Tragedia del Samu: "Enfermero héroe cubrió el cuerpo de mi nieto"
Abuelo de menor que iba en ambulancia siniestrada destacó noble acción de uno de los dos fallecidos.
Sergio Navarro se pasea nervioso por el patio de la Unidad de Emergencia Adulto del Van Buren. No ha pegado un ojo en la noche y la ansiedad lo lleva a fumar. La preocupación se mezcla con satisfacción, al saber que sus seres queridos están próximos a ser dados de alta. "Es un milagro que estén vivos", afirma el capitalino dedicado al calzado artesanal.
Sergio aguarda a su nuera Karen Cádiz, 37 años, y a su nieto Máximo Navarro, de 8 años, domiciliados en Cartagena. Eran los pacientes que transportaba la ambulancia del Samu del hospital Claudio Vicuña de San Antonio, que colisionó de frente con un camión en la ruta F-90 que une Casablanca con Algarrobo. En el sitio del suceso murió el chofer de la ambulancia, Henry Leiva Arriagada, de 24 años. Horas después pereció en el Carlos Van Buren el enfermero reanimador Vicente Fernando Jara Tapia, de 49 años. Del personal de salud sólo sobrevivió el paramédico Víctor Manuel Farías Zavala, de 47 años.
Sergio recuerda que la mañana del martes le avisaron que su nieto Máximo amaneció con una extraña hinchazón en su cuerpo. Lo llevaron al hospital sanantonino, pero no hubo un diagnóstico claro sobre su condición, por lo que fue derivado en compañía de su madre a al Van Buren para nuevos exámenes.
Los abuelos se reunieron en la tarde en Valparaíso con sus seres queridos, cuando ya se aprestaban a regresar a su hogar con el Samu. "El chofer, el joven que murió, me dejó despedirme de mi nieto", cuenta. En la cabina se ubicó su nuera Karen y en la parte trasera Máximo iba inmovilizado en la camilla, acompañado de los otros dos funcionarios. Vía celular el abuelo se enteró del dramático accidente en que se vieron involucrados sus parientes, y con su esposa regresaron al Puerto. Afortunadamente los dos quedaron policontusos leves. La mujer con un corte profundo en la cabeza.
"Soy creyente en Dios y le doy millones de gracias porque los dos se salvaron de milagro", señala Sergio Navarro.
Pero el agradecimiento de la familia se dirige además hacia la persona de Vicente Jara, el enfermero -que también era bombero- y que falleció en el recinto asistencial. "Mi nuera señala que cubrió el cuerpo de Máximo cuando ocurrió el choque. La ropa de mi nieto quedó manchada con su sangre. Fue un héroe, estamos agradecidos de él".
Colega impactado
Heraclio Concha, conductor de servicios generales (pacientes programados) del hospital Claudio Vicuña, ayer desarrollaba su labor cabizbajo en el Van Buren. Conocía a los fallecidos, en especial a Henry Leiva, que llevaba poco tiempo en el servicio. Lo contrataron el pasado 1° de junio.
"Era un excelente muchacho, sano, sin vicios. En un reemplazo que el hizo en el verano, viajamos juntos al sur, a Linares, a dejar a un paciente", señala.
El destino quiso que Heraclio fuera uno de los primeros en llegar al sitio del suceso, ya que con escasos minutos de diferencia también regresaba en su ambulancia a San Antonio. "Por Henry no se pudo hacer nada, estaba muerto atrapado en lo que quedó de cabina. Ahora hay que despedirlos como corresponde. Como héroes que son. Se merecen una bonita despedida", expresó emocionado.
Hoy tras una misa a las 15.00 horas en la parroquia Santa Luisa de Barrancas, Henry Leiva será enterrado en el Parque del Sendero de Llolleo, mientras que Vicente Jara es velado en la iglesia Santa Teresa de los Andes de Miraflores Alto, Viña del Mar.