Guillermo Ávila N.
La conexión entre Perú y Valparaíso a lo largo del tiempo siempre ha sido intensa. También rica. Incluso en el arte: basta sumergirse a uno de esos porteñísimos bares para dejarse arrastrar, hasta la garganta, con aquellas envolventes líricas tan pintorescas del gran Lucho Barrios, personaje oriundo del Callao -"puerto hermano"- y que fue figura clave de la bohemia porteña al canto. Ciudad en la que además aquí vivió muchos años.
Desde el balcón en un séptimo piso en avenida Errázuriz, la vista hacia el Pacífico y el puerto cautiva. Casi tanto como el leve ondear de varias banderas. En esta oficina donde se ubica el consulado de Perú, aquellas banderas llaman la atención: asoman de la municipalidad de Lima (obsequiada por su alcalde), la de Miraflores (que posee acuerdos con la muni de Viña). También la del Servicio Diplomático del Perú, la de Perú, Chile y la bandera del Ejército de los Andes, esa que mandó a elaborar San Martín tras atravesar la Cordillera.
Ahora las historias se suceden al otro lado del escritorio. El orador no es otro que Alberto Fernández Prada Franco, cónsul general del Perú en Valparaíso -con jurisdicción en la IV Región, Coquimbo y La Serena-, diplomático de carrera que llegó con todas las expectativas a este cargo en agosto de 2014 en busca de una impronta. Y que cree está consolidando, poco a poco.
Tiene por qué: se trata de unos de los consulados con historia diplomática más antigua. Fue creado en 1832 en pos de la promoción comercial, defensa y protección de los derechos de los ciudadanos peruanos, así como la facilitación actual de documentos y acercamiento con las autoridades chilenas.
Hace unos días su figura tuvo presencia mediática. La independencia del Perú cumplió 196 años. De hecho, el 28 de julio, día de la gesta separatista de España (en 1821), se hizo un homenaje en Viña del Mar al busto del general San Martín, al cual se le pusieron ofrendas florales. Luego, en el Club Alemán, se efectuó un coctel con motivo de 196 años de la independencia de Perú, para la comunidad chilena y peruana residente.
Pero dialogar con el cónsul Alberto Fernández es entrar en otras áreas. Como bien supo hacer su padre, Alberto Fernández, escritor y piloto aviador. Sobre su familia ya adaptaba a Chile enfatiza que son como la OEA. "Somos de varias nacionalidades".
A propósito, a hoy, cuenta Fernández, tienen registrados cerca de siete mil ciudadanos peruanos entre la IV y V Región. "Pero hay mucha población flotante. Es variable".
Sazón Inca
Y la gastronomía no escapa a ello, como la asociación cultural gastronómica de Valparaíso, una creación forjada por quien habla, como nos reitera. "Convoqué a los empresarios tanto peruanos como chilenos dedicados a la gastronomía peruana en Valparaíso y Viña del Mar. Tuvimos la participación de una abogado que preparó un estatuto firmado ante notario e inscrito ante el Ministerio de Economía, con registro público, una institución independiente que agrupa a todos los restoranes en la zona".
En principio la idea abarcó a 15 restoranes. Luego se sumaron otros 10. "Es la fusión del gerente chileno con el chef peruano; la combinación del pisco sour y vino chileno y ceviche peruano." Pone como estandartes a cinco festivales de comida peruana, en Valparaíso, desde 2014. "Cuatro en el Instituto Bombal, con el apoyo de la municipalidad, y el último festival fue en la escuela Grecia".
Reconoce que el prestigio alcanzado por la gastronomía peruana a nivel mundial ha tenido una gran acogida en el público chileno: eso lo demuestran la cantidad de comensales que acuden a los restoranes peruanos en la ciudad. "Nos enorgullece como pueblo".
Y nombra otra, en retrospectiva. En 2014, cuando celebró su primer 28 de julio en la zona, se realizó una reunión en el Club de Viña, donde participaron cuatro restoranes: Fusión de Quilpué, la Sazón Peruana e Ica de Viña y Nazca de Valparaíso, todos con sus platos típicos. "Allí se resaltó la calidad de nuestra gastronomía", lo que dio pie a iniciativas.
De Valparaíso, Alberto Fernández dice que es una ciudad encantadora, con sus 43 cerros únicos y que ha tenido un renacer cultural en todo sentido. "Eso fortalece la presencia de nuestros restoranes peruanos. Este es un puerto importante: la entrada de extranjeros a Chile, además de la oferta cultural, comercial y de bohemia que capta a los turistas".