El secreto del mejor pan de pascua del Puerto
Andrés Queirolo lleva 50 años amasando uno de los productos estrellas de la Panadería Superba. Su receta es del tipo genovés, pura tradición italiana.
Andrés Queirolo se pone a sacar la cuenta, pero se niega en dar un número exacto. Dice que hace más de 50 años llegó a Valparaíso desde Italia, y fue en ese momento en que hizo de la panadería la dedicación de su vida.
Hoy está en la "Panadería Superba" (Victoria 2981), la misma que fue reconocida hace algunos días por tener el mejor pan de pascua de la zona, en un certamen organizado por el gremio panadero. Y ese resultado está en sus manos, así como también su secreto, ese que cuida bajo siete llaves y se niega a entregar en detalle.
El local comercial también tiene su origen con los inmigrantes que hicieron de Valparaíso su hogar. Maruja Santibáñez de Bonino y su hija Mirella son las encargadas de mantener la tradición, esa que transforma la fogasa y el pan de pascua en los productos más apetecidos de la panadería ubicada en calle Victoria, a pocas cuadras del Congreso Nacional.
"Hemos ido instalando nuestra tradición junto al pan batido y la hallulla", dice Mirella.
Pan genovés
Mirella se adelanta en contar que el pan de pascua que ahí han producido y vendido desde hace 50 años es del tipo genovés, cuyos ingredientes -aunque no los quiso dar todos- son: harina de trigo, pasas, fruta confitada, anís, leche, azúcar flor, rayado de limón, miel, manteca, huevo y una pizca de ron.
"Ahí no más, si no sabrá el secreto", frena Maruja el listado que entrega su hija.
La mujer asegura que el cuidado en los tiempos de reposo, así como la importancia de la clara y la yema del huevo, son fundamentales en el producto final.
El pan de pascua se vende en tamaños mediano ($1.900) y grande ($3.900), y es ideal para seguir celebrando con dulzura en Año Nuevo.
Tradición
"Yo llegué al mundo de la panadería de intruso, tenía 10 años y acompañaba a mi hermana porque era un niño. Ahí comencé a trabajar en la panadería La Porteña, una panadería tradicional de Valparaíso. Y luego en varios negocios de inmigrantes italianos", cuenta Queirolo, a quien le es imposible hablar del pasado sin recordar los tradicionales emporios italianos, toda una tradición de los cerros y el plan de Valparaíso.
A la hora de hablar del pan de pascua, Andrés pone sobre la mesa el cuidado que hay que tener por el producto. "Esto tiene un procedimiento, no es llegar y hacer. El pan de pascua es grande, pero es liviano. Nosotros hacemos el verdadero pan de pascua", dice Queirolo.
Puntualiza que hoy muchos se fían de la masa prehecha, la que incluye una serie de ingredientes químicos que terminan por afectar el producto final, y con creces.
"Nosotros acá probamos un tiempo usar la premezcla, pero no hubo caso. Era como un chicle, no hubo caso. Yo me enfermé del estómago con un pedacito", dice Andrés.
Agrega Mirella que "nosotros a la mezcla le ponemos manteca, leche entera, no en polvo, huevos que usamos completos sin cortarles la cola".
Mirella Bonino marca acá el énfasis. "Nosotros hacemos el esfuerzo en mantener la calidad de los ingredientes porque ahí está parte del secreto. Cada vez cuesta más, pero debemos tener el producto que nuestra gente espera", dice.
Hacer el pan de pascua es una tradición familiar. De hecho, Maruja ralla el limón, por ejemplo.