Qué lance la primera piedra quien ante un inoportuno dolor de cabeza no ha recurrido al popular paracetamol. Si los hay, el número de quienes podrán decir que se han negado a esa posibilidad debe ser bastante bajo, considerando que el consumo de este fármaco en el país está disparado. Son múltiples factores, tanto emocionales como fisiológicos, los que pueden desencadenar este desagradable malestar, y ante ello es entendible que busquemos un alivio inmediato.
No obstante, este dolor no debe ser pasado por alto, especialmente si está unido a otros síntomas y factores como la obesidad, tener presión arterial y colesterol altos, presentar diabetes, ser fumador y no hacer actividad física. Sumando todas estas señales, podría estar frente a un accidente cerebrovascular (ACV); la primera causa de invalidez en Chile.
Como el dolor de cabeza es multifactorial y no necesariamente por sí sólo es señal de que se está produciendo un accidente cerebrovascular, hay otros síntomas con los cuales el autodiagnóstico es más certero. En esos casos, es urgente ir de inmediato a un centro de salud para confirmar o descartar la patología. Estos son: rostro caído, boca torcida, parálisis facial repentina, dificultad para levantar un brazo o pérdida de fuerza en éste, complicaciones para hablar con claridad, balbuceo o incoherencia para poder transmitir un mensaje.En ese aspecto, Evelyn Benavides, neuróloga de clínica Universidad de Los Andes, advierte que "la muerte neuronal masiva por un ACV u otra causa puede producir alteraciones en el habla, movilidad, capacidad de razonamiento o en la memoria y visión. Hay lesiones que no producen daño evidente porque están en áreas silentes, pero que forman parte de la reserva funcional cerebral y que podrían tomar funciones si otras áreas del cerebro se dañan".
Las consecuencias de un accidente cerebrovascular son tan graves que pueden llevar a la muerte; de hecho es la primera causa en Chile, y se estima que una persona fallece cada hora producto de esta patología. Si se tiene más suerte no se perderá la vida, pero sí irremediablemente quedarán secuelas. Por ello, es esencial que haya una rápida reacción, ya que las primeras horas son cruciales. "Hay tratamientos que pueden realizarse antes de tres horas de iniciado el ACV y que cambian el pronóstico y disminuyen el riesgo de secuelas. Las personas deben ir al centro asistencial más cercano para recibir lo antes posible la evaluación de un neurólogo y realizar los estudios y tratamientos necesarios", recalca la profesional.
¿Y luego qué?
No hay una evolución común para todos los pacientes después de un ACV , ya que esto dependerá de qué tan severo haya sido el episodio y de las características de la persona. En algunos casos las dificultades para movilizarse, pensar y hablar mejoran en las primeras semanas o meses, pero en otros, pueden extenderse hasta por años.
De regreso en el hogar, generalmente la persona necesitará de un cuidador y luego se debe evaluar si es necesario dependiendo de su evolución. El domicilio debe ser lo más acogedor y seguro posible para facilitar el diario vivir de la persona allí, y si es necesario se deben hacer cambios para evitar caídas. La cama y el baño deben ser fáciles de acceder y se deben retirar elementos, como por ejemplo, alfombras. Todo este proceso de rehabilitación debe ser abordado con apoyo médico multidisciplinario, con terapeutas ocupacionales, fonoaudiólogos o kinesiólogos, entre otros.
Las jaquecas son cada vez más comunes y junto con ellas la automedicación. Sin embargo, estos episodios, sumados a otros síntomas, no debiesen tomarse a la ligera, porque pueden ser señal de un accidente cerebrovascular. La oportuna reacción y visita a un médico es crucial para evitar la muerte o graves secuelas.
Mirian Mondaca Herrera
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