Taxistas de Plazuela Ecuador celebran sus 80 años en el lugar
Con una infinidad de historias y un poco de melancolía por los buenos tiempos, estos cerca de 30 choferes hombres y una mujer, rememoran las ocho décadas que llevan en el lugar trabajando al servicio de los porteños.
Carolina Pinuer A. - La Estrella de Valparaíso.
Con nostalgia recuerda la señora Cristina Escobar aquellos días en que se organizaban y celebraban el dieciocho chico, en plena calle Ecuador, con escenario, animación, maratón, concursos de baile, de canto y hasta premios que donaban los mismos comerciantes del lugar. Todos los taxistas participaban, y lo mejor es que los vecinos del sector esperaban ansiosos este evento. "Hasta el día de hoy me topan en la calle y me dicen: ya po' ¿cuándo van a hacer de nuevo el dieciocho chico?", recuerda Cristina, la primera mujer chofer de taxi en Valparaíso.
Este mes los taxistas de la Plaza Ecuador cumplen 80 años desde que se instalaron por primera vez en el lugar y con melancolía recuerdan diversas anécdotas e historias que durante los años les dejó el rubro. Aquellos tiempos no había tanta delincuencia, ni competencia y eso permitía que la relación taxista-cliente fuera mucho más estrecha, incluso algunos formaron lazos de amistad con pasajeros. Para ellos, esa es la verdadera esencia del taxista.
Historia
Luego de los taxis de la Plaza Echaurren, por ahí en los años 30, se instalaron los taxistas de la Plazuela Ecuador. Con aproximadamente 6 autos, llegó Luis Ernesto Escobar, padre de la señora Cristina, a probar suerte en este negocio. En esos tiempos ni siquiera los trolebuses habían llegado, entonces el negocio se fue exitoso desde un primer momento y, ante tanta demanda, don Luis tuvo que contratar choferes que le manejaran los vehículos. En ese momento, Cristina se empezó a dar cuenta de que a su papá le daban ataques de estómago cada vez que tenía problemas con un conductor, y para que dejara de tenerlos, en el año 1975, decidió entrar al rubro como taxista. Sobre esto, cuenta orgullosa que, desde el primer momento comenzó a "trabajar de noche, y como mi hermano también manejaba un taxi estaba pendiente de que yo llegara a las horas y que no me atrasara mucho con los clientes, porque podía ser peligroso. Nunca me pasó nada y como yo me crié con hombres entré altiro en confianza con los otros taxistas".
Ya en el año 91 tuvieron que constituirse como gremio, y desde ese momento comenzaron a llamarse Asociación Gremial De Taxis Básicos Plazuela Ecuador. A.G. Protape, se organizaron y conformaron este grupo de taxis que hoy cuenta con personalidad jurídica y cerca de 30 patentes asociadas para el transporte de pasajeros.
CIEGOs, SORDOs, MUDOs
Estos choferes siempre han estado al servicio de la comunidad y eso lo tienen bien claro, por eso jamás actúan como soplones, y guardan la confidencialidad con todos sus pasajeros. Para ellos, lo que más valoran los clientes es la discreción, tanto así que recuerdan como un trabajador nuevo del rubro tuvo que retirarse por soplón. Cristina, que ya hace dos años dejó de trabajar, cuenta que como taxistas "uno ve no más pero tiene que morir pollo. Habían señoras que me venían a preguntar en qué malos pasos andaban sus maridos pero yo me hacía la lesa, les decía que nunca los había visto (se ríe)".
Guillermo, quien por 20 años fue presidente de la asociación, cuenta entre risas que "una vez tuvimos un taxista que se fue de lengua. Primero llevó a una señora a su casa en la mañana, y después como a las 11 llevó al marido que era pescador, y le contó que había subido a su señora a la casa en la mañana. Ahí quedó la embarrá, llegó preguntando a la casa y a la tarde llegó la señora con un garrote a pegarle al taxista, así que se tuvo que ir, no entendía los códigos".
También,Mauricio Muñoz, quien trabaja desde el año 81 cuenta que "muchos taxistas de nosotros hemos salvado vidas, porque la ambulancia no llega a la punta del cerro y hay una persona que necesita medio de transporte urgente y nos han llamado y subimos y los trasladamos".
Triste realidad
"Lamentablemente, nosotros somos el gremio más perjudicado del transporte público. Y, a pesar de ser los más antiguos de Valparaíso, nos están fiscalizando constantemente, mientras los taxis ejecutivos, los piratas y los de ahora (Uber y Cabify), no cuentan con ningún tipo de regulación. Ninguno de los choferes que anda ahora tienen la preparación que tenemos nosotros, entonces nos hiere y nos duele que la autoridad aún no logre controlar"", cuenta Guillermo.
El tema causa sensibilidad en todos los trabajadores que recuerdan aquellos tiempos en que tenían que tomar cursos de inglés, turismo, conducción a la defensiva, computación y primeros auxilios para seguir desempeñándose como conductores de taxis. Pero, según los propios trabajadores las malas gestiones de las autoridades llevaron a que estas prácticas se fueron perdiendo y, según cuentan, llevó a que actualmente cualquiera puede ser chofer y llevar pasajeros, cosa que para ellos pone en riesgo la integridad de las personas que se suben a estos vehículos.
Además, los taxistas de la Plazuela Ecuador están siendo constantemente fiscalizados y controlados por las autoridades, y deben pagar cerca de 2 millones y medio por mantenerse cada año en el lugar. Siguen todos los pasos legales al pie de la letra.
También, en la asociación se han preocupado siempre de la calidad de choferes que tienen manejando los autos, el buen trato a los pasajeros, la buena conducta y la hoja de vida de quienes manejan es fundamental para seguir trabajando con ellos.
Rafael Rivera, actual presidente del gremio, dice que mientras dure su dirigencia no se tolerará ningún tipo de falla en los conductores, por ejemplo, recuerda que "hace un tiempo tuvimos un chofer que le dejamos pasar varios errores, que parecían pequeños, pero vino a reclamar un cliente y no dudamos en despedirlo. Personas así no pueden trabajar con nosotros".
Por esta razón, se han ganado el respeto, el cariño y la confianza de quienes cada día prefieren sus servicios. "Nosotros demostramos una buena conducción, un buen trato y tenemos a la vista los valores que deben pagar, somos el único paradero que tiene esta calidad de organización y por eso la gente nos prefiere", sentencia Mauricio Muñoz.