Josephat Kawa: desde el Congo a Valparaíso haciendo misas
El padre de 40 años lleva casi la mitad de su vida viajando por el mundo y entregando su mensaje. El 2011 llegó a nuestro país casi por casualidad y desde esa fecha ha aprendido a ser un chileno más.
Corría la década de los '80 y Josephat Kawa jugaba con sus amigos a pasos de la parroquia de la ciudad de Butumbu, en el Congo, en pleno centro de África.
Entre juegos y juegos, veía cómo la iglesia de la ciudad cobraba vida gracias a los fieles del lugar. Por lo mismo, no tomó mucho tiempo para que se hiciera monaguillo y comenzara a ayudar al párroco local.
De padres profesores, el joven Josephat, descendiente de la tribu Nantes, decidió estudiar sicología. Su tierra natal, una de las que cuenta con mayores riquezas minerales de África, le ofrecía la oportunidad de estudiar y así lo hizo.
Una vez recibido de sicólogo, dice que sintió el llamado del Señor, el cual lo hizo comprometerse con la iglesia. De eso ya han pasado 18 años y hoy en día, tras recorrer una infinidad de países, Josephat Kawa se encuentra en Chile, específicamente en el cerro Placeres, oficiando de párroco de la Iglesia Nuestra Señora de Lourdes.
Josephat Kawa pertenece a la congregación de curas agustinos, la cual tiene la particularidad de formar a sacerdotes misioneros, los cuales recorren el mundo enseñando lo que han estudiado y colaborando con las iglesias locales.
El padre Kawa cuenta que pudo haberse unido a otra congregación para estar cerca de los suyos, pero prefirió a los agustinos debido a su interés por otras culturas y formas de vida.
"Cuando llegué a Chile pensé que todo era como un desierto, porque desde el aire se ve todo café. Cuando aterricé en Santiago ya todo me pareció muy normal, era primavera y había un sol espectacular", señala Kawa, quien agrega: "Nunca pensé que tendría que venir a Chile, ni siquiera sabía hablar español cuando me dijeron que debía venir a apoyar a la congregación de acá".
Y es que tras casi 20 años viajando por distintas partes del mundo, Josephat Kawa sentía en su fuero interno que su misión estaba más cercana a África o Europa. "Estuve un tiempo en Italia, también en Tanzania. Sé hablar nueve idiomas y otros dialectos, pero nunca me había preparado para venir a Chile", cuenta entre risas el carismático padre.
El hombre de 40 años señala que "cuando me avisaron que venía a Chile, pedí permiso en la congregación para poder ir a la casa de mis padres y poder despedirme. Ellos se pusieron tristes porque es muy lejos, nos costaría trabajo poder volver a vernos, pero a veces hay que hacer ciertos sacrificios si tú estás haciendo lo que te gusta. Ellos lo entendieron y así partí".
¿de dónde eres?
Josephat Kawa señala que en su recorrido por el mundo ha conocido mucha culturas. Le gustaba mucho vivir en Tanzania, donde dice que la gente es muy cercana. "Te hacen sentir como uno de ellos y son muy de piel. En Inglaterra la gente es más fría y más distante, pero no por eso mala", señala Josephat.
En cuanto a Chile, el padre del Congo dice que "lo que me llamó la atención y me molestaba un poco cuando llegué es que la gente, antes de preguntarme el nombre, me preguntaba de dónde era. Yo pensaba 'ok, primero conóceme y después me preguntas de dónde soy'. Al comienzo eso me molestaba, pero ya no, sólo invito a la gente que me conozca".
El padre africano sabe que actualmente nuestro país vive un momento de transición en cuanto a la multicultura de las personas. La llegada de inmigrantes desde distintas partes del mundo a Chile ha hecho que cierto grupo de personas actúen de forma racista y discriminatoria.
Frente a eso el padre Josephat Kawa es enfático y señala que "la discriminación y los actos racistas son perpetrados por personas que en su mayoría no han viajado. No han tenido la oportunidad de estar en otras culturas y ser parte de ellas". Agrega que "es parte de la cultura colectiva el hecho de tratar bien a una persona de otro país. Yo por mi parte no he sufrido grandes actos de discriminación en mi contra; cosas que van por la forma que algunas personas te miran o porque te dicen 'el negrito', pero más allá no ha pasado".
Delincuencia
Con siete años en Chile, Josphat Kawa siente a nuestro país como el suyo. Habla "chileno" sin ningún tipo de problemas y está enterado de lo que ocurre en su entorno.
Le llama la atención el aumento de la delincuencia, de la cual él y su parroquia han sido víctimas en varias ocasiones. Sin ir más lejos, la semana pasada delincuentes robaron cerca de 800 mil pesos desde la parroquia de Placeres, destinados a caridad.
"La delincuencia ha aumentado mucho. Cuando yo llegué era distinto, ahora no se puede caminar tranquilo en la calle. En la misma iglesia hemos sufrido robos", señala el padre Kawa.
"También vemos en las noticias que mucha gente destruye su propio país, las cosas que utilizamos todos. Por ejemplo, hace poco vi la noticia de los jóvenes que rayaron el Metro y yo me pregunto por qué lo hacen si es que el Metro lo ocupamos todos. Por qué hacen destrozos y no valoran lo que tienen", reflexiona.
Kawa atribuye los actos vandálicos a la falta de patriotismo de algunas personas y también a la falta de educación: "Cuando tú quieres a tu país, cuidas las cosas que hay en él. Muchas personas eso no lo hacen y prefieren romperlas. También hay una falta de educación y lo digo más allá del sentido de aprender ciertas materias, me refiero a la falta de educación cívica que se puede ver en la sociedad y en los menores. Allá en el Congo si alguien hace algo malo se va a la cárcel, aunque sea un menor de edad, y si no va a la cárcel es la propia gente la que hace justicia con sus manos".
El religioso congolés también tiene una visión crítica en cuanto a cómo nuestra sociedad trata a los adultos mayores.
"Muchas veces siento que la sociedad cree que los adultos mayores son casi un estorbo, que están ahí y en cierto momento hay que deshacerse de ellos. Eso no puede ser; hay que valorar y respetar a nuestros adultos porque tarde o temprano todos vamos a ir para allá", señala el padre Kawa.