Claudio Morales S.

Eso que a Wanderers le importa más el campeonato de la B para concretar la "Operación Retorno" este año, y no tanto la Copa Libertadores; se notó poco y nada en el estadio en el imponente estadio Monumental UNSA de Arequipa. Los dirigidos de Nicolás Córdova salieron como se sale en el duelo de vuelta de una llave que se quiere remontar. Y es que el empate en blanco era negocio para los locales de Melgar con el tanto de visitante que habían anotado en Playa Ancha la semana pasada. Esos que valen doble en esta Libertadores a igual diferencia de goles.

Lo cierto es que el cuadro porteño salió a tomar la iniciativa en los pastos peruanos, y eso se notó en el despliegue de los briosos canteranos Adrián Cuadra y Matías Fernández, este último abierto a la derecha para dañar por afuera a la defensa de Melgar. Córdova dejó en la banca a Rafa Viotti y apostó por la experiencia de Enzo Gutiérrez y las ganas del venezolano Reiner Castro.

Con todo, el protagonista de la noche arequipeña fue Marco Medel, el volante zurdo muchas veces resistido, que al menos anoche recordó su primera etapa en Wanderers cuando estuvieron cerca de alcanzar el título con Emiliano Astorga de DT. El mediocampista surgido en Audax Italianodefinió muy suave solo frente al arco y le permitió a un zaguero peruano despejar desde la línea de sentencia en los diez minutos.

Pasados los veinte minutos, los piques de los incisivos Bernardo Cuesta y Joao Villamarín comenzaron a equilibrar el trámite y a preocupar a Mauricio Viana y su defensa. Pero Medel tenía otros planes y sacó a relucir su mejor virtud cuando el primer tiempo se iba, el remate de media distancia. Gutiérrez se la bajó y el zurdo le rompió el arco al gigante Diego Penny con un misil que se coló en un rincón imposible hasta para un arquero de 1,97 como el peruano.

A resistir

Se esperaba la reacción del elenco de Melgar en el segundo tiempo, que fuera un aluvión sobre el arco de Viana. Su entrenador sacó a los wines -Villamarín y Tejeda-, pero los que ingresaron no gravitaron y Cuesta terminó quedando muy solo para luchar entre los eficientes zagueros wanderinos, donde los siempre anónimos Bernardo Cerezo y Mario López tuvieron una faena impecable.

Solo empuje y buenas intenciones lo del cuadro peruano, nada como para amagar realmente al portero caturro.

Córdova en tanto, que tenía reservado a Viotti para cuando hubieran más espacios y menos piernas, hizo ingresar al ex Unión La Calera cuando quedaba media hora por jugar. Tantas ganas tenía el orocho delantero que apenas en la cancha puso un manotazo en la cara de un rival y se ganó amarilla. Después se calmó e intentó desequilibrar con algunos carrerones que no prosperaron.

El más peligroso siguió siendo Gutiérrez hasta que salió, incluso provocando el "10" el lucimiento del portero Penny con un colocado remate que se colaba. Solo por eso el nerviosismo se prolongó hasta el final, el tiempo se agotó para Melgar y Wanderers celebró una impensada clasificación a la siguiente ronda de la Libertadores.