recopila cabizbajo Carlos Ansaldo.
De acuerdo al mayor Cristian Mansilla, jefe de Labocar Valparaíso, en el lugar dos individuos, al parecer premunidos con armas de fuego, procedieron a fracturar la puerta de vidrio del acceso principal del local comercial. Para ello, hicieron uso de una camioneta marca Chevrolet, modelo Lux, color gris y de doble cabina, para luego ingresar y sustraer diferentes especies.
Ya en el sitio, La Estrella pudo constatar junto al gerente de la tienda Play Box, Carlos Ansaldo, oriundo de Valparaíso, que los autores del portonazo se llevaron alrededor de 100 juegos de videos. Que el valor por cada artefacto oscila entre 15 y 20 mil pesos, lo que según él propietario serían 2 millones de pesos.
Ante la consulta de si recordaba algo más, Ansaldo añade: "Ellos ya habían estado en la tarde de antes de ayer. Se dieron su vuelta para planificar el robo".
Cabe consignar que tras el portonazo, los involucrados dejaron rastros de sangre en productos y la caja, la cual, pese a forzarla, no lograron abrir.
"Los delincuentes se cortaron con los vidrios. Los antecedentes están en Labocar" afirmó Ansaldo, con la vista puesta sobre el pavimento... donde aún están frescas las huellas de los neumáticos.